Daniel Day Lewis es el LINCOLN de Spielberg

Respuesta: Daniel Day Lewis es el LINCOLN de Spielberg

Bueno, vamos allá, venga. Que no se diga... eso sí, necesita de dos visionados por la cantidad de datos que aporta. Mención magistral para la partitura de Williams que consigue, una vez más, mimetizar la banda sonora con la película sin necesidad de ser la protagonista. Aparte de que el trabajo de ambientación es perfecto.


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(Id, Steven Spielberg, 2012)​


Cuando leí que este era el Zodiac de Spielberg no captaba en qué sentido. Una vez vista lo veo todo claro y me uno perfectamente a esa opinión. Desde luego Spielberg arriesga con esta película en plasmar uno de los cambios trascendentales en la historia de América y con el biopic por bandera (almenos la parte más importante del personaje) sin recurrir a escenas impactantes y dejando la guerra como una mera anécdota al principio y en apenas un par de minutos: aún y así con una ferocidad aplastante. Mírese ese soldado hundiendo la cara de otro soldado a punta de bota en un charco de barro enfangado mientras otros tantos insertan sus bayonetas en el enemigo.

Por lo demás no hay ni un sólo momento donde haya acción pero por extraño que parezca la acción, más allá de la lucha encarnizada o las balas a cuerpo vivo, no son necesarias para conseguir una rotunda historia seria, con un caudal de información abundante y con el ojo puesto en interpretaciones modélicas (el reparto y sus interpretaciones son magníficas al respecto) que dan a la película el fervor, la audancia, la esencia del patriotismo / libertad necesarias para conseguir un pedazo de historia filmado a la Spielberg y salir airoso al respecto.


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Si bien es cierto que puede que a quien no le atraiga el cine político pueda estomagarle un rato (largo), que no ha sido mi caso, y puede que uno se pierda ante tan cantidad de apellidos y situaciones que si uno no está puesto en las intrínsecas partes de esa parte de la historia pueda perderse en algunos momentos puntuales (ahí sí ha sido mi caso) no deja de ser un claro ejemplo que Spielberg es un maestro en cuanto a narrativa se refiere y como juega con la exposición, la tensión, la emotividad y la falta de sutileza del momento: sin ir más lejos la película contiene grandes momentos made in Spielberg:

- Lincoln escuchando a los soldados negros, mezclándose entre el pueblo, alentando y animando a sus tropas. Como los soldados blancos estuvieron ante el discurso que animó y envalentonó sus corazones, lo oyeron pero no lo escucharon para rápidamente desaparecer de la escena mientras el soldado negro relata y reza cada una de las frases como si fuesen suyas.
- Todos y cada uno de los speechs de Lincoln ante su gabinete, exponiendo sus valores-decisiones-necesidades por y para el pueblo.
- Sally Field ante Tommy Lee Jones en un face to face tenso mientras ella golpea (verbalmente) y el otro recibe. Imposible no quedarse prendado y maravillado ante el tour de force interpretativo de Field por no haber podido evitar la muerte de su hijo y como se reprocha el matrimonio quien está más roto por dentro.
- Gordon Lewitt contemplando horrorizado la cantidad ingente de miembros amputados ocupando una montaña de cadáveres y querer alistarse en el ejército (quizás el momento más álgido de su interpretación).
- La relación paterno filial entre Lincoln y su hijo pequeño (perfecta simbiosis de Lewis con el niño, como si realmente fuesen padre e hijo) mientras él está en plena discusión política o mientras medita en el resultado final de la convocatoria a su vez que el hijo forma un castillo de libros.
- Lincoln visitando a sus "contrincantes" para que decidan y no opten por el NO. Es tal la compenetración escéncica/interpretativa que asombra.
- La firma de paz en tierra de nadie. Una escena que en principio parece que no pase nada pero Spielberg lo adereza todo con la cámara, la música y la fotografía.
- Las divertidas y amenas escenas donde se va sobornando a los distintos congresistas (para el recuerdo: la montaña de billetes encima de la carta escrita en el banco).
- Lincoln, a caballo, pasando por el campo de batalla y contemplando el horror de una guerra, con los cuerpos esparcidos.


