Vista en blu-ray (sólo la versión alternativa, extendida o lo que sea).
El principal problema de esta película es que da la sensación de producto inacabado; de antojo de última hora sacado adelante a toda prisa para hacer caja. Con cosas como ésta se cargan cualquier franquicia; son pan para hoy y hambre para mañana.
Podría aceptar sin problemas un McLane de bajo presupuesto; de guión menos trabajado; con un reparto menos memorable; rodaje en Europa del este y limitado técnicamente. Pero lo que no es de recibo es que no se alcancen unos mínimos: el texto no llega ni a primer borrador; visualmente parece un (cutre) direct to video ligeramente inflado; las interpretaciones van de lo malo a lo peor (ese Willis de aspecto desganado contagia al espectador desde el primer momento); el montaje es penoso (la escena en la sala de control de la cía no sólo da dolor de cabeza; es ridícula e impropia de una película mínimamente profesional); el ritmo es irregular pero siempre torpe (y no puedes ir de menos a más en caída libre; la escena final en Pripyat es un bajón abisal a todos los niveles... incluyendo ese empacho de cgi cutre).
Lo peor es que se intuye algo de potencial para hacer algo decente. Y es por ese algo que, si tengo que ser torturado, prefiero que lo hagan proyectándome en bucle esta entrega y no la anterior. Porque nunca he soportado eso de los ataques cibernéticos, los informáticos teens, las chinas kung fú terminator, los sótanos freaks, y los villanos ridículos; y no importa que esté mejor escrita y rodada porque sigue siendo un completo suspenso.
En esta nueva entrega hay, al menos, una trama con posibilidades (finalmente arruinadas o sin desarrollar); unos villanos con potencial, pero absolutamente desaprovechados (Sebastian Koch, por ejemplo, es una buena elección de cast para un presupuesto limitado; pero está dirigido como el culo... y es un papel que, bien escrito, podría ser muy jugoso -lo del ajedrez en la cárcel es un gran detalle que anticipa la dualidad del personaje-... Casi lo mismo le pasa al de Bukvic... También hay secundarios que se podrían haber explotado mucho más, como el cachas de los tatuajes soviéticos... un rollo muy retro, gratuito y ochentero, que podría haber funcionado muy bien); y una cierta apuesta, en muchas escenas, por la acción física en detrimento de digitaladas (vehículos dándose de hostias de verdad; helicópteros reales... o ese McLane con ametralladora ligera en plan Rambo, abatiendo fulanos en el piso franco).
Y pensar que se llegó a pensar en Nicholas Winding Refn...