Pues sí, pero se ha ido por todos los cobardes de su pueblo. Si tuvieran los cojones que ha tenido él, se pondrían en la puerta de su casa y a ver quien tenía huevos de increparle e ir a por él. Solidaridad es lo que falta, y pelotas... muchas pelotas en el pais vasco.
Por cierto, a título...