Cine Japonés.

Bloody Chainsaw Girl Returns: Giko Awakens (2019)

Sinopsis: Giko Nokomura es una estudiante en la Academia Nightingale, que lleva consigo su propia motosierra.

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qué belleza la última escena de Jigokumon / La puerta del Infierno (Teinosuke Kinugasa. 1953) una de las primeras cintas japonesas en conocerse en el exterior, Cannes), es un dramonazo en toda regla que destaca primero por su explosión de color, casi Minnelli... pero con una puesta en escena mucho más austera y nada que ver; luego tiene un tratamiento bastante original de algunas escenas, una especie de elipsis, pintada en un ¡¡tapete!! desenrollado con la narración en off que te deja a cuadros y ya no sabes si estás viendo un mural del siglo X o celuloide; y luego la fuerza de la historia y el personaje femenino, lo que empieza como una vulgar historia de celos y samuráis acaba con una historia de redención imposible y una maldición de por vida, muy triste y potente; de paso alguna escena bélica tiene un aire abstracto y extraño muy sugerente.


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Maldita seaaaaaa...

Tenía un megatochazo con un monton de pelis y se me ha perdido... :llanto

Suerte que Toshiro es de bastante gusto parecido al mio y ha recomendado casi todo lo que yo...

De lo que no, voy a quedarme sólo en una peli de las que me acuerdo así de repente:

Black Test Car, de Yasuzo Masumura
Madre mia, llevo visto 30 minutos de Black Test Car de Masumura y esto nos los rueda Fincher a dia de hoy y estariamos babeando durante meses... como se las gasta el Masumura a la hora de rodar... flipanteeee
 

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New Martial Arts Film CRAZY SAMURAI Features a 77-Minute Single-Take Action Sequence​

“The highlight of this extraordinary film is a 77-minute action sequence shot in one continuous take, a ‘marathon battle [that] rivals any ever filmed’ (Forbes). Director Yuji Shimomura (Death Trance, Re: Born) has crafted an epic achievement in action choreography around Sakaguchi, who plays Japan’s most legendary swordsman—Miyamoto Musashi (1584-1645), a warrior undefeated in at least 60 documented duels—as he takes on his most difficult battle.”

The film comes from Japanese martial arts icon Tak Sakaguchi (Versus, Rise of the Machine Girl), and the movie will feature a 77-minute single-take action scene. That’s one continuous shot that won’t include any kind of editing.

CRAZY SAMURAI: 400 vs. 1 has a runtime of approximately 92 minutes, and it will debut on the martial arts streamer HI-YAH! on February 12, 2021, just before its Digital, Blu-ray, and DVD drop on March 2 from Well Go USA Entertainment.


 
Tatuaje, de Yasuzo Masumura

La hija de un rico comerciante (Ayako Wakao) es engañada cuando intenta huir del hogar paterno con su amante, separada de éste y vendida a una casa de geishas. Allí le tatuan una araña sobre la espalda, una enorme tarántula que de algún modo cobra vida y hace de ella un ser sediento de venganza. Tomando como base un texto folletinesco y sensacionalista, el resultado es una obra brutal, una tragedia en el sentido más clásico del término, en torno a una mujer manipuladora en cuyos brazos (o redes) los hombres acaban peor que mal. Comienza siendo una crítica de la sumisión femenina a unos y otros, de su papel como objeto sexual en manos de desaprensivos, pero nuestra protagonista desatará su rencor contra quienes le hicieron daño ¿es el tatuaje lo que le hace actuar así… o simplemente obedece a una naturaleza egoísta y perversa? El pobre pringao que bebe los vientos por ella es un tipo de lo más puro, inocente, convertido en asesino y torturado por la culpa, frente a la completa ausencia de escrúpulos morales de ella; o bien estamos ante una historia de un machismo galopante, o todo lo contrario, pues la gentuza en cuestión tampoco deja de merecer lo que le ocurre, siendo las víctimas de un castigo poco menos que sobrenatural, cual maldición que pesa sobre todos (ella incluida).

