Verano Azul

Por cierto, mi papel favorito de Ferrandis es el de "Volver a empezar" de Garci. La escena entre él y Bódalo, cuando le va revelando a su amigo lo que le pasa, y su motivo para regresar a España, es uno de esos diálogos que, de llamarse ellos, yo que sé, Mitchum y Peck, en vez de Ferrandis y Bódalo, estaría mucho más recordado y reivindicado, y Youtube lleno de copias de la escena, con sudamericanos y españoles peleándose por cuál es el mejor doblaje. Unas actuaciones bestiales, condenadas en parte a la oscuridad por nuestro talento para destrozar lo que lleva nuestro sello.

También hace un gran papel como ministro franquista en "La escopeta nacional", desplazado por el futuro político del país, la ola tecnócrata del Opus dei, aunque una película coral que reúne a tantos talentos incomensurables, le hace palidecer un poco al lado de Saza, o del gigantesco Escobar, que tienen papeles más amplios y golosos.

Y qué decir de su papel en "Mi querida señorita", donde está enamorado de José Luis López Vázquez, desconociendo que es hombre en realidad. El momento en que lo descubre, y la entereza y naturalidad con que se toma la noticia de que su pretendida es en realidad varón, no solo son unos momentos prodigiosos de interpretación, sino signos de otros tiempos: sospecho que en esta época de la "generación de cristal" semejante descubrimiento en una obra de ficción llevaría al personaje como 3 temporadas de una serie el sobreponerse del trauma.
 
Y qué decir de su papel en "Mi querida señorita", donde está enamorado de José Luis López Vázquez, desconociendo que es hombre en realidad. El momento en que lo descubre, y la entereza y naturalidad con que se toma la noticia de que su pretendida es en realidad varón, no solo son unos momentos prodigiosos de interpretación, sino signos de otros tiempos: sospecho que en esta época de la "generación de cristal" semejante descubrimiento en una obra de ficción llevaría al personaje como 3 temporadas de una serie el sobreponerse del trauma.
Esa peli la vi hace nada por primera vez y me sorprendió mucho. Pero más me sorprendió no haberme dado cuenta de que ese personaje lo interpretaba Antonio Ferrandis. :roto2
 
Ferrandis siempre fue un grande, su problema es que quizá coincidió en el tiempo con demasiados grandes del cine y el teatro español a la vez, y su peculiar físico y carisma no acababan de encajar con los protagonistas que se ofrecían al público en esa época. Pero aunque fuese de forma muy tardía, afortunadamente llegaron los Chanquetes (sí, yo ya los cuento en plural) para ponerle en el sitio que le correspondía en el corazón del público. Eso no quiere decir que no bordase muchos otros registros, pero claro, es más fácil acordarse y empatizar con un viejo marinero que ejerce de mentor de la chavalada, que con el borde cejijunto de 'El astronauta' o con el pintor que pinta a Concha Velasco desnuda (la señora estaba más que bien en sus años mozos, por cierto :L ) en 'Yo soy fulana de tal', por ejemplo.

Un saludete.
 
Continuamos, misma hora y mismo canal, con "Otoño azul". Nada más ni nada menos que el supuestamente mítico capítulo La cueva del gato verde. Y digo "supuestamente" porque como comenté alguna vez, jamás lo vi entero. Este episodio estaba viéndolo de niño en una reposición, cuando vinieron a buscarme mis abuelos, para pasar unos días de veraneo con mis primos. Me fui más o menos a mitad, cuando Javi y Pancho se metían en la cueva esa, y nunca lo vi entero.

Hasta hoy.

Empieza la cosa a 100 de ochenterismo: al Piraña le regala su padre unos walkie-talkies, juguete muy popular de la época. Yo también tuve unos, para hablar en la banda ciudadana (llena en aquella época de aficionados sin licencia, camioneros, taxistas, críos con walkies de juguete, y otros tantos de una fauna hoy, extinguida).

Mientras tanto, los mayores planean una excursión dominguera. Pancho propone la cueva del gato verde, que debe su nombre a una lejana leyenda de la España profunda, ya que se decía que los que pernoctaban en dicha cueva aparecían muertos por la mañana, devorados por un gato verde. Que digo yo, que si el gato de la leyenda se comía a todo quisqui, ¿Cómo demonios sabe nadie de qué color era el gato?

