Respuesta: 100 años de David Lean
Como dije ayer: peliculón del 15, nenes.
(
Pasaje a la India, 1984)
14 años después de "La hija de Ryan", ya entrados en los 80, cuando el tipo de cine a lo grande de Lean parecía no tener cabida o menos demanda (los tiempos cambian, dicen) el director decidió presentar su última película, por desgracia, basada en la novela del inglés E.M. Forster.
"Pasaje a la India" es un viaje en sí mismo. Dividida perfectamente en 2 partes, la primera es la más contemplativa y la que se presencia las formas del director: dirección de masas, plasmación del exotismo del lugar (en este caso la India) donde sus costumbres, folklore, religión, cultura, sociedad, etc. son presentados a lo grande y como siempre con esa perspectiva tan íntima que suele emplear Lean sin dejar de lado la espectacularidad del lugar, gracias también al logradísimo trabajo de fotografía. En este caso la historia está ambientada en el colonialismo inglés sobre el lugar y como los ingleses se consideran, racialmente hablando, superiores tratando a los indios como gente de baja estofa, alguien a quien ordenar, mandar, tratándolos como mera servidumbre.
Mientras tanto la historia se centra en Adele, la protagonista (Judy Davis un tanto ambigua, comprensible también por la razón de su personaje, pero que no la veo idonea para el papel, cosas mías). Alguien que no sabe todavía si desea (o no) casarse con su prometido, un reputado juez del lugar. Mientras tanto ella realizará un viaje por el lugar para adentrarse en la esencia de la cultura y conocer en profundidad lo que realmente no se muestra en los viajes programados. Para ello irá acompañada de la madre de él (una Peggy Ashcroft perfecta) y del doctor Aziz (Victor Banerjee, excelente) y un pintoresco Alec Guinness como Godbole, una especie de mezcla entre el maestro Yoda y Pepito Grillo muy pintoresco (la parte más cómica del metraje).
Lean recurre a un metraje pausado, excelentemente empleado, para que el espectador disfrute de todos y cada uno de los detalles que pueblan su película. Pero sobre todo para que vaya familiarizándose con los personajes, sus intenciones / motivos / decisiones. Durante la primera parte vamos descubriendo como las rivalidades raciales, el choque cultural de la seriedad inglesa frente a la diversidad de la India. Pero está claro que quien capta toda nuestra atención (al menos la mía) es el carácter bondadoso, entregado, amable, humilde y servicial del Dr. Aziz.
Me encanta como Lean, durante esta primera parte, toca el género de aventuras sin recurrir a la acción desenfrenada de ese género de una forma que hipnotiza y capta toda nuestra atención (toda la parte de las cuevas, el viaje en tren, la montura en elefante, el recorrido por el pueblo). O el tema romántico, de una forma mucho más comedida pero a su vez sin resultar empalagoso o cansino.
Y justo cuando la película parecía que podía estancarse, sin saber (erroneamente) qué más ofrecer, cambia radicalmente de género para adentrarse sin remilgos y con un acierto bestial en la segunda parte: el género del suspense y juicios. Sin plasmar ni una escena impactante mantiene el interés sobre el devenir de los acontecimientos y como juega perfectamente con lo que creemos haber visto hasta ahora. Quizás algún momento que necesita un perfilamiento aún comprendiendo las intenciones (el amigo saliendo a las masas... quizás demasiado excesivo) pero se mantiene dentro de los límites en resumidas cuentas ofreciendo un juicio sin caer en lo manido y jugando muy bien con el suspense.
Lo mejor de todo, si es que hay algo mejor de todo lo que hemos visto hasta ahora, es (para mi) los últimos 5 minutos. La plasmación de la bondad del ser humano, la redención y el perdón. Victor Banerjee lo borda de una forma, con su compostura, su mirada y sus dotes interpretativas de una forma que le da una redondez absoluta al conjunto. A eso le añadimos la enésima colaboración de Jarre con Lean (no sé si es cosa mía pero la partitura me ha recordado muchísimo a las formas de Mancinni, quizás por ser una pieza más lozana aún contando con la épica para la ocasión).
Una película que nunca saldrá a la palestra en los listados de Lean teniendo esa trilogía perfecta por antonomasia pero desde luego para mi es un título que merece estar al lado de cosas como "La hija de Ryan" o "Breve encuentro". Más que recomendable, sí señor. De verdad, este director es una máquina letal de hacer cine de calidad y espectáculo a partes iguales por un lado y conseguir satisfacer con su cine más íntimo. Por ahora no le he pillado ni un sólo título malo y ya llevo unos cuantos. Si sigue así podría estar hablando del director perfecto. Ojalá, amigos, ojalá.