Mejor de lo que debería ser, y mi favorita del año tras la irregularisima Black Power y la mediocrísima Funy Cameos 4: Se Hace Infinita.
Los personajes, el humor, la acción, la imaginación (Russos, coño, aprended algo...) y las interpretaciones, estupendas todas. Es divertida. Es inocente (a veces demasiado), es encantadora... Te lo pasas muy bien.
Pero...
No tiene argumento. Es básicamente el climax de una peli de la Pantera Rosa alargado dos horas. Tres tipos quieren una cosa. Hay un reloj. Hala. Yo te la quito, tú me la quitas, yo la recupero, me la vuelves a quitar, toma, daca, resaca... Y el reloj marcha. Hay cinco minutos de mini-drama e historia. ¿El resto? Se resume en el climax final, que es sintesis de los 100 minutos anteriores, condensado con carreras de coches.
No hay narrativa, no hay drama, no hay tensión, y es tan, tan blanda, que hasta los momentos que deberían estar llenos de punch emocional resultan prosaicos.
La primera contaba algo, y tenía fondo y emoción, siendo igual de divertida e imaginativa. Hasta Peña ha perdido parte de su gracia, que consistía más en cómo decía las cosas (ese entusiasmo casi infantil aunado al absurdo) que las cosas que decía y el momento "Peña cuenta historia con su voz sobre los personajes" repetido resulta una mala imitación que aunque aún tiene su aquel resulta fallido.
No sé si será por Wright o se han pasado por si mismos.
Pero al final la peli tiene suficiente encanto, ritmo, gracia e inventiva para ganarte de su lado. A pesar de sus defectos, de su blandenguería y falta de ambición mínima, al final tiene demasiado carisma como para que no acabes rendido. Vista como un intrascendente capítulo disneyficado, casi de cuento. Funciona. Con algún bache, pero funciona. Y no debería.
Bravo, supongo.