Tras una breve discusión y una votación democrática, se invita a Tito y Piraña a acompañar al grupo, y allá que van. Mientras tanto en el pueblo, Chanquete y Julia se encuentran, y descubren que los chavales se han ido de excursión sin decírselo a ellos. Su conversación está muy bien, pues Julia confiesa que últimamente no está tan cerca de la pandilla porque quiere "soltar amarras": el verano está a punto de acabar, y ella se marchará en muy poco tiempo. "Me gustaría que este verano no tuviera fin" le dice Julia a Chanquete, y con ella, todos los que estamos viendo la serie, pues, ¿quién habría querido que terminara?

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Mientras tanto, los chavales hacen una hoguera y meriendan. Javi, como líder responsable, advierte que hay que recoger toda la basura y enterrar los restos de la hoguera para que no haya problemas. ¡Conciencia ecológica, de nuevo! No aparecía el tema por la serie desde aquel infausto episodio del señor guarro en la playa.
Cuando ya se van a ir, Pancho descubre un túnel dentro de la roca, y Javi y él no tienen otra feliz idea que la de meterse ahí. Se llevan uno de los walkie talkies y la linterna de Piraña (que se ha traído a la excursión más equipamiento que el que llevaría un boina verde a Vietnam) por si acaso.

A Pancho le puede el espíritu aventurero e insiste en explorar la cueva, aún después de que Javi se dé una hostia y se haga una herida en el brazo, por lo que Javi decide regresar, mientras que el joven de Nerja sigue adelante. Encuentra una caverna, pero en vez de volver otro día y explorarla con equipo más adecuado, va a la suya, y claro, se da la gran hostia. Pierde la linterna y se ve incapaz de avanzar. Eso sí, aprovecha el susto para hablar a solas con Bea por el walkie, y meterle fichas como si no hubiera un mañana, ¡es el estratega del amor! :lol

Los demás discuten entre todos los que conviene hacer, Javi quiere entrar en modo comando y sacarlo ellos, Quique propone lo sensato, buscar a Chanquete, pedirle ayuda, avisar a la Guardia civil y dejarse de películas. Creo que aquí se ve bastante claro no solo lo ya más o menos sabido a estas alturas de la serie, que "Bea está por Pancho" sino que Javi lo tiene bastante asumido. Además, el liderazgo de Javi durante la crisis, una vez pasado su arrebato de Rambo y de querer meterse en la boca del lobo, es bastante maduro y centrado, me ha sorprendido, para bien. Cómo consuela a Beatriz (sin aprovechar la tragedia para meter ficha) o cómo se opone tajantemente a la idea que todos tienen en cabeza pero que solo Tito, con su inocencia y sencillez habitual, verbaliza: ¿qué pasa si Pancho se ha muerto?

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Las dificultades aumentan cuando Desi y Quique vuelven con refuerzos (Chanquete, Julia, la Guardia civil... solo faltan Astraco y Yupi) y se dan cuenta de que "La cueva del gato verde" no es el sitio donde están, por lo que tendrán que empezar a buscar de cero sin tener ni idea de donde se han metido. El conocimiento de Chanquete de la zona será una ventaja.

Por fortuna, los chavales tienen entre ellos al verdadero cerebro de la pandilla: el Piraña. A él se le ocurre la idea de que alguien se meta en la cueva atado a un cordel, y vaya buscando a Pancho, teniendo garantizada la salida si algo va mal, y se pierde. Javi, por supuesto, será el elegido.

Al final todo acaba bien. Javi consigue sacar a Pancho de la cueva, la ayuda llega cuando ya no es necesaria, y el descubrimiento de la cueva hace que la bauticen como "La cueva de los 7 enanitos" en honor a los descubridores, cosa que al Piraña no le hace maldita la gracia :lol
Entiendo perfectamente la mítica del episodio, es una mixtura entre aventuras juveniles a lo "Los Goonies" (en versión hispano-castiza ochentera, pero "Los goonies", después de todo) mezclada con el rollito didáctico del que la serie no puede, o no sabe o no quiere desprenderse, de "las imprudencias se pagan" en este caso.

-El complemento necrológico: Los walkie talkies, ¡claro! Yo tenía una pareja, aquellos tan típicos, blancos con botón rojo y pantalla negra, muy comunes en la época. Los solía usar con mis hermanos y con mi vecino Toni, pero muchas noches lo poníamos en el salón y te salía gente hablando, taxistas, camioneros, incluso podías llegar a escuchar a la policía local, pues en aquella época las emisiones no estaban cifradas como hoy.
Es curioso ver también a los chavales sentados en el campo, haciéndose la merienda, cantando, hablando y explorando, sin móviles de por medio.

