Respuesta: Cambiar de vida. Echarle huevos. Buscar algo mejor.
Hazlo. En Noruega, en Rusia, en China, al sur de España o en Portugal. Donde sea. Pero hazlo.
Hay algo que te corroe. Algo que no te gusta. No quieres estar aquí. En tu aquí. No quieres o no crees que este sea TU CAMINO. Y quieres cambiarlo.
Si lo haces y funciona... perfecto. Y si lo haces y no funciona... perfecto también. Como dice TheReeler, no hacerlo es motivo de desilusión; pero hacerlo y darte de bruces es aprender. Claro que sí.
Leí tu post de ENDESA y me encantó. Me he encontrado en una situación similar. Me he ido a vivir a 1.100 km de casa (de BCN a Estepona... aunque matemáticamente podría decir de BCN a Milán, o a Suiza... total, siguen siendo 1.100 km), entendiendo "casa" como el lugar donde nací y crecí durante 36 años. Dejo toda mi familia directa, e incluso un precioso hijo de 5 años de una relación anterior. En este aspecto, he conseguido entender que ahora, 1.100 km, son en realidad 7 horas de viaje, en una larga combinación de coche, autobús, avión y tren, de apenas 40 o 50 euros de coste por trayecto.
Me vine a "ciegas". Con taparrabos incluso. Vivo en casa de mis suegros (porque ellos lo quieren, porque es una casa suficientemente grande como para no entorpecernos), junto con mi actual mujer y su niño (ya mi niño), cuyo padre biológico se fugó de esa misma casa a los 11 días de nacer el retoño. Ahora tengo 2 hijos, pues.
Vivo en una ciudad, de 60.000 habitantes, donde el paro está superando ya el 43%. Es ciudad de vacaciones, con hoteles y otras parafernálias montadas, casi en exclusiva, para el mercado anglosajón. Vivo con la esperanza de poder vender, de una vez por todas, mi casa de Barcelona, lo que me permitiría desahogarme económicamente un montón, puesto que debo seguir pagando una monstruosa hipoteca de esa casa, junto con una pensión carísima e injusta del anterior divorcio. Son casi 3.000 pavos mensuales que debo/debemos buscar cada mes... y yo estoy, técnicamente, en el paro.
De hecho, económicamente, tengo la misma situación en Barcelona que en Estepona. Peor aún, porque en mi campo (sonido directo), en esta zona está imposible, por decir que no existe. Si trabajo, debo invertir pasta en ello: coger el avión como quien coge un coche para ir de su casa al curro. Un concierto me supone ganar menos (por suerte, me pagan bien; muy bien), pero también "perder" dos días entre aviones, viajes y curro. Para muchos sería un destroza-vidas. Pero no. Para mi no.
Cambié de aires. Cambiaron mis ideas. Pasé meses, muchos meses, destrozándome por dentro y por fuera. Fue un cambio brutal, incitando, además, por la benevolente de mi mujer (la actual, claro). Duro. Pero provechoso.
Salí de una especie de infierno social y ahora estoy cómodo conmigo mismo (que es lo importante). Ahora siento la necesidad que realicé antes como una solución. Me moví, y aunque no he solucionado mis problemas económicos, siento paz y tranquilidad. Hasta tal punto que ahora no siento haber perdido una familia ni un hijo, más bien al contrario. Llego a Barcelona de visita con la paz y tranquilidad que uno necesita para poder disfrutar esos minutos, horas o pocos días con el peque con una ilusión tremenda.
Me he dado cuenta de que todo lo que antes era problemático ahora es sólo un recuerdo. El cambio me era necesario, y lo agradezco. Hoy, si algo va mal, va mal y punto... se soluciona y fuera. Antes, era una monstruosidad de temores y malos ratos. Y sólo cambié de lugar. O eso dirían algunos...
Hazlo. Sientes que lo necesitas. Hazlo.
Sólo por hacerlo, desterrarás la palabra "fracaso" de tu diccionario. Y eso que ni tu has dicho que estés fracasado...
Ale.
Un saludo
R. Sendra