La presencia de un arte carnal, tan sublime como peligroso, se manifiesta en la figura del tatuador, capaz de trascender lo físico para afectar a lo psicológico, pues pone mucho de sí mismo en la obra maestra que realiza, obteniendo como resultado que su creación le destruya, el progresivo envenenamiento de su propia alma (nadie salvo él, con su sacrificio, puede poner fin a la situación). No sé si incluso podrían verse dos concepciones enfrentadas de la sociedad japonesa en la película, por un lado la tradición, el honor y los principios, por el otro un puro afán mercantilista. En cuanto a la narración, llama la atención su contundencia, va al grano desde el primer minuto, repleta de unos estallidos de violencia cruda, sin un ápice de épica o ensalzamiento (al contrario, muy mugriento y miserable todo), dirigida a impactar y recreándose donde duele… por su parte, el erotismo es indirecto, nunca explícito, con bastantes planos de la espalda de la chica (una imagen no exenta de morbo); la escena de ella al comienzo, paseándose por entre unos jugadores y despertando su deseo sin ser muy consciente de su poder da buena muestra del carisma y atractivo de la actriz. Por último, el amor, la muerte, ambos entremezclados, siempre la misma simbiosis inquietante entre estos conceptos.


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Port of Flowers (Keisuke Kinoshita. 1943)
qué delicia de peli y que cosa tan inocente, parece mentira que en 1943, en Japón se pudiera rodar algo así, tan alejado de la realidad... incluso en el espacio, aquí una pequeña comunidad isleña viviendo su vida tranquila.
Kinoshita, el dire de la enorme 24 Ojos, aprovecha una trama criminal mínima y light para hablar de otras cosas, dos timadores de medio pelo, mienten sobre sus vidas para aprovecharse de esta gente, al final la bondad de la isla les cambiará.
la peli tiene una atmosfera aparte, y es difícil encontrarle peros, muy sencilla y recomendable; parece que tiene algo de propagandística, pero es muy sutil, si acaso ignorar el conflicto y resaltar los valores de la comunidad (ya ves)

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Port of Flowers (Keisuke Kinoshita. 1943)
qué delicia de peli y que cosa tan inocente, parece mentira que en 1943, en Japón se pudiera rodar algo así, tan alejado de la realidad... incluso en el espacio, aquí una pequeña comunidad isleña viviendo su vida tranquila.
Kinoshita, el dire de la enorme 24 Ojos, aprovecha una trama criminal mínima y light para hablar de otras cosas, dos timadores de medio pelo, mienten sobre sus vidas para aprovecharse de esta gente, al final la bondad de la isla les cambiará.
la peli tiene una atmosfera aparte, y es difícil encontrarle peros, muy sencilla y recomendable; parece que tiene algo de propagandística, pero es muy sutil, si acaso ignorar el conflicto y resaltar los valores de la comunidad (ya ves)

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Justo me estoy viendo 24 ojos hoy... Tiene un ritmo lánguido, pero hay que reconocer que actores, localizaciones y puesta en escena son de primer nivel.
Merece la pena verse sin duda, aunque tanta cancioncita a mi me mata...
 
otra de Masumura y Ayako Wakao, Red Angel / Akai Tenshi (1966)
la verdad es que como cine bélico no tiene precio, una historia tremebunda y muy sórdida sobre una enfermera en las trincheras de un conflicto salvaje, la ocupación japonesa de China, no estamos acostumbrados a tratamientos así, un argumento con prostitución encubierta, drogas, vicio grotesco... en B/N; en realidad sería un drama psicológico difícil de definir, la guerra sería sólo el fondo que revela todo lo mejor y peor del ser humano.

yo creo que hay algo especial, muy especial, en el cine bélico de los países que han provocado o sufrido los conflictos más extremos (japoneses, soviéticos, polacos, alemanes...) y es una visión desoladora del siglo XX.

mucho antes de otros cines transgresores Masumura se adelanta aquí varios años y consigue sacar una belleza extrema de la condición humana más salvaje; es una peli humanista camuflada.

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Kanzashi / Ornamental hairpin (Hiroshi Shimizu. 1941)
me ha dado por ver esta cosas naif japonesas de entreguerras -ejem-, son una gozada, pura sencillez, cuatro gestos sublimes y diálogos, pura desnudez, aquí sobre las oportunidades perdidas... o el destino, o la vida, vamos; un balneario con varios personajes sobre los que construir tramas de deseo, indolencia en un lugar apartado del tiempo, con una presencia absorbente de la naturaleza; una delicia de peli.