-Lo que Quique no hizo: Curiosamente, durante la votación, Quique se pone del lado de Bea y en contra de que Piraña y Tito les acompañen a la excursión, apostillando además que si "viene el Piraña le voy a acabar dando una patada en el culo". ¡Que violencia! ¡Qué maldad! Tanto Pancho como Javi como Desi, votan a favor. Solo Bea y Quique votan en contra. ¿De donde viene esa animosidad hacia el pobre Piraña? Uno de esos misterios de la serie, que jamás resolveremos.
Además, cuando Pancho propone entrar en lo más hondo de la cueva, Quique se niega en rotundo, "dejaros de experimentos", dice el tío. ¡Y no entra! A ver, que es sensato y pone por encima su supervivencia antes que el espíritu gregario, aptitudes todas ellas deseables, pero esas cosas son normales a los 40, no a los 15 años.
 
Lo echaba de menos, Henry. :hail

Lo voy espaciando, quizá porque yo, como Julia, "no quiero que el verano se acabe" :mutriste

O porque soy un puto vago, también puede ser :juas

Henry, no comentas nada del momento 'hase un pikito?' entre Pancho y Bea, muy mal :no ... si ahí esta una de las obligadas cumbres del espíritu teen de la serie :L !

Un saludete.

Bueno, está implícito en los comentarios acerca de cómo evoluciona la relación Beatriz-Pancho, pero lo cierto es que, al ser hoy, con 43 añazos, la primera vez que veo esa parte del episodio, y no haberlo visto nunca, ni de niño ni adolescente, supongo que para mí carece del elemento mítico de "cumbre del espíritu teen de la serie". De todas formas, yo creo que desde "Pancho Panza" más o menos, todo el pescado estaba vendido en este tema.
 
Hombre, yo vi el capítulo varias veces de niño y chaval, y en realidad esa parte me daba un poco igual. Pero fue verlo de adulto ya crecido hace unos años, y qué queréis que os diga, a mí me conmueve esa inocencia de la época y los personajes cuando llega el momento del beso entre dos chavales que se gustan :sudor . En el fondo comparto algo de esa mirada cándida dawsoniana ;) para con la adolescencia, qué le vamos a hacer.

Un saludete.
 
Pensad que Los Goonies vinieron después. Más bien seria como Stranger Things sin lo extraño :sudor
 
Hoy le toca el turno a uno de esos episodios que sí recuerdo nítidamente, al menos, si no todos los detalles, si el esquema del episodio: El ídolo. A Nerja llega una flota de camiones que resultan ser equipos de radio y televisión (Televisión española, claro, la única que había en aquel entonces, los gloriosos años del monopolio de TVE). Pancho es testigo de la llegada y cuando le dicen que van a rodar en el pueblo, corre a la playa a contárselo a la pandilla.

Resulta que Nerja ha sido elegida para rodar allí el último videoclip de Bruno, la sensación musical que arrasa entre las jóvenes (atención a la cara de desagrado que pone Pancho cuando Beatriz y Desi demuestran su entusiasmo al saber que Bruno va a cantar allí). Así, asistimos a un numerito metrosexual-hortera setentero del tal Bruno (que parece algo así como un descarte de Miguel Bosé de la época) donde acude todas las adolescentes de Nerja, con pancartas de Bruno, camisetas de Bruno, braguitas de Bruno... esto último me lo he inventado, pero podría ser verdad.

Todo el mundo anda revolucionado con Bruno. Las chicas no quieren hacer nada que no sea ir detrás de él, todo el día. Los chicos, aburridos, celosos y poco dispuestos, las siguen a ellas a desgana intentando que se olviden del dichoso cantante. Incluso los padres comentan el tema, siendo la madre de Bea y Tito la que suelta un tópico oído en todas las generaciones: "no entiendo a los chicos de hoy".

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El tal Bruno va acompañado de su representante / mánager, un tío que nos es pintado como bastante oscuro, siniestro, controlador y dispuesto a todo por mantener el chiringuito. El propio Bruno se nos presenta como un chaval de pocas luces y pocas ganas.

Tenemos una conversación entre Julia y Chanquete, otra de esas conversaciones discursivas para poner en boca de los personajes lo que el autor quiere decirnos en este episodio, recurso al que no le tengo excesivo aprecio, lo reconozco. Julia evidencia los celos de los chicos, la veleidad hacia los ídolos, y discuten sobre la soledad. Y es que precisamente, Bruno se siente solo, y mira por donde, suele ir de noche a nadar él solo a la calita donde Chanquete tiene su Dorada, y allí este lo intercepta para darle palique. Lo que en principio parece el inicio de un bonito idilio homosexual entre el viejo marino y el joven cantante se tuerce, con el boicot de los chavales a Bruno y al equipo de rodaje, el cantante sufre un accidente y está a punto de ahogarse, pero es salvado in extremis por la pandilla.

