Desde hacía tiempo lo decía. Mira que es fácil decirlo ahora, pero en este caso es verdad. A muchos, y con razón, les puede sobrar todo el Partido, a mí me sobraba Monedero.
Juan Carlos Monedero, el profesor, el que muchos conocen como el "cerebro" detrás de Podemos, la formación política que nació como una supernova y como tal, terminará por extinguirse y formar un agujero negro que se tragará a toda la izquierda. De hecho, esto ya ha pasado. Pero sí, el bufón detrás de Podemos, el que explica sus contratos con Venezuela como si fuera casta, el que después de eso había pasado a ser otro cero a la izquierda más. El mismo que usaba sus nada humildes retribuciones para dar a España un espacio libre, abierto, un espacio de comunicación, un canal donde dar rienda suelta a la propaganda de su formación y su ideología política. Y sin embargo, hoy se nos ha marchado, haciendo ruido pero diciendo la verdad.
Podemos, el Partido cambiante. Cuando estaban situados en la utopía y en decir burradas de no pagar deuda, de rentas básicas y de salir del Euro, tenía más éxito que ahora. En aquel momento sabíamos quienes eran. Soltaban hasta cosas apetecibles hacía nuestro ánimo de votar contra todo lo que ha significado la política en los últimos años, donde importan más los fondos que las personas (utopías, claro está). Pero desde hace tiempo... ¿qué narices es Podemos? Dentro de dos meses les podríamos catalogar como derechuzos reaccionarios.
Su poder era salir en la televisión con Pablo Iglesias. Ya no sale mucho, y es que desde que se convirtieron en un partido con opciones de Gobierno había que tener más cuidado. ¿Qué pasa? Pues que cuando una moda deja de ser visible, pasa de moda. ¿Qué no iban a ser casta? Pues los de arriba de la organización ya son casta. Se explican como ellos y caen en los mismos errores de desinformación y demagogia que los demás. ¿Son Populistas? Tanto o más que cualquier otro Partido Político, pero sin llegar al nivel de la maestra en este arte, Esperanza Aguirre.
Pues nada, Juan Carlos ha sacado de nuevo hoy su lengua a pasear diciendo más o menos lo que acabo de decir. Que no sabe en que partido milita ni que ideas tiene, que se han convertido de la noche a la mañana en un partido tradicional, viejo y anquilosado, que no dicen nada nuevo y han perdido toda la frescura que pudieron tener en algún momento. Como ha sido tan vehemente en sus críticas, pues ha pasado lo que pasaría en cualquier otro partido cuando alguien deja de ser fiable y se aparta de los sectarismos que componen la vida política, dimite. O lo dimiten. Cualquiera de las dos expresiones sirve.
Supongo que en estos meses de reuniones con empresarios y grupos de poder, Podemos habrá encontrado una alternativa al altruismo de Monedero. Si no, quizás el proyecto hace aún más aguas de las que podemos imaginar. Y es que en un mundo en el que ocurren las cosas tan deprisa como el actual, en poco tiempo Podemos ha sido flor de un día, y muchos de los que en su día decían que les iban a votar, hoy ven a otro partido más que les va a joder como el que está ahora. El pueblo español es muy difícil de ilusionar, y si la pifias varias veces, lógicamente te ponen la cruz. Normal, tiene España una historia como para fiarse de los políticos ¿verdad? Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, también es un lamentable refrán que sin embargo define bastante bien el carácter de los españoles. Eso, y tener también en cuenta que Podemos todavía no cuenta con unas estructuras de de favores y caudillista muy necesaria en las provincias.
No se que opinarán las famosas bases de todo el proceso que ha acontecido hoy, o de los procesos pasados donde la democracia interna y externa elegía normalmente al sujeto apuntado por el dedo coletudo de cara a crear una estructura autonómica (e incluso municipal). Tampoco les han salido bien algunos de los propuestos en las elecciones municipales. Tras ser elegida, Carmena se desmarcó rápidamente del discurso de Podemos para ser ella misma, una mujer bastante más interesante por si misma que siendo un papagayo que repite mantras.
En fin, fue hasta bonito mientras duró. Parecía una alternativa con la que quizás no estabas de acuerdo, pero servía bien a tus propósitos de votar contra los que nos engañan, se corrompen, nos venden, se ríen de nosotros, nos privatizan, se vuelven a reír o huyen de la Policía. Era una forma de decir que no, que al contrario de lo que ellos pensaban, hay un núcleo poblacional importante que no somos gilipollas y que nuestra cultura da para más que para dar un discurso demagogo y vacuo por válido. Quizás serían iguales o peores, pero el apoyo a esta fuerza política les hacía daño, y tú no querías otra cosa que reírte por una vez de ellos, de actuar contra ellos antes de que ellos sigan actuando contra ti. Pero lo malo viene cuando tu supuesta arma o tu escudo frente a los envites de los ladrones, empieza a fallar, y en el mango lees y te das cuenta que no te extraña, que no es más que otra herramienta inútil Made in China. Y entonces, vuelves a estar jodido. Nada cambiará.