Os cuento una anécdota muy divertida de una lejana fiesta de fin de año en mi localidad natal. Un amigo nuestro fue a la barra y se encontró con un amigo suyo bastante borracho, estuvieron un buen rato hablando y vino donde estábamos sentados, en el grupo estaba la hermana de uno de nosotros (un orco de cuidado y muy mala persona, para completar el conjunto).
La breve conversación, entre el emisario del tipo cuestión y su "objeto de deseo", fue la siguiente:
"Oye, mi colega quiere rollo contigo, le das mucho morbo."
"Dile que no, no es mi tipo."
"¿Pero tú crees que estás para elegir?
Nos estuvimos riendo esa noche, hasta el amanecer, y por lo menos dos semanas más cuando nos acordábamos, con el hermano de la susodicha presente. No nos cortábamos un pelo.
Perdimos el contacto y la amistad, como era de esperar.
¿Sabéis lo mejor? Este tipo, ya todo un adulto, es concejal en el ayuntamiento de un pueblo cercano (de un partido bastante conservador) y su hermana es ahora...su hermano, tras pasar por un cambio de sexo completo (uno de mis amigos vive allí, desde hace unos meses, y se cruzó con ellos dos, aunque parece que no le reconocieron).
Me cruzo de cuando en cuando con el tipo que quiso rollo con ella/él, casado y con dos hijos, y tengo que aguantarme la risa, a pesar de haber pasado más de veinte años. Estoy fatal de la cabeza.