Sin embargo, lo que sale en el periódico es que es Bruno el que ha salvado de ahogarse a los chavales. Es Bruno el héroe, y Bea y Desi, que no estaban presentes, no creen a sus amigos cuando estos se lo cuentan, sino que prefieren creer la versión que se da en prensa. De nuevo, tenemos discordia en la pandilla.

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Chanquete se encara con Bruno, acusándole de ser un embustero, y este le suelta un recital, bonito, aunque artificioso y nada convincente, sobre la carga de ser famoso, ser un "ídolo" de las masas, llevar una máscara ante la gente, hacerse pasar por quien no se es... todo ello está bien, pero la verdad es que el actor declama sus frases sin convicción o talento suficiente como para que te las creas. Al menos a mí, me ha sonado totalmente mentira. Qué irónico. Un actor interpretando a una estrella que se queja de la falsedad del espectáculo... y lo hace leyendo un guión, careciendo de fuerza suficiente para darle vida. Que Bruno diga que en realidad no se llama Bruno, que su nombre es Antonio (¿Mercero?) redondea el círculo.

El final, donde Bruno se sincera con Chanquete, pero se pira para seguir con el circo, con Beatriz y Desi quitando su póster (y cambiándolo por uno de Popeye) es de nuevo, quizá, demasiado "guiño-codazo", pero efectivo.

-El complemento necrológico: Deliciosos esos públicos improvisados de chavales viendo el espectáculo, con sus cámaras analógicas preparadas para inmortalizar el momento. Es algo que ya casi no existe, y quizá el "casi" sobra. El verano pasado hubo un conciertillo en el parque municipal de mi ciudad, y me acerqué allí, provisto de mi Nikon F2. El parque estaba petado hasta los topes, pero... las únicas cámaras de foto que vi eran las mías, y las que llevaban dos o tres miembros de prensa y tele local (que por supuesto, eran digitales, no analógicas). Todos los espectadores, con el móvil.

-¿Quién es Bruno? Me he estado documentando, y he de reconocer que es el perfecto ejemplo de estrella de un día. Detrás de Bruno está Gonzalo Fernández Benavides, y para comprobar hasta qué punto su historia es simbiótica con la de su personaje, aparece en los títulos de crédito del episodio como "Gonzalo" a secas, como si en aquella época su mero nombre de pila fuera ya señal identificativa suficiente para que toda España supiera quien era.

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Gonzalo empezó en el cine, trabajando en cine y series de televisión, y a finales de los 70 dio el salto a la música, aprovechando el tirón que tenían en la época los Miguel Bosé y demás clones. Su primer sencillo, "Bellísimo" fue nº 1 de Los 40 principales durante 3 semanas consecutivas. Y representó a España en el festival de la OTI con su canción "¿Quién piensa en ti?" que también fue nº 1 en Los 40 principales durante semanas.
Ya en los 90, Gonzalo se retiró de los escenarios para pasar a andar entre, bambalinas, como representante y productor musical, participando esporádicamente en la tele y en la publicidad. En su ficha dice que salió en "Ay, señor señor" y la verdad, yo no le recuerdo para nada, aunque hace mucho que vi esa serie. No estaría de más revisar "Ay señor señor", ¿alguien se apuntaría? :lol

Pero lo que realmente me llama la atención y me emociona un poco de su historia, es un evento bastante más reciente: en 2019 se presentó a una audición a ciegas en "La voz senior", programa donde interpretó su famosa canción "¿Quién piensa en ti?". No solo no fue elegido por ninguno de los jurados, sino que, aclarada su identidad... su identidad no quedó aclarada en absoluto. Ninguno de los jurados supo reconocerle. Nadie sabía quien era, o había sido. Su canción, que le valió el nº 1 de los 40 principales en 1983, y la representación española en el festival de la OTI, en 2019 a ninguno de los jurados (que se supone que son profesionales de la música) le sonaba de nada. Lo mismo podía haber sido el tío José, que cantó una de Nino Bravo en la boda de su hija, en el local de bodas "La comilona", sito en Huesca, en 1979.

Si la vida es proverbialmente corta, la fama lo es aún más. Y es que, como le dice a Bruno su mánager, "En este oficio no se puede uno dormir en los laureles. Llega cualquiera y te pisa el terreno". Y sabía perfectamente lo que estaba diciendo, el hombre.
 
