Educar a un hijo

Tengo dos hijos de casi 4 y casi 2 años. Con mi mujer hablo mucho de la educación y de cómo no repetir cosas que nos pasaron a nosotros. Pienso que mis padres lo podían haber hecho mejor conmigo.

Yo no creo que un azote, una palmada, no sea productiva. Depende del momento y del hecho. Hablamos de ello en las charlas con la psicopedagoga, y aunque el refuerzo positivo siempre es la mejor forma de educar, a veces, cuando un acto supone un peligro para él o para otro, o bien no sirve el apartarlo al "rincón de pensar", es necesario el castigo.

Mis padres tampoco eran de muchos azotes. Yo, en realidad, era un niño bueno. En lo que fallaron es en la parte de la formación psicológica, por así decirlo. Yo era (y sigo siendo) un niño muy tímido, introvertido y con baja autoestima y de ello, en parte, culpo a mis padres, porque no hicieron lo suficiente para evitarlo o mitigarlo. Tuve muchos problemas en el colegio por esto, e intento evitar que le pase a mis hijos.

Me quita mucho más el sueño todo su desarrollo psicológico y su relación social que el otro aspecto, que haga trastadas o que no obedezca. Sabiendo también que una cosa está algo relacionada con la otra. Supongo que esto dependerá de cada niño y cada padre, de las experiencias de cada uno.


En mi casa me pasó lo mismo a mí y me ha costado un mundo superar mi timidez de adulto.Me hubiese ido mucho mejor en el colegio,el instituto y con las mujeres (y eso que son mayoría en mi entorno familiar).:sudor

No tengo hijos,pero si dos sobrinos.El mayor tiene doce años y le insisto en que hable con la gente,sin demasiada vergüenza y con un mínimo de respeto siempre.Es majete y no se corta,al menos entre su madre y su familia paterna lo estamos haciendo bien.:ok

La pequeña tiene casi dos años y ya veremos en la guardería.De momento en el parque se acerca a todos los niños para jugar.
 
Yo soy padre de 2 pequeñajos de 3 y 8 años. Nunca he creído (y sigo sin hacerlo) que un azote a tiempo sea algo bueno. Yo soy contrario a ellos porque no creo que aporten ningún beneficio.

Quitando esta salvedad, estoy bastante de acuerdo con el contenido de la carta. Yo he visto el pasotismo de muchos padres respecto al comportamiento de sus hijos. He visto padres en las extraescolares de mis hijos que que ponían el grito en el cielo cuando el profesor se atrevía ya no a castigar, si no simplemente por echarle una pequeña bronca al niño. Y lo que es peor, he visto como niños de 7-8 años tratan a sus padres y me revuelve el estómago. Dan ganas de dar una colleja a los padres para que espabilen.

Hay muchos padres que piensan que sus hijos son perfectos y no permitirán que nada cambie esa idea. Y, lo que es peor, hay padres que delegan la educación al colegio; toda la educación. Y esto es lamentable.
 
Tengo amigos profesores de secundaria y se hacen cruces con algunas de las joyas que tienen en clase.Llegan niños con once y doce años con una mala leche y una falta de empatía tremenda. Aparte no saben respetar los turnos de palabra,no se callan y faltan al respeto a la mínima.

Menos mal que no todos los padres son iguales y hay niños y niñas buenos/as.:fiu

Una duda,qué paga les dais? Mi sobrino,el mayor,tiene cinco euros a la semana como "sueldo" por colaborar en casa y hacer recados.Lo ahorra casi todo para comprar sobres de Playmobil. :lol
 
Estoy con Henry. Cada caso es un mundo, y el mío por lo visto es diferente. Mis padres me dieron una educación muy buena, y durante ese proceso de años y años me tuve que tragar un buen número de hostias (bofetadas, para que nos entendamos). Y lejos de traumatizarme, hoy en retrospectiva las entiendo, porque de pequeño tenía unos prontos muy complicados y por momentos era un niño difícil.

Y eso tampoco me mueve a querer dar el mismo tipo de tratamiento a mi pequeña así de primeras, en absoluto.

No hay una ciencia exacta para este tema.
 
Tengo amigos profesores de secundaria y se hacen cruces con algunas de las joyas que tienen en clase.Llegan niños con once y doce años con una mala leche y una falta de empatía tremenda. Aparte no saben respetar los turnos de palabra,no se callan y faltan al respeto a la mínima.

Menos mal que no todos los padres son iguales y hay niños y niñas buenos/as.:fiu

Una duda,qué paga les dais? Mi sobrino,el mayor,tiene cinco euros a la semana como "sueldo" por colaborar en casa y hacer recados.Lo ahorra casi todo para comprar sobres de Playmobil. :lol
Yo todavía ninguna, tiene todavía 8 años. Lo que sí hacemos es que dependiendo de su comportamiento durante la semana (tanto en el colegio, como en casa, etc.) tiene ciertas recompensas (más tiempo de iPad el fin de semana, cromos, etc.).

