Respuesta: Clásicos animados de la Disney
Disco 2 de TD "Los mejores cortos animados" (Silly Symphonies).
Walt informa que se basaron en el gallo Chanteclair, uno de los cuentos más populares de la época, para el corto de Sinfonía en la granja (por otra parte, Don Bluth también lo utilizaría para su filme “En busca del rey del sol”). Igualmente, para antes de Blancanieves, realizaron un corto experimental en el cual trabajaron con elementos difíciles de dibujar como son los elementos naturales (viento, agua, rayos, lluvia, etc.) que significaban un gran problema a la hora de plasmarlo pero que serviría también de avanzadilla para lo que vendría después, aparte de que quisieron filmarlo, como bien se puede ver en el resultado, como si fuese un filme en su totalidad. En el pequeño fragmento puede verse los bocetos, maravillosos todos, donde la movilidad es realmente fascinante. Informa también que utilizaron por primera vez las cámaras multi-plano, donde la sensación de profundidad es patente. El resultado fue ganar el premio de la Academia en 1937.
La canción de Silly Symphonies
Leonard Maltin entabla una entrañable y amistosa entrevista con Richard Sherman quien, junto a su hermano Robert, fueron los encargados de una de las mejores partituras de Disney: Mary Poppins entre otras muchísimas obras de arte musicales. Cuenta Richard que Walt Disney descubrió con El cantor de Jazz que sus dibujos, su animación, sus películas podrían conseguir el todo con la música. Uno de los claros ejemplos al respecto fue el impacto de Steamboat Willie. Y como las Silly era todo música, era todo esencia musical le dio la oportunidad de fusionar imagen, sonido, música y ritmo dándole al conjunto un nuevo enfoque totalmente innovador. Lo gracioso del caso es que Disney no sabía tocar ningún instrumento ni entendía de música. De ahí que se valiese de grandes intérpretes musicales que supieran darle forma a lo que él tenía en mente.
Richard comenta que Walt no era una persona pródiga en felicitaciones pero sí era cuidadoso a la hora de criticar lo que no le gustaba. Tal como lo describe era una persona perfeccionista y exigía lo mejor. Comprensible también pues la historia ha demostrado el porqué sus cortos son atemporales, ya sea por la calidad de su animación como por la calidad de la música que acompañaba a su trabajo. Se analiza la pegadiza e impactante canción de “¿Quién teme al lobo feroz?” del corto “Los tres cerditos” pues fue un impacto social dado que se reía de la crisis que había en el momento y enfatizaba un espíritu de superación ante la situación del momento. Otro tema es como el Jazz, en aquella época estaba mal visto y con el corto “Music Land” consiguieron plasmar ese malestar.
Recuerdos de Silly Symphonies
Maltin entrevista a Dave Smith, encargado de los archivos de la Disney respecto al merchandaising de los Silly Symphonies. Mickey Mouse empezó a contar con su respectivo merchan a partir de 1929, un año después de su creación. El primer corto de los Silly que contó con un éxito arrollador y con un gran éxito en el campo de la publicidad y sus respectivos productos fue “Los tres cerditos”. Fue tal el éxito que estuvo en pantalla durante muchas semanas aún habiendo cambiado la película. Es increíble poder ver teteras, distintos portacepillos de dientes hechos de cerámica, juegos de cartas con ilustraciones del corto, figuras de porcelana e incluso un reloj despertador con el lobo feroz como protagonista cuyas manecillas son los brazos. Algo muy novedoso pues antiguamente los villanos no eran populares ni atraían el interés del público.
Ingersol era la empresa encargada de los relojes Disney de la época. Uno de los más curiosos es un reloj de muñeca donde el lobo vuelve a ser el protagonista, con detalles metálicos en la correa y con todo lujo de detalles. En aquella época un reloj de Mickey Mouse costaba 2,95 dólares. Hoy, según Dave, costarían miles de dólares. Hoy el merchandising sale justo al mismo tiempo de estrenarse la película pero en aquellos tiempos éste salía tiempo después, cuando el corto alcanzaba cierto éxito.
Pero una de las joyas de la corona es un libro (por lo visto uno de cierta colección) donde se reúnen todos los Silly Symphonies. Walt Disney sabía que estos cortos no eran muy conocidos y por eso los presentaba “Mickey Mouse”, de esta forma captaban la atención del público. Eran libros caros para la época (2 dólares) y una vez se abren salen desplegables con escenas concretas de los cortos a todo lujo de detalles y vivos colores. Otro objeto llamativo es un cuadro sobre “Lullaby Land” el cual se iluminaba en la oscuridad, con una etiqueta explicativa con Mickey Mouse, pues este era, por así decirlo, la patente que certificaba la originalidad del producto.
Otra de las curiosidades es cortos que no tuvieron merchan en USA pero sí en México como el caso de una figura de cerámica del corto “Peculiar penguins”. O juegos de mesa que se hicieron de cortos como el del Flautista de Hamelin o el de Caperucita roja, una de las secuelas directas de Los tres cerditos. Muy llamativo son los diseños de los posters respecto a los Silly Symphonies pues cuentan con una exquisita amalgama de colores, colocándose en las vitrinas de los cines a modo de publicidad (pues no se acostumbraba a publicitarlos en los periódicos locales). Los diseñadores de estos posters eran los encargados a su vez de los diseños tanto de la publicidad, los juguetes, el merchandising y todo lo relacionado con darle salida en distintos formatos. Y de golpe Dave saca una JOYA: en los periódicos sí se hacían tiras cómicas de los Silly Symphonies cada domingo durante varios años. Un libro los recoge y son oro puro. En definitiva como todo lo referente a estos magistrales e imperecederos cortos.
Las elecciones de Leonard Maltin
Indica que las dos versiones de “El patito feo” (tanto la del 31 como la del 39) son muy llamativas pues es el único corto que cuenta con un original y un remake y a su vez los matices y las emociones que existían en el del 31 vuelven a emplearse en el del 39 sólo que perfeccionando el estilo y la técnica. “Music Land” fue un enorme reto y un satisfactorio resultado pues las ideas para los Silly estaban casi en dique seco y este corto recogía una generalización americana pues el Jazz estaba considerado como el fin de una civilización y los padres sentían cierto temor y reparo por la música que escuchaban sus hijos (aparte de ser considerada una música degradante).
Flores y árboles resultó toda una innovación pues el Technicolor utilizaba dos temas (verde y rojo). El creador del formato creó uno que utilizaba 3. Le propuso a Walt que lo utilizase en sus cortos pues sabía que así le daría el enfoque y el empleo necesario. Éste aceptó a cambio de tener la patente, por así decirlo, durante 3 años. El resultado no pudo ser más brillante. La antropomorfización de los árboles y plantas no era nuevo pues ya se había utilizado en cortos anteriores pero este corto era un paso más en el nivel de calidad. Por último indica que “Skeleton dance” fue todo un prodigio de la narrativa y el empleo de la música y la imagen resultó en un producto mágico y sorprendente, hipnótico a fin de cuentas que en su época resultó todo un impacto. Y no es para menos.