Y vamos con otro de esos episodios que recuerdo bien, aunque creo que todos los que faltan, menos uno, ya son de los que me sé, si no de memoria, sí bastante bien. Hoy: El guateque de papá. Uno de esos episodios generacionales, con los mayores intentando comprender el mundo de los jóvenes (intento condenado al fracaso, casi siempre) y haciendo, las más de las veces, un ridículo espantoso. ¡Además es el episodio centrado en el enigmático Quique! ¿Servirá para desvelarnos al fin su origen extraterrestre? Pues no, porque cómo no... siendo totalmente fiel a los esquemas marcados en la jerarquía social, en el episodio de Quique, el protagonista no es Quique, sino su padre. ¡Toma ya!

Todo empieza cuando la madre del chaval encuentra, en su cuarto, una carta dirigida a un amigo, en un idioma incomprensible pero claramente referida a las chicas. A la buena mujer se le mete en la cabeza que ya no tiene ni idea de quién es su hijo, ese desconocido que vive con ellos, por lo que le pide al marido que se acerque al chaval, y se interese por conocerlo, por saber cuales son sus inquietudes, sueños, etc. El padre lo intenta, bueno, todo es extremadamente entrañable, los argumentos del padre son los mismos que usarían mis padres sobre nosotros unos añitos más tarde, y qué coño (¿para qué engañarse?) los que uso yo hoy en día. El buen hombre se pierde en un arranque de nostalgia, acordándose de Roberto Alcázar y Pedrín, y sus cosas.

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El buen hombre parece aceptar la versión de su mujer, y decide acercarse a su hijo. La verdad es que la indiferencia de Quique hacia los avances de su padre dan un poco de lástima, así como la incomprensión del padre sobre los códigos de conducta juveniles. Así, se mete en los juegos de la pandilla, se empeña en seguirlos y participar en sus cosas, los interrumpe para meterles unos monólogos acojonantes, y hace el ridículo al intentar sumarse a sus juegos e imitar su jerga, todo ello sin llegar a entender el malestar que provoca en los chavales con su presencia. Decidido a conseguir su objetivo, y viendo que, por sí solo, no avanza, decide pedir refuerzos a Chanquete, que pasaba por allí.

En general la conversación entre Chanquete y el padre puede trasladarse a cualquier época, pasada, futura (futura de entonces, o sea, presente ahora) y cualquier época que venga por delante. Que los chavales están aburridos, que están amuermados, que ya no juegan, que ya no tienen los mismos incentivos, que ya no se esfuerzan, que lo tienen todo, que son egoístas, que no respetan a los mayores... ¡todo esto, dicho, a principios de los 80! ¡Apenas había nacido yo! ¿Y cuántas veces he escuchado e incluso pronunciado, discursos parecidos yo mismo, a lo largo de mi vida? Los conflictos inter-generacionales no son tales, sino solo uno, el mismo, siempre.

La conversación con Chanquete peca de excesivamente discursiva, como suele suceder en esta serie a veces, pero no por ello la considero un fracaso. Creo que se remarcan muy bien los tópicos de este tipo de situaciones, y no se deja nada por tocar, ni siquiera el hecho de que el padre de Quique le esté pidiendo consejo sobre su hijo a un anciano solitario que jamás fue padre.

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Llega el momento en que los padres de los demás chavales, animados por la experiencia del padre de Quique, deciden imitarle, y montar un guateque todos juntos, los hijos y loa padres. Por supuesto, a los chavales no les hace ni puta gracia. ¿Y qué ocurre al final? Que mientras la pandilla se aburre, salvo en los momentos en los que logran beber alcohol y fumar a escondidas durante el guteque, los padres se lo pasan de puta madre, acaban escuchando su música, echándose unos bailes, contando sus anécdotas y poniéndose finos a cubatas. Al final, los chavales se piran por su lado, y los mayores ni se dan cuenta. El conflicto, si es que es tal, y no simple incompatibilidad, es irresoluble.

-El complemento necrológico: Geniales escenas de padre e hijo jugando al billar y al futbolín en un chiringuito. Yo fui, en mi más temprana infancia, gran amante de los futbolines, y cada vez que íbamos a un bar le echaba unos duros para jugar con mis hermanos. Desgraciadamente, al poco tiempo llegaron los arcades a los bares ("las tragaperras de los críos" que decía mi padre). No es país (ni tiempo) para futbolines. ¿Queda alguno, en algún bar perdido?
 
Si se decía antes que "los críos lo tienen todo, son egoístas..., esta frase se mantendría a día de hoy, porque ahora lo tienen casi todo masticado.
 
