Jesse Custer
Miembro habitual
Pónganlos en La Moraleja, Galapagar o Pedralbes, ningún problema, amigo.
Ohh que triste, veias delicuentes y miseria en Marruecos.Vivíamos en un barrio de clase media, cerca del Instituto Español donde daba clases mi padre y de la gran mezquita de Mohamed V, que cantaba cinco veces al día para llamar al rezo. Nuestros vecinos eran marroquíes y el piso nos lo alquilaba un dentista. Los 'niños del pegamento' pululaban por mi barrio. Eran de mi edad, pero no tenían nada. Apestaban a disolvente químico, deambulaban colocados, te pedían un dirham con los ojos nublados y el cerebro frito, trataban de tocar el culo y las tetas a las chicas que se cruzaban por la calle, y si los pillaba un gendarme marroquí los inflaba a puñetazos.
El mundo es un sitio asqueroso y a nosotros nos toca apechugar. Los problemas de un niño nacido de una prostituta en Marruecos adicta a la heroína son nuestros problemas. Vivir en un país desarrollado nos obliga a asumir la responsabilidad cuando uno de esos niños viene a llamar a nuestra puerta.
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Rocío Monasterio no es responsable de que alguien tire una bomba en un sitio donde viven niños que no tienen nada en este mundo, pero sí es responsable de difundir un discurso que, además de deshumanizado, es simplista y no dice la verdad.
Este es el problema del pensamiento buenista, que no quiere resolver un problema solo ocultarlo para que no moleste. Es pura imagen y altanería.