Es que precisamente, uno de los grandes atractivos de Marvel (y posiblemente el gran secreto de su éxito) es que era un Universo y no simplemente una lista de colecciones sin relación entre sí. En Marvel todo está conectado: los G.I. Joe's pueden luchar contra los Transformers, y Spider-Man tiene de vecinos a los 4 Fantásticos y cada viernes se va de cañas con La Antorcha Humana. Todo esto, además de servir para crear guiños cómplices a los lectores (en una colección se mencionan de pasada eventos de otra, lo que da sensación de gran coherencia de conjunto) y de suscitar su curiosidad hacia otras colecciones, permite crear narraciones más complejas que la que permitiría una sola colección por si misma. Es evidente que el Universo Cinematográfico pretende replicar la misma estrategia, por eso a muchos espectadores a veces les da la sensación de que las pelis Marvel, más que narraciones cerradas, son episodios de una serie, pero es que ésa es la esencia de los cómics.