Es difícil, casi imposible, decir algo nuevo de No nos moverán. Se trata, sin duda, del episodio más recordado de la serie, junto con el episodio de la muerte de Chanquete, No nos moverán "es" la serie, contiene en su seno la esencia de lo que quería ser Verano y azul, y lo que fue, tan tierno como ingenuo, tan dulce como irreal. El número de homenajes sinceros, parodias chuflas, referencias más o menos abiertas... a este episodio dentro de la cultura popular española en los últimos 40 años, es prácticamente incalculable, de forma que, cuando se habla de Verano azul en los medios, es casi imposible que no te pongan la escena, o una foto de dicha escena, de los chavales cantando en el barco de Chanquete. Del cual, no hará falta decirlo, no los moverán.

Como si quisiera declarar, desde el principio, su singularidad, el capítulo no comienza en las calles de Nerja, ni en ninguna de sus playas, sino fuera de ese pueblecito, lejos, tanto geográfica como espiritualmente, en un despacho solemne y lleno de hombres trajeados y solemnes, que ejecutan (la palabra es casi literal) turbios negocios. Promobisa es el nombre de la empresa, una empresa que huele a planes urbanísticos oscuros, recalificaciones de terrenos sospechosas, y comidas de empresa donde se llevan a cabo corruptelas extremadamente lucrativas, en unión (como buenos hermanos) con estamentos públicos, políticos y mediáticos de aquella época. No se pongan nerviosos, es sólo una serie de televisión.

Promobisa tiene un ambicioso plan a largo plazo para construir un complejo turístico en Nerja, levantar en sus tierras apacibles, un pequeño "Marina D'Or", y sólo una cosa lo impide: en el centro de ese mastodonte urbanístico, justo donde debe alzarse la torre más grande y lujosa, la joya de la corona... está la Dorada. "Un barquito" que su propietario se niega tozudamente a vender, no importa cuántas jugosas ofertas se le hayan hecho, impidiendo así que se inicien las obras de construcción. Deciden ofrecerle una casa en propiedad, perteneciente al futuro complejo como obsequio barra soborno, todo con tal de que venda el terreno. La oferta la hacen por mediación del alcalde, para darle mayor oficialidad al asunto... pero Chanquete ya ha "echado anclas" ahí, y no quiere vender, no quiere cerrar esa etapa de su vida.

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Ahí se acaban las buenas palabras, los obsequios y las palabras amables. El directivo de Promovisa decide que, para que Chanquete venda, hay que convertir Nerja en un lugar aborrecible para el anciano, quitarle todo lo que le hace disfrutar de vivir ahí, más o menos como hacía la hija de puta de Dolores Umbridge en "Harry Potter y la orden del fénix". Indispone a la asociación de comercio contra el veterano marinero, prometiéndoles el oro y el moro si construyen su complejo turístico, y les dicen que Chanquete se está interponiendo en el progreso de la ciudad (y en los beneficios que los comerciantes tendrían de un lugar turístico así, también).

El debate sobre derechos y obligaciones que plantea el episodio, es bastante interesante, casi revolucionario, teniendo en cuenta que la burbuja inmobiliaria tendría lugar casi 25 años después de filmarse este episodio. Básicamente es el dilema (tan viejo como el hombre, sin duda) del individuo vs la comunidad. Un individuo (Chanquete) que está en su perfecto derecho de obrar como lo hace, aunque es acusado de egoísmo y de que, por culpa de su decisión, otros saldrán perjudicados. El individuo es así, víctima y verdugo al mismo tiempo. Víctima por verse obligado, constreñido, por unas normas inhumanas, y verdugo porque si rompe esas normas, se convierte en una amenaza. Y es que el supuesto egoísmo de Chanquete no es tal, como él mismo remarca, no es oro todo lo que reluce, y al final esos beneficios colectivos que se usan como ariete para poner en jaque su voluntad, son en realidad beneficios que van a revertir en los bolsillos de unos pocos.

Me ha gustado particularmente el alcalde, Epifanio (un nombre que se está perdiendo). Ya había salido en otros episodios, pero aquí, por vez primera, le vemos realmente como la voz de la razón, la sensatez. Es un tío que se moja en pro de Chanquete y se llama a sí mismo amigo suyo, pero no todos son así, y la escalada de tensión acaba con Chanquete apalizado y medio pueblo dispuesto a poco menos que liarse a tiros con el otro medio.

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Y el final, pues bueno, os lo estáis imaginando. Aprovechando que Chanquete está ausente, a la Dorada la rodean con excavadoras, dispuestos a cargársela, y actuar a hechos consumados. Los chavales se enteran, y allá que van a atrincherarse con Julia, cantando la cancioncita, y logran impedir el derribo hasta que llegan las autoridades pertinentes.

