Pues hoy he re visitado el episodio de Miguel Bo... perdón, Bruno, y me ha sorprendido comprobar que la puesta en escena de la serie está mucho más cuidada que cualquier producto de su época, con abundantes grúas, movimientos de cámara ya sean panorámicas, travellings de seguimiento, etc, con un buen gusto para el encuadre y las localizaciones. Además sorprende que apostaran por el sonido directo durante buena parte del metraje, aunque sea muy deficiente en no pocas ocasiones.
Luego los actores, tanto jóvenes como adultos en general son muy naturales y creíbles (bueno, algunos más que otros), aunque el estilo de escritura de los diálogos sigue siendo muy acartonado, al estilo de Mercero y Horacio Valcárcel, quienes no por casualidad fueron íntimos colaboradores de Garci, especialmente el segundo. Una pena porque con otro estilo la serie podría destilar mucha más frescura aún 4 décadas después.
Pero lo que nunca cambiará es la capacidad de esta serie para atrapar el momento y el lugar de manera irrepetible, para los que veraneamos de niños en lugares como Nerja (yo lo hacía no muy lejos de allí) es una manera única de volver a la infancia y muchos recuerdos felices.
Además, el hecho de que la serie se rodase a lo largo de todo un año hace que la costa sur muestre en no pocas ocasiones una cara bastante más exuberante de la que se pueda encontrar el turista estival.
Un saludete.