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Pero para mi el momento Spielberg, el que se lleva la palma por encima de todo no es otro que el recuento. Es importante constatar como el maestro logra crear una película dentro de la misma, con la tensión, el montaje, la exposición y el juego de cámaras/interpretaciones en estado de gracia. Como aún sabiendo el resultado logra mantener la atención, la tensión y el interés mientras todos mantienen su puesto en la concatenación: Lincoln calmado, con su hijo en el regazo como si estuviese convencido de resultar vencedor, los militares escuchan a través del código morse, Sally Field apunta en la libreta con la cara compungida ante un resultado que no sabemos si saldrá victorioso, etc.

Es cierto que son 3 horas de un cine comprometido, cine muy serio (quizás su título más serio, contundente, con fundamento y casi sin espectacularidad) y que como bien se comenta la atención dependerá de cuanto interés pueda provocarle a uno la historia que se nos narra pero no es más cierto que Spielberg siempre ha admirado la historia de América, que siempre ha sentido pasión por los cambios hacia la liberación de los oprimidos (su filmografía versa sobre el Nazismo y sobre la esclavitud) y no podía perder la oportunidad de rendir homenaje con esta exposición. Y puedo concordar que el texto es denso, exigiendo la mayor de las concentraciones, pero el resultado vale la pena: porque es una historia bien contada, sin dejarse nada en el tintero. Son casi 3 horas de cine en estado puro, cine con sentimiento y cine con decisión en las elecciones mostradas. Y si encima contamos con unos diálogos pensado, con peso y poso y una entrega en todas y cada una de las escenas más concurridas estamos ante un trabajo de una artesanía encomiable.


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No me quiero dejar en el tintero las interpretaciones, a cual más fascinante. Lewis consigue un Lincoln comedido, con el don de la palabra, con las anécdotas por bandera para conseguir ser un hombre cercano, un hombre que se convirtió en parte de la Historia habiendo logrado un paso decisivo aún rompiendo las cadenas (de cualquier tipo) pero con una entrega y un sacrifico perfecto. Pero Field consigue ser una partenaire excelente (ver la escena en la que se arrodilla y besa el suelo en puro dolor emocional) o un Lee Jones entregadísimo, en uno de sus mejores papeles hasta la fecha: convicción/entrega. Pero mención especial a un conseguido Spader: cómico y conseguido a partes iguales.

Lo más llamativo del caso es que Spielberg no está interesado en convertir esto en la parte escabrosa del personaje. De ahí que el punto álgido y quizás el momento más conocido de Lincoln (su asesinato) no suceda en pantalla y su muerte sea más un esbozo sin apenas hacer inciso en ello. Spielberg quiere que con su película sea recordado o dar a conocer la parte importante de su historia (aunque el gachón juegue con el espectador al mostrarlo en un teatro en una escena que nada tiene que ver con la fatídica muerte). El simple hecho de hacer pasear a Lincoln por el pasillo, entre sombras, con la chistera puesta y partiendo hacia el teatro, ya sirve perfectamente como ejemplo de que es el final de una parte de la Historia.
 
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Yo ahora retaría, para unos años, a Spi que hiciese como Eastwood... otra peli sobre Lincoln pero enfocado desde lo bélico y lo político de fondo, casi sin apenas aparición. Sería redondear aún más.
 
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A uno de los más grandes narradores y artistas de la historia le da por decidir filmar al presidente más importante de su continente y, para mayor reto, hacerlo en los últimos días de su vida y presidencia, aquéllos donde su mayor empeño profesional fue abolir la esclavitud en Estados Unidos, en plenos estertores de la Guerra de Secesión.

No tengo problemas, y lo sabéis, en decir cuándo Spielberg pincha..., ahí tengo el reciente ciclo. Son muy pocas veces, porque hablamos de alguien absolutamente todopoderoso, pero si tenemos que golpearle por Amistad, La Terminal, Hook, Always y algunas pocas tantas, pues se hace. Es bueno para saber valorar a los grandes autores y entender su obra. Por eso tenía cierto miedo con Lincoln, debido a uno de sus pinchazos: "Amistad", film donde tratando temas históricos y de esclavitud, ponía en absoluto ridículo su oficio, cayendo aguas por todos los flancos abiertos.