-El complemento necrológico: Apenas nada que mencionar. El episodio es inquietantemente, casi incómodamente actual en el tema central de que trata.

-Lo que Quique no hizo: Yo diría que en este episodio ni abre la boca, el tío, salvo para cantar. Y Quique tenía pinta de ser de los que mueven los labios cantando sin emitir sonido alguno. Aprovecho su espacio para reivindicar a los fantásticos Tito y Piraña, no siempre los menciono, pero no pasa capítulo sin que tengan alguna trama descacharrante.
 
Es un episodio sobre la especulación y la avaricia psicópatas, raro sería que pasase de moda algún día :no . Ojalá.

Por otro lado, insisto, Piraña es un pedorro freak sin gracia alguna, si la serie nos sigue arrancando sonrisas es gracias a las ocurrencias y la frescura de Tito, probablemente el mejor personaje infantil de la historia de la ficción española.

Un saludete.
 
Del barco de chanquete, no nos moverán,
del barco de chanquete, no nos moveran,
porque este barco es toda su vida,
No nos moverán.

Piraña es un personaje típico de los 80. Muy típico. Y si se entiende el contexto, excelente. Pero esa ya es una característica importante de todo lo clásico, sea en el medio que sea.
 
Llegamos a la recta final con La burbuja, que es el último episodio de esos que no guardo recuerdo alguno en mi memoria. Sé de qué va, porque se comentó por el foro, pero no recuerdo haberlo visto en absoluto. El episodio comienza ya con un marcado tono de misterio desde su banda sonora, vemos a Chanquete ocupado en sus quehaceres y "alguien" le vigila, un extraño barbudo medio en pelotas, que le pide unos tomates de su huerta. Chanquete se los da, como si tal cosa. Será todavía mayor el misterio cuando aparezcan Tito y Piraña y le digan a Chanquete que ellos no han visto a nadie, que Chanquete hablaba solo...

Poco a poco, los acontecimientos se van multiplicando, también Julia y Desi se encuentran con el mismo individuo (parece salido de "No profanar el sueño de los muertos" un poco) y mientras, los dos peques de la pandilla encuentran al mismo tipo haciendo extraños dibujos en la arena...

Hay una conversación un tanto forzada, pero efectiva, entre Julia y Desi, donde la niña confiesa que le gustaría que Julia fuera su hermana mayor. Se revela la conexión entre ambas, y también el fin del verano, que ya está ahí. Ese "¿te acordarás de nosotros?" de Desi, evidencia que ella ya sabe, o sospecha, lo que suele deparar este tipo de amistades veraniegas, relegadas al olvido. Eso, y de paso recordarnos a los espectadores que a la serie le quedan dos telediarios. Tenemos también a unos misteriosos hombres recorriendo el pueblo de Nerja con unos prismáticos, moviéndose en una ambulancia perteneciente a un manicomio, y con unas maneras un tanto maleducadas, para qué, exactamente, no se sabe.

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La pandilla se reúne para merendar en la playa. Allí, Beatriz se queda dormida sobre la colchoneta y la arrastran las corrientes. Cuando despierta, parece ya demasiado tarde, y la tragedia es inminente, cuando nuestro desconocido la salva. Al parecer, según dice, este buen hombre espera a sus compañeros, que deben venir a buscarlo en una burbuja. Y un año antes que a E.T.

Todo parece quedar resuelto de forma racional (a lo Scooby Doo) cuando aparecen los enfermeros del sanatorio mental y se llevan al hombre a la fuerza, explicando a Javi y a Quique, que presencian su captura, que es un enfermo del hospital, que se escapó la noche anterior. Aunque el tipo que les cuenta el tema les dice a los chicos que es un loco peligroso, Javi y Quique coinciden en que no creen que eso, al menos, sea verdad.

Pero cuando todo aparece aclarado y racionalmente aclarado, además, Chanquete, jugando de noche al ajedrez con su amigo farero en el faro, es testigo de la extraña "burbuja de luz". Su colega le confesará que no es la primera vez que ve tal fenómeno en el cielo, pero que nunca ha dicho nada, porque "no tengo nada que ganar, y sí mucho que perder". Es decir, la credibilidad, el crédito social, incluso tal vez, la percepción de la pérdida de juicio por parte de terceros.

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El final del episodio deja bastante claro que el tema ufológico es real, pues el misterioso hombre se fuga, desconcertando a las autoridades del hospital, y la pandilla encuentra sus ropas en la playa, dando por hecho de que "ha vuelto a su casa".

