Aunque «El francotirador» de
Clint Eastwood ha
arrasado en la taquilla de EE.UU. y ha tenido excelentes críticas tanto a la dirección como a la actuación de Bradley Cooper (nominado para el Oscar a mejor
actor), algunos detalles del film han sido duramente criticados por los críticos. El que más, la utilización de bebés de plástico, algo que resulta tan evidente en la proyección que movieron a risa en diversas pantallas donde fue pasado el film.
Así, el «Sunday Time» señaló que «nunca se habían visto niños tan falsos». Se refieren a una escena concreta en la que aparecen
Bradley Cooper y su mujer en la ficción,
Sienna Miller, con un bebé que evidentemente resulta de plástico y no real.
El problema fue justificado por Jason Hall, productor ejecutivo y guionista de la
película: «Teníamos dos bebés preparados, pero uno se puso enfermo y el otro no llegó a tiempo, así que tuvimos que improvisar».
En las redes sociales, el venerado director ha sido cuestionado por el hecho pero en la matriz del problema está la habitual costumbre de Clint de rodar rápido, para eludir costes y porque suele prestar más atención a la esencia de las cosas que a las cosas en sí. Aunque el hecho es una anécdota, sí que ha afeado un film que
ha dividido a Hollywood entre los que alaban la gran dirección de Clint y los que acusan a la
película de conservadora con claros tintes fascistas, algo que se evidencia mucho más en el libro que en la película de Eastwood.