¡Putísimo horror! Lo mejor que puedo decir es que ha vuelto ese Snyder fanático de la X-Box y magistral realizador de videoclips (Man of Steel ni a eso llegaba). Sin embargo, este señor parece incapaz de sacar adelante cualquier propuesta que vaya más allá de imitar las viñetas de un cómic con cámaras ultralentas y música epatante de fondo. La cosa ésta le queda muy grande, ya que quiere ser algo así como el colmo de la épica “oscura” y nolaniana, con sus batallas apocalípticas, sus alardes de gran filosofía y sus frases para la posteridad. Supuestamente, el enfrentamiento de dos colosos, cada uno con una postura moral diferente, irreconciliable, que les lleva a un enfrentamiento decisivo... un conflicto resuelto con una puerilidad absoluta; metamos a un bicho más malote y más poderoso, y que se den de hostias todos. Tras tantísima grandilocuencia es una más de Superman con Batman metido por ahí y con la tal Wonder Woman de estrella invitada, porque sí. Final lacrimógeno, supuestamente una tragedia y un antes y un después, si al menos nos importara medio pimiento un personaje que no da ni para medio folio (como todos los demás).
El guión es complicadísimo, agotador, con mil personajes y subtramas. Y ya no es que tenga lagunas; es que dudo que tenga sentido. Está contado como si fuera un resumen tipo “en episodios anteriores...” de cualquier teleserie costrosa, una sucesión de secuencias inconexas y breves sin el menor sentido del ritmo, carentes de progresión argumental o dramática. Aquello que pretende ser solemne (el funeral, el juicio), trágico (el trauma de Bruce Wayne con sus padres), romántico (la relación de Lois y Clark), inquietante (la personalidad de Luthor), simplemente es ridículo. Eso por no hablar de ciertos guiños para los fans y de pretendidos intentos de crear un universo cinematográfico de cara a posteriores películas; no pueden estar peor calzados, imposible entender nada. Snyder empieza la casa por el tejado, envolviendo la nada con sus pijaditas visuales. Incluso durante un rato puede engañar y hacer pensar en buenos personajes y en conflictos interesantes, en desarrollos prometedores y en una puta idea que justifique semejante tinglado. No hallaremos nada de eso. Los señores de DC, incapaces de encontrar su fórmula, siguen dando palos de ciego.