-El complemento necrológico: La ufología fue un fenómeno que pegó fuerte desde los años 60 hasta los 80 y España no fue una excepción. Es posible que el episodio se perciba con un tono rarísimo, casi inapropiado para la serie, si no se conocen los "antecedentes". Tuve a un tío obsesionado con el tema, que coleccionaba libros sin más límite que el que le ponía su mujer, y aunque confieso que al principio sentí interés por el asunto, y llegué a leer varios libros de los más "renombrados" del género, fue la propia obsesión de mi tío, que me parecía un punto insana, la que me llevó a desinteresarme del asunto. Eso sí, desde el punto de vista sociológico sigue siendo interesantísimo, y no he renunciado aún a confeccionar algún día un hilo-monografía sobre Ummo, el gran fenómeno sociológico de la ufología española.
 
Llegamos a semifinales con Algo se muere en el alma. Episodio más emblemático de la serie, homenajeado y referenciado hasta la náusea (¿cuántas parodias de la escena de Pancho corriendo por Cala chica he visto ya a lo largo de mi vida?) inevitablemente centrado en un tema que es casi tabú en nuestra sociedad: la muerte.

Comienza ya con un tono casi amenazador, la visita al médico, que le pone los puntos sobre la ies a Chanquete: su corazón está enfermo, y la situación no es nada buena. La solución es ingresarse en un hospital y hacerse pruebas, a lo que el viejo marinero se niega en redondo. Una actitud tan insensata como humana, que de ningún modo podría encuadrarse en la sección del complemento necrológico: a mucha gente no le gusta ir al hospital. Prefieren evitarlo, postergarlo, incluso demasiado, aún sabiendo lo absurdo que puede ser y lo caro que se puede pagar el adoptar esa actitud. Somos así, todos, viejos y jóvenes, hace 40 años y ahora.

Chanquete parece estar preparándose para lo inevitable. Rehuye a sus amigos y se recluye en su barco, recupera viejos recuerdos de sus baúles y se complace contemplándolos... se aísla hasta tal punto que llega a darle un buen susto al pobre Tito cuando el chaval se atreva a tocar algunos de sus recuerdos y Chanquete le eche una bronca inédita en él.

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Enterada Julia, por el Buzo, del problema, obligará a Chanquete a afrontarlo e ingresarse. Allí lo visita la pandilla, llevándole diversos souvenirs para animarlo y que no eche tanto de menos su mundo.

Tienen lugar unas cuantas notas cómicas en esta parte del episodio, para aliviar lo que viene, supongo, y cómo no, de la mano de Tito y Piraña, que le hacen cosquillas al escayolado vecino de habitación de hospital de Chanquete, Tito luego escayolándose todo el cuerpo y provocando la expulsión de todo el grupo del hospital...

Javi tiene una idea, que Julia pinte un cuadro de la Dorada para llevárselo al hospital al marinero, y regalárselo entre todos. Pero la cosa no llega a prosperar. Chanquete "se fuga" del hospital a los 3 días, se da a sí mismo el alta, vaya, vuelve a su casa y a pintar su barca y parece estar bien cuando Julia lo visita allí, pero muere de improviso poco después. Pancho, el primero en enterarse, se lo comunica a la pandilla, que jugaba en la playa.

A partir de aquí, el tono es abiertamente trágico. La pandilla se reúne para velarlo. Hay en mi opinión, una importante errata en la escena en que Tito dice no saber lo que es la muerte, y Julia se lo explica. Creo que en varios episodios se ha demostrado que Tito sabe perfectamente lo que supone estar muerto, incluso en un episodio que se hablaba sobre suicidio, demostraba conocer el término. Pero entiendo que, siendo Tito el representante del público objetivo de la serie, le tienen que "explicar" el asunto.

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Julia charla con Frasco tras el velatorio, y surge entre ambos la pregunta que seguramente, también se ha hecho todo espectador: ¿cómo ha hecho amistad un grupo tan variopinto? Un marinero vitalista, una pintora depresiva y un puñado de críos. Hoy en día creo que sería socialmente más difícil tal amistad. Al final tiene lugar una discusión teológica sobre el destino de los muertos "que no mueren del todo" y la pandilla juega a "ver" a Chanquete, todavía allí con ellos.

Sin duda se trata de un episodio triste, trágico y a la vez, mítico. Desconozco que efecto causaría en el público en general y en particular, en los niños, cuando se emitió por vez primera, pero todo lo que sabemos sobre la leyenda del episodio, hace pensar que fue todo un impacto...
 
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