Harkness_666
Son cuatro
Respuesta: Atención a esta peli... Chronicle
La he visto, sin tener muy claro con qué me iba a encontrar y temiéndome alguna parida tipo J. J. Abrams vendiendo hype, por la pinta que tenía. Aun viéndola demasiado fallida, me ha parecido, posiblemente, la película de superhéroes más original (que no mejor) que he visto desde El protegido.
Hay un título alternativo que la definiría a la perfección: El bueno, el negro y el malo. La película es exactamente eso, una reformulación descarada de los arquetipos de siempre, el del héroe que hace el bien y salva a la chica, y el del malo que utiliza su poder para hacer el mal. Leone hizo algo parecido (obviamente mucho mejor como película) solo que con el género del western. Esto es lo mismo, pero a través del falso documental y transladándolo al género de los superhéroes (igual que Cloverfield equivaldría al de catástrofes). Aquí tenemos a dos tíos: uno se pone en plan comprometido socialmente para ligarse a una tía. El otro se acaba transformando en lo que más odia. Y además da la casualidad de que ambos son o eran amigos. Son los típicos personajes de las películas de institutos, pero que según avanza la trama, parece que no pueden escapar de su destino de ser esos héroes y villanos (¿de qué me suena todo esto?). Mitología pura, lo mismo que las leyendas griegas, los caballeros de los cantares de gesta, los forajidos del oeste… y ahora su nueva encarnación durante las últimas décadas, la de los individuos con poderes especiales. Hay una metáfora que despeja todas las dudas, la del traje de bombero, que es como el chubasquero del Willis en la de Shyamalan. La poca originalidad y la obviedad de los poderes (volar y mover cosas con la mente), así como lo no revelado de su origen (como un simple mcguffin) son algo que va en la misma línea, es decir, la reducción de un género y de unos personajes en sus claves más puras y mostrarlo desde una nueva perspectiva, que es la del mockumentary, que a su vez es una forma de metaficción.
Y aquí es donde la caga el director y donde la propuesta a mi modo de ver patina. Si se trata de hacer ver una ficción como algo sacado de la realidad, algo no manipulado (aunque lo sigue siendo) y aprovechar las posibilidades que tiene la idea… hay como unas reglas no escritas, pero el director no las cumple, al final cae en los convencionalismos que intenta evitar, con un lío de cámaras de seguridad, teléfonos, etc. y no cuela, como sí cuela toda la primera parte, que puede pasar perfectamente como el videodiario de un adolescente al haber una sola cámara. Al contrario, es un clímax que encaja con el de una peli al uso (sin documentalismos ni grabaciones personales que valgan) más que con algo coherente con la que hasta entonces estábamos viendo (un poco lo mismo que REC 2). Así lo veo yo, tal vez me equivoque, pero entonces no entiendo muy bien qué tiene de especial ésta manera de hacer películas más allá de quedar guay o como curiosidad.
No del todo lograda, pero una propuesta bastante original que consigue serlo reciclando elementos muy vistos para hacerlos pasar por nuevos (igual que por ejemplo Drive).
La he visto, sin tener muy claro con qué me iba a encontrar y temiéndome alguna parida tipo J. J. Abrams vendiendo hype, por la pinta que tenía. Aun viéndola demasiado fallida, me ha parecido, posiblemente, la película de superhéroes más original (que no mejor) que he visto desde El protegido.
Hay un título alternativo que la definiría a la perfección: El bueno, el negro y el malo. La película es exactamente eso, una reformulación descarada de los arquetipos de siempre, el del héroe que hace el bien y salva a la chica, y el del malo que utiliza su poder para hacer el mal. Leone hizo algo parecido (obviamente mucho mejor como película) solo que con el género del western. Esto es lo mismo, pero a través del falso documental y transladándolo al género de los superhéroes (igual que Cloverfield equivaldría al de catástrofes). Aquí tenemos a dos tíos: uno se pone en plan comprometido socialmente para ligarse a una tía. El otro se acaba transformando en lo que más odia. Y además da la casualidad de que ambos son o eran amigos. Son los típicos personajes de las películas de institutos, pero que según avanza la trama, parece que no pueden escapar de su destino de ser esos héroes y villanos (¿de qué me suena todo esto?). Mitología pura, lo mismo que las leyendas griegas, los caballeros de los cantares de gesta, los forajidos del oeste… y ahora su nueva encarnación durante las últimas décadas, la de los individuos con poderes especiales. Hay una metáfora que despeja todas las dudas, la del traje de bombero, que es como el chubasquero del Willis en la de Shyamalan. La poca originalidad y la obviedad de los poderes (volar y mover cosas con la mente), así como lo no revelado de su origen (como un simple mcguffin) son algo que va en la misma línea, es decir, la reducción de un género y de unos personajes en sus claves más puras y mostrarlo desde una nueva perspectiva, que es la del mockumentary, que a su vez es una forma de metaficción.
Y aquí es donde la caga el director y donde la propuesta a mi modo de ver patina. Si se trata de hacer ver una ficción como algo sacado de la realidad, algo no manipulado (aunque lo sigue siendo) y aprovechar las posibilidades que tiene la idea… hay como unas reglas no escritas, pero el director no las cumple, al final cae en los convencionalismos que intenta evitar, con un lío de cámaras de seguridad, teléfonos, etc. y no cuela, como sí cuela toda la primera parte, que puede pasar perfectamente como el videodiario de un adolescente al haber una sola cámara. Al contrario, es un clímax que encaja con el de una peli al uso (sin documentalismos ni grabaciones personales que valgan) más que con algo coherente con la que hasta entonces estábamos viendo (un poco lo mismo que REC 2). Así lo veo yo, tal vez me equivoque, pero entonces no entiendo muy bien qué tiene de especial ésta manera de hacer películas más allá de quedar guay o como curiosidad.
No del todo lograda, pero una propuesta bastante original que consigue serlo reciclando elementos muy vistos para hacerlos pasar por nuevos (igual que por ejemplo Drive).