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Kanzashi / Ornamental hairpin (Hiroshi Shimizu. 1941)
me ha dado por ver esta cosas naif japonesas de entreguerras -ejem-, son una gozada, pura sencillez, cuatro gestos sublimes y diálogos, pura desnudez, aquí sobre las oportunidades perdidas... o el destino, o la vida, vamos; un balneario con varios personajes sobre los que construir tramas de deseo, indolencia en un lugar apartado del tiempo, con una presencia absorbente de la naturaleza; una delicia de peli.
Casualmente la cinémathèque le dedica (desde hoy y hasta el veinte de junio) una retrospectiva:
 
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Esto es una especie de SEVEN/SAW pero en japo, con un asesino chungo que mata de forma escabrosa y pone trampas a los investigadores y tal. Como es japo lleva una máscara de RANA... por que los japos son así.

Se deja ver pero es demasiado larga... tiene su gore y tal... pero es demasiado convencional.
 
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LOS INVASORES DEL ESPACIO (1978)

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La Guerra de las Galaxias japo. Copiada un solo año después, lo cual tiene mérito. Los efectos de naves y explosiones están currados, no llegan al nivel de la ILM pero son chulos... sobre todo me ha gustado el dinamismo de los planos dentro de las cabinas de las naves... hay que ver como menean el joystick. No sale BB-8 pero tenemos a BEBA-2... no hay espadas laser... hay katanas... y no tenemos a la fuerza pero hay nueces mágicas... no petamos Alderaan pero petamos La Luna... delirante sinopsis:

El planeta Jilucia ha sido tomado a la fuerza por la raza de los Gavanas. La última esperanza de los lugareños reside en las 8 nueces místicas de Liobe, a las cuales se les encomienda la tarea de buscar ocho guerreros que los ayuden a derrotar a los invasores. Las nueces viajan por el espacio y dan con los ocho elegidos, los cuales son de procedencia muy diversa: un general deprimido por la burocracia del ejército, tres pilotos tan intrépidos como rebeldes, un jugador empedernido, un príncipe heredero de los Gavanas que vive en el exilio, un robot, y un consejero real. Pero la tarea es monumental y más aún cuando los Gavanas han desplazado Jilucia hacia la órbita de la Tierra, a la cual piensan conquistar. Habiendo recibido el ultimátum de rendición, la única esperanza de nuestro planeta reside en que los ocho elegidos puedan derrotar al imperio de los Gavanas antes que sea demasiado tarde.


Por cierto la dirige Kinji Fukasaku el de Battle Royale.






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Godzilla. Japón bajo el terror del monstruo, de Ishiro Honda

Primera aparición del célebre saurio radioactivo de la Toho que se convertiría en indiscutible icono cinematográfico y cultural del siglo XX, estandarte de un género y comienzo de una saga interminable, muy alejada de este film original al inclinarse muchas veces hacia la parodia y el kitsch desbocado.

Metáfora sobre los peligros del átomo, el contexto de la guerra fría confluye con la experiencia traumática de Japón como nación, su necesidad de exorcizar sus fantasmas nucleares bajo la apariencia de un monstruo mutante y prehistórico ante quien el ser humano se encuentra indefenso, sin medios ni estrategias para deshacerse de él. Se intuye el horror y lo real tras las imágenes en forma de alusiones, o bien como interpelación directa, como la que cierra la peli (abre y cierra un plano del mar, por cierto, tan importante para esta gente). Se muestra la devastación sin reparos, con escenas de refugiados y familias desamparadas (sin comentarios lo de la madre con los niños), semejantes a las de un conflicto bélico y que no esperaríamos encontrarnos en un simple escapismo de serie B con bicho. Conservan incluso cierto potencial unos efectos especiales sin duda envejecidos; algunos planos resueltos con stop motion, pero Godzilla siempre será ese señor disfrazado rompiendo maquetas; cantosísimo y hasta cómico ese camión de bomberos en el que se ven hasta los muñequitos que van dentro.

