- A mí me ha gustado el final porque soy un nostálgico irredento y no estaba preparado para decir adiós a David Tennant otra vez. Otra vez no. De verdad que no. Creo que merece quedarse. Llamémosle méritos, pero se lo ha currado. Es su premio porque ha devuelto a la serie a niveles nunca vistos desde la época dorada de los años 70 y no era justo que desapareciese. No lo es para ninguno de los doctores desde los inicios de la serie, pero Tennant es el Doctor y el Doctor es Tennant y eso, eso tiene que valer algo. Ha mantenido el personaje en los seriales radiofónicos de "Big Finish Productions" con maestría, continuando con su carrera de actor, pero sin abandonar nunca al Doctor.
Tennant ha sido el Tom Baker de nuestro tiempo, salvando las distancias (lo dice un fan de tomo y lomo de Tom Baker y de toda la vida además. Hasta la aparición de Tennant, Baker fue mi Doctor y lo sigue siendo en cierta manera, aunque un peldaño pequeño, pequeñito, casi tanto como el cuerpo del Juguetero cuando es encerrado en su caja de juegos, por detrás de Tennant). Se ha juntado esa rara coincidencia de un gran actor que amando el personaje, lo ha podido interpretar, como le sucediera a Peter Cushing con Sherlock Holmes, pegándose a su piel y le sienta como un guante. Se ha beneficiado también de una carambola tan especial como es la de presencia de la actriz y amiga en la vida real, Catherine Tate. La química entre ambos traspasa la pantalla y cuando los vemos, vemos a dos intérpretes que se lo están pasando de fábula.
Cuando la Doctora número 13 se regeneró en el 14 Doctor, me sorprendió su aspecto desmadejado. La corbata y las zapatillas deportivas de siempre seguían ahí, aunque descoloridas (ese tono apagado y grisáceo era un aviso de lo que estaba a punto de venir), pero ya no la chaqueta reemplazada por un chaleco y además estaba esa barba de dos/tres días. ¿?¿? Por mucho que él exclamase sin parar su icónico: "What? What? What???", sorprendiéndose de recuperar su antiguo rostro, ahí había algo diferente... quizá sólo era un matiz, pero era diferente.
A medida que fueron emitiéndose los tres especiales, me di cuenta de que aquel vestuario que se parecía sin serlo al del 10 Doctor, aquella imagen desgarbada, excesivamente delgada, se debía a un Doctor que aunque parecía ser el de antes ya no lo era. El nuevo Doctor era un hombre agotado, excesivamente cansado, con la energía justa para salvar al mundo una última vez.
El joven que se presenta a la fiesta de Navidad de Rose Tyler y su familia, tras regenerarse desde el 9 Doctor, hecho un pincel, con su traje bohemio y gabardina, dejando sorprendida e inmediatamente fascinada a Rose, ya no existe. Cuando en el último especial se regenera en sí mismo y en el 15 Doctor, el que queda es un hombre sin corbata, descalzo, con un remedo de su camisa y nada más. Ya no hay disfraz. Ya no hay uniforme de superhéroe, ya no hay modelo para el cosplay. Un hombre sin más, que quiere descansar y disfrutar de sus amigos, su nueva familia. Lástima que la muerte de Bernard Cribbins nos lo hurte de esa mesa de comida familiar.
Como soy un maniático en esas cosas, me fijé si durante la comida, el Doctor iba calzado o había abrazado el camino de un modesto anacoreta. Un nuevo San Francisco de Asís. Al menos sí, las zapatillas estaban ahí y también recuperaba su camisa, aunque abierta, sin corbata. El 10 Doctor nunca hubiera ido a una comida sin su corbata, pero éste sí, porque ya no tiene nada más que demostrar ni a nadie más que conquistar. Como un Quijote prematuramente envejecido, se ha retirado, ha colgado su chaqueta como Filemón Pi, su gabardina... sus armas, aunque me da que volveremos a verle.
En mi opinión, el 14 Doctor que resurge tras la regeneración doble del episodio final de los especiales, está más, mucho más desnudo, a pesar de seguir llevando los pantalones, que el jovial 15 Doctor en calzoncillos. El hombre que queda, lo que queda del 14 o del 10 Doctor, es un hombre exhausto y gastado que necesita retirarse. Un Tintín como el de "Tintín y los pícaros", que se siente feliz de regresar al castillo de Moulinsart porque ya no tiene energías para nuevas aventuras.
¿El nuevo 15 Doctor? Como las modernas representaciones de Batman, Superman o Sherlock Holmes. Personajes para una nueva generación que apuesta por la velocidad y la temeridad sin estar sujeto a peajes del pasado. Ya no hay tormento, ya no hay remordimientos, ni dudas, ni todo el peso del Universo sobre su espalda... a pesar de que el Juguetero anunciara que todavía queda un enemigo, un enemigo tan terrible que espera y ante el que no se atrevió a jugar. Este nuevo Doctor es un chico travieso que viene a pasárselo bien y a apostar por la aventura pura y dura, luchar contra duendes en un barco pirata y... y... pero ya no es mi Doctor.
Yo me apeo en esa comida familiar del episodio final y sueño con que a lo mejor en un determinado momento, el 14 Doctor, que es el 10 también, recupere su corbata (no la pajarita, que como él bien dice, cuando me la pongo sólo me trae problemas, aunque cuando fue el Profesor John Smith, a principios del siglo XX, le quedaba de maravilla) y viva alguna nueva aventura, En radio seguro que sí. Ahí tendremos a los gerifaltes de "Big Finish Productions" y pasaré por caja religiosamente. Os recomiendo estas audio aventuras. Son muy disfrutables y en ellas, la voz juvenil de Tom Baker, una voz que no ha cambiado apenas en toda su vida (la de Peter Davison, el 5 Doctor, sí, se ha hecho mucho mucho más grave y cuesta reconocerle) a pesar de sus 90 años, le permite que sigamos soñando con el 4 Doctor en plena aventura. Espero que también alguna vez en televisión. La única regla es que como todo en este loco mundo moderno, ya no hay reglas. Todo puede pasar.
El 14 Doctor recogió su recompensa. Algo que no pudo hacer el 10 Doctor. Ahora es feliz como muestra su rostro relajado y libre de nubarrones del pasado. Dejó de correr. Necesitó 15 años para obtener su premio, pero a fin de cuentas, si algo tiene un Señor del Tiempo, aunque prematuramente jubilado es eso... tiempo.