Viendo el tráiler, a pesar de la belleza de sus imágenes, me pasaba un poco lo mismo. Si bien un film inédito de Lincoln en estos días precisaba de un rigor y una frialdad similar a la que se proponía Kubrick con Napoleón, en el tráiler parecía que Williams y sus directrices habían arrojado una película demasiado sentimentaloide y sin distancia. Estaba aterrado, aunque en principio no debería, porque Spielberg volvía a tener una racha fantástica y prolífica, pero también la tuvo cuando perpetró Amistad. Entonces, en un acto de ilegalidad falaz, di al play en mi multimedia.


Y entonces. Entonces no daba crédito.


Había algo que todo el mundo esperaba de Spielberg siempre y, por otro lado, pocas cosas le quedaban por perpetrar. Todos queríamos un film de este autor seco, pero sin perder personalidad. O aparentemente seco, sin dejarse llevar por concesiones que en una radiografía de semejante personaje, no pegarían. Y también queríamos, ya que siempre ha tenido componentes históricas nunca rematadas del todo en base a la narrativa más clásica, que se comprometiera al completo con lo que estaba contando y dejara su estilo más dramático al lado. Y no ha hecho sólo eso, sino que lo ha hecho sin abandonarse a sí mismo.

En primer lugar, se encarga un fantástico guión que trate todas las decisiones y contextos de Lincoln en base a lo más importante: SU HUMANIDAD. Por eso, el único minuto de acción carnívora (el diminuto bélico fantástico del principio) es mostrado para encadenar con un fuera de campo GIGANTE que hace de despachos auténticos campos de batalla y locales de decisiones universales. Ya no veremos casi exteriores, no observaremos batalla alguna (todo lo contrario, veremos la batalla final DESPUÉS, junto con Lincoln, donde él mismo se da cuenta de dónde se libra todo y lo temible que resultan algunas palabras encerradas en base a lo que ocurre fuera, rodeado de cadáveres) y en ningún momento presenciaremos ningún disparo, ni siquiera en su asesinato. Renunciar a esto siendo quien es este hombre y con lo fácil que lo tenía para realizar set pieces, es poco menos que suicida. Es admirable.

Y se opta por el poder de la palabra y de unas interpretaciones absolutamente solemnes, donde en casos como el de Day Lewis primero se es y luego se actúa. No hablamos de imitación, hablamos de transmutación en un papel que precisa de un exorcismo y que pone el bello de punta al más lejano de los emocionales. Pero es que los restantes, pese a irle algo a la zaga (hablamos del mejor de todos los tiempos, con muy pocos al lado), no se quedan precisamente cortos. Y en ninguno de los casos hablamos del más mínimo exhibicionismo. Una película que tiene que verbalizar un fantástico guión precisa de estas intenciones con los actores. Es todo tan verídico que casi pasa por documental, si no fuera por el virtuosismo (absolutamente elegante, por otro lado) visual (ya que casi no hay música) y que ofrece lo mejor que podamos ver en este medio.