El tema musical de Akira Ifukube (creador además del característico rugido), con su primitivismo y ritmo rápido, pertenece a esas bandas sonoras indisociables de las imágenes a las que acompaña. No deja de llamar la atención que Godzilla sea una encarnación del mal derivado del avance científico y armamentístico, pero a la vez se trate de un ser primordial que pertenece a las leyendas, una deidad olvidada por el pueblo que regresa para cobrarse su tributo. El desengaño, el profundo nihilismo, se manifiestan en ese profesor ignorado por todos que prefiere conocer mejor a un enemigo tan singular antes que intentar destruirle sin más… también en el científico que sin quererlo es el padre de una criatura incluso peor, su sentimiento de culpa y necesidad de redimirse. La victoria final vendrá, por lo tanto, teñida de tragedia, pues las pérdidas siempre son demasiado grandes. Los protagonistas humanos son lo menos convincente, nos importa poco ese trío sentimental desvaído que se confunde en lo colectivo; vemos constantemente la actividad de periodistas, militares, operarios de radio, etc.

Insisto en lo del icono, pues más allá de este título concreto puede verse la evolución del lagartijo en las películas sucesivas, sus diversas reinvenciones y significados incluso opuestos (de héroe a villano)… Godzilla no pertenece a Ishiro Honda sino que es de todos y de nadie… es, en fin, un mito moderno.


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Daydream, de Tetsuji Takechi

Polémico film considerado un precursor del “pinku eiga” y un hito de la representación de la desnudez y la sexualidad en el cine nipón de los 60. Pese a la censura, al parecer fue el primero en distribuirse ampliamente con éxito, incluso fuera del país, realizándose posteriores versiones más explícitas. Su controvertido director llegó a ser procesado por obscenidad con su siguiente película.

Basado en un relato de Junichiro Tanizaki, trata de la visita al dentista de un hombre que se siente atraído por una bella paciente y que, por los efectos de la anestesia, se hunde en una sucesión de delirios en los que ve a su amada convertida en cantante de un club nocturno, y posteriormente, sometida a sesiones de tortura bondage y electroshock. Aparecen mafiosos, un vampiro, maniquíes y un mono que ríe maquiavélicamente, el momento más perturbador con diferencia. Exploración del inconsciente (no queda del todo claro si el de él, de ella o de ambos), de cierta represión sexual, voyeurismo, el protagonista es incapaz de salvar a su objeto de deseo, continuamente perseguido y acosado, escamoteado una y otra vez siguiendo la lógica angustiosa de los sueños... este deseo insatisfecho evoluciona hacia el afán de posesión y la hipocresía social; si la amada es inalcanzable, entonces resulta que es una puta, y es uno mismo quien pasa a ser el villano. La feminidad queda reducida a mercancía en unos grandes almacenes, la gente pasa por la calle ignorante de la situación, sin ser siquiera consciente de la violencia que ocurre ante sus narices.

Como obra surrealista, experimento visual o lo que sea, me ha parecido una cosa floja. Con situaciones reiterativas, planos dilatados sin razón y una visible torpeza narrativa del director, la idea, como suele decirse, quizá daba para un buen cortometraje pero no aguanta la hora y media que dura esto, con ocurrencias sugestivas que se agotan rápidamente; primeros planos de bocas y rostros, ruido infernal de las herramientas eléctricas del dentista (el gremio de dentistas al parecer puso el grito en el cielo por la deleznable imagen que se ofrece de su profesión), banda sonora como de sci-fi… todo un catálogo de recursos dirigidos a crispar, dar grima y poner de los nervios que logran su objetivo durante unos minutos, pero cuyo abuso indiscriminado deriva en la indiferencia; la huida del villano por las escaleras mecánicas, por ejemplo, daba para una buena secuencia, con esa tecnología vuelta en contra... pero estirada hasta el hastío. Mucho grito de la chica, además, pero un impacto reducido, al menos inferior al que pudo desempeñar en su contexto; todo es muy suave, incluida la pequeña secuencia gore realizada en color, sin más objetivo que resaltar ese gore.

Con todo, el giro final tiene cierto interés. Representaría lo ominoso, oculto bajo la superficie de la cotidiano, un poco a lo Terciopelo azul (plano alejado de la ciudad), pues toda la peli es muy lynchiana en realidad; la auténtica pesadilla comienza allí donde se confunden realidad y fantasía, con ese detalle perverso y “siniestro”, dicho freudianamente, que no encaja y que genera dudas.


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