-Pasó varios años en la cárcel. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Aprendió algo?
-Fueron unos años terribles, porque después de estar 17 años bajo la manipulación de alguien que te hace tanto daño, todavía ser castigada por una sociedad... Estuve, y necesito que tú lo remarques, en un proceso, no estuve pagando sentencia. Estaba procesada, que es algo inaudito, y salí absuelta. Y sí, claro que se aprende. Se aprende que la mayoría de las mujeres que están en la cárcel, de verdad te lo digo, son mujeres inocentes, y que están ahí en el 70% de los casos por causa de un hombre, que las hizo firmar o que vendía drogas. Luego, el primero que sale de la cárcel es el hombre, porque es el que tiene el dinero y a la mujer la dejan ahí. Aprendí que a la mujer la dejan olvidada, la abandonan, mientras que al hombre lo visitan las esposas. El otro 20% de los casos son chicas que tienen vicios y que fueron abusadas desde pequeñas, incluso por sus propios padres. Y sí, hay un 10%, más o menos, de diablillas. Creo que en el caso de las mujeres el sistema judicial y penitenciario debería cambiar porque biológicamente la mujer no es igual al hombre.