En cuanto al guión, es admirable. Si bien, curiosamente, Lincoln está casi la mitad de metraje fuera de pantalla (otro bravo), se trabaja en base a su humanidad, su audacia y su rotunda maestría a la idea de abordar problemas graves. Él es un político y actúa como tal, pero lo hace con humanidad. En vez de dar largos discursos vacuos, que no los aguanta, empieza los mismos con una anécdota humana que lo acerque a su oyente y no tenga nada que ver con lo que viene después. Todas ellas le ponen al lado de oídos a conquistar e intenta llegar hasta ellos con el alma. Pero lo mejor es que sus discursos actúan en base a, repito, una humanidad. Un objetivo absolutamente loable: abolir la esclavitud, sin importarle la demagogia. Por eso, la presentación del personaje es lo mejor que he visto jamás, porque es toda una declaración de intenciones: Lincoln hablando con soldados de color y escuchándoles entre sombras, sonriendo y compartiendo con ellos el momento en clave de unos diálogos también humanos. Y lo mejor de todo, hablan con alguien muy popular y se debaten a ver quién la dice más gorda y aprovechar el momento. Pero atención, todo acaba con un discurso que pasa de boca a boca sin acabar de terminarse, hasta que llega el personaje de color en el que menos se confiaba y lo acaba. Y el plano sigue en la nuca de Lincoln, meditando. Kubrick lo hubiera hecho igual de bien con su Napoleón, nunca mejor. Y eso es lo que se ha propuesto Spielberg, respetar a semejante figura y trazarla de la misma manera que lo hubiera hecho Kubrick. Lincoln era una película que perseguía tanto como Hook, la diferencia radica en que aquí lo ha conseguido. Y lo mejor de todo es que Lincoln no es un personaje maniqueo: miente, a veces manipula, soborna e incluso tiene más cariño por un hijo que por otro. De hecho, su preocupación por el niño en su partir a la guerra es más por el qué dirá la mujer que porque no decida ir a la guerra, cosa que Lincoln apoya. TREMENDA la secuencia de los brazos en la zanja, por otro lado. Toda una declaración de intenciones, otra vez. Por no hablar de la explosión dramática de Lewis en base al hijo fallecido, donde deja bien clara la tormenta interior que lleva por dentro, sin necesidad de lutos. Un conjunto de escenas que componen una enorme secuencia que es la película, teniendo matices varios por plano que precisan de varias visitas. No es un film que hable de decisiones políticas, sino de un hombre que se enfrentó con todo por un objetivo humano y la definición del mismo. Volvemos un poco al esquema de Pozos de Ambición, diríase, pero desde el prisma justo contrario, aunque con el mismo actor. Ya lo dice Spielberg sobre esta peli: "siempre me llevo al espectador de viaje, pero aquí quiero que él ponga de su parte y sea componente del mismo". O lo dice claramente Lee Jones en un momento clave: "si no te sorprendes nunca, es que tú no eres sorprendente". Y eso es lo que puedo decir de una crítica errónea hacia esta película.

Por eso, la sombra de Lincoln y sus decisiones o sus luchas es lo que prima en todo el metraje, respetando una figura que no debe mostrarse de todo. Y aquí está, entre otras cosas, la maestría de Kaminski, que vuelve a demostrar ser uno de los mejores. Lincoln, tanto por planificación como por luz, está siempre en sombras. Os diría que no hay plano donde no haya escondida parte de su cara, aunque sea con una sombra. Espaldas, contraluces, planos generales, cuadros vivientes y rotundas incógnitas para un personaje por el que hay que tener un respeto de intimidad, lo cual no sólo borda el guión con las elipsis (atención a éstas) o fueras de campo, sino que encima se matiza con un trabajo de luz pictórico tan memorable como absolutamente perturbador. Algún halo de luz hay, ¿y? Me encantan, es algo que no sólo aporta al estilo de un DP, sino que encima puede contribuir a hacer el cuadro más llamativo o, en casos como éste, más pictórico. Por eso su muerte es una espalda andando tambaleante, en posiblemente uno de los planos más hermosos que yo he visto jamás. Tanto como el de la reacción del hijo tras la noticia. Tanto como tantos. Porque sí, diablos, ver la muerte de Lincoln hubiera sido tan erróneo como inadecuado. Casi pornográfico en un guión de fueras de campo, respetos y sombras.

Por no hablar del diseño de producción, donde se trabaja hasta el botón tirado en el suelo. En una matrimonianza con luz, vestuario y maquillaje/peluquería que no recrea, sino que crea en base a la recreación, volviendo a huir de la imitación sin renunciar al verité más absoluto. Todo el mundo, siendo los mejores en sus campos, están entregados del todo.

¿Qué nos queda? Spielberg. En un ejercicio de elegancia, contención y, sin embargo, autoría. En una obra carente de música donde, cuando surge, deja ver al Spielberg tradicional en, quizá, los momentos menos magistrales del metraje. En los más desnudos, que no pobres. Se trata de diez minutos que, sin ser poco estimables, sí alteran algo la percepción del resto. Diríase: enseñar el sueño del barco, la elipsis de la llama, las músicas algo ramplonas para suavizar momentos o la tensión que no es tal en la decisión final. Y algún otro que, si bien son potentes, no van tan al tono de lo acordado.

No estamos hablando de un top de Spielberg, en definitva. Estamos hablando de un top universal que permanecerá siempre. Y me parece impresionante que venga de un hombre que, a sus casi 70 años, lleva dando tops desde los 20.

No es humano. No lo es.
 
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Seguro que esas dos reseñas ya son más certeras que la mayoría de la crítica patria.
 
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Muy buen texto, quillo. Volvemos a coincidir y en trozos muuuuy concretos citando casi las mismas palabras.
 
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Seguro que esas dos reseñas ya son más certeras que la mayoría de la crítica patria.

Gracias, compadre. La verdad es que es una película magnífica y merece ser criticada en el mejor de los sentidos. Y lo que más me gusta es que Lewis podría haber histrionizado su rol y no lo hace. O Spielberg podría haber metido si hubiese querido esa ñoñería que muchos le achacan (aunque a mi me chifla) y está de lo más comedido pero por ende no la abandona sino que la ofrece con otro tono, más histórico que sensiblero.

Lo ha vuelto a hacer. Nada más eso.
 
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Muy bien Atre y Magno!. He leido muy (muy) por encima porque aun no he sacado tiempo para verla, pero en cuanto la vea, a ver si esta noche puede ser, os leo con atención :ok Que con lo que se dice por el hilo y viniendo de quien viene... dudo que defraude.

Un saludo! :hola
 
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Leyendo ese post, Mo, es una tristeza que despaches casi todas las pelis en dos líneas.


Un pequeño apunte sobre el guión y su trabajo de investigación: la mayoría de frases solemnes, anécdotas, discursos, sueños e ideas que narra Lewis en la peli son palabras documentadas del propio Lincoln. A veces, coma a coma.
 
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Es una pelicula que me ha parecido poco empática en general, vuestra vehemencia me ha entusiasmado más que el propio film, incluso algún palmero poco sospechoso de fanboysmo alucina pepinillos en las redes sociales, digo yo A VER SI ES PROBLEMA MIO JODERRRR
 
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Es problema tuyo efectivamente. Siempre lo es. :diablillo
 
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Qué cabrón Spi trolleándonos ahí al enseñarnos un teatro.
 
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Necesita revisión Valek, en mi caso cuando salga el blu.
 
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la mayoría de frases solemnes, anécdotas, discursos, sueños e ideas que narra Lewis en la peli son palabras documentadas del propio Lincoln. A veces, coma a coma.

:palmas

Es que es una pasada al respecto.

digo yo A VER SI ES PROBLEMA MIO JODERRRR

Encuentro que pueda ser debido a que al ser cine político/histórico y con más diálogo que acción (emocional) pues pasa más desapercibido o no transmite tanto (y entiéndase el tanto) como en Schindler/Imperio del sol/Color púrpura (o en mi caso Amistad en más de una ocasión).

Pero es en las interpretaciones donde uno descubre que hay una artesanía escénica y unos valores emocionales muy intrínsecos. Por ejemplo cuando el abuelo congresista habla con Lincoln frente a la chimenea, Lincoln hablando con los soldados negros, cuando Lincoln le dice a su esposa que desearía enterrarse vivo con su hijo muerto o cuando narra la anécdota del cuadro cuando uno conecta.

Quizás la podrías revisionar dentro de unos días. Puede que te cambie la valoración.
 
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Si revisé el caballo sin gustarme, a esta le debo un par de visionados de pipa y libreta.
 
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Otra peli de Lincoln pero ahora enseñando las batallas en lugar de los despachos.

Atreyub y sus disparatadas ideas.
 
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