Y es que yo he sido un niño que jamás tuvo una paga propiamente dicha: yo me quedaba con el cambio que me sobraba cuando iba a comprar el pan. Ese trauma me ha convertido en el prototipo de catalán: un tacaño de cuidado. :mmmh
 
Estoy completamente de acuerdo con esa carta, letra a letra. A día de hoy se han cambiado las tornas por completo. Se ha pasado de la permisividad absoluta para que el profesor pudiese repartir sus mandobles a diestro y siniestro como si fuesen juez, jurado y verdugo cuando el alumno no merecía tal maltrato a que el profesor es, cuanto menos, ese pelele que no tiene ni voz ni voto a la hora de repartir su educación, enseñanza y demás aunque haya de por medio castigo y regañina. ¿En qué mundo vivimos, leñe? A mi un profesor, una vez, me golpeó y mi madre fue a recriminarle que jamás volviese a ponerme la mano encima. Pero vio con muy buenos ojos cuando me castigaron sacándome de clase por hacer reír a la misma.

O cuando hice una trastada bastante gorda y mi padre me riñó durante todo el camino que eso no se hacía. Y lo entendí. Asumí mis errores. No por bueno sino porque sé que eso que hice no estuvo bien. ¿Me gustó que me pillaran? No, ¿me hubiese gustado librarme de la regañina tanto de profes como de padres? Pues claro, como todo hijo de vecino. ¿Me he muerto, me quebrantaron mi dignidad, me convertí en una víctima del castigo y eso hizo que fuese un dechado de desgracias por reñirme? Enga, por favor.

Aquí el problema es que se ha pasado de la escabechina de golpear por nada, de marcar y maltratar a los hijos con el puñetazo en la mesa porque “yo soy el padre y aquí mando yo” a una permisividad absoluta a que los niños ni les roce el aire siquiera que hasta con ese me encaro. Y eso ha convertido a los niños en auténticos tiranos. ¿Me lo invento acaso? Yo creo que no.

Jamás me he creído nada en nada. Porque hasta para ser bueno también hay que educarte para eso. Uno puede nacer de pasta blanda o dura pero las bases elementales de una educación y corrección no salen sorpresa cual figurita de huevo Kinder. Mis padres ni son los mejores ni los peores. Pero se tomaron muchísimo tiempo en enseñarme los valores fundamentales del por favor, del gracias, de escuchar, de que los niños no somos el centro ni debemos serlo siempre, a no reírnos las gracias cuando nos portábamos mal y sobre todo y ante todo respetar y escuchar a los mayores. Porque eran los mayores. Puede que me haya llevado en toda mi vida, como mucho, 2 bofetones, 1 cachetada en el culo con zapatilla y a lo sumo 4-5 collejas. Uf, traumatizado de por vida, hace poco estuve a punto de pedir daños y perjuicios morales a mis padres (como diría Homer Simpson: pretendía ser sarcástico). Y a día de hoy entiendo perfectamente cada una de esas regañinas que hayan implicado el uso de elementos hacia mi cuerpo.

¿Significa que no me regañaban, que no me castigaban, que no me reprendían? Jojojo, la tira de veces. Lo que pasa es que a mi, como a Henry, mi padre me echaba una mirada que se traducía en una infinidad de comunicación. ¿Miedo a la mirada? Venga, por favor. ¿Miedo a mi padre? ¿estamos crazy full? No, para nada, simple y llanamente educación y corrección. Mis padres se dedicaron a darme (y a mi hermana igual) la corrección que necesitaba en todos y cada uno de esos momentos en los que me inculcaron normas de comportamiento.

¿Significa eso que los que aquí sois padres no los educáis, que no es difícil, que cuesta lo suyo, que uno se siente frustrado ante la dificultad del camino? ¡Es que eso es ser padre! ¡vosotros sois los que lo hacéis bien! Pero me toca muchísimo la moral, pero muchísimo, cuando le venían padres a los míos con la mierda (porque no tiene otra palabra) “es que vosotros habéis tenido suerte, os han salido buenos”. Y un mojón de dinosaurio también. Claro, es más fácil dejar que tu hijo de una patada en la rabadilla, que tire las cosas de casa ajena, que le rías las gracias a tus hijos cuando te insultan en la cara o les digas “eso no se hace, eso no se toca, eso no se dice, etc.” pero lo dejes sin más, no le des la educación correspondiente en casa (porque mi madre era de “en casa hablamos” y era eso, charlar y educar qué es lo que se tiene o lo que no se tiene que hacer).

¿Qué cuesta, que lleva horas, que lleva cual loro de repetición “eso así no…” millones de veces cual mantra? Pues claro, ¿qué pensaban esos padres que era un hijo? ¿una tablet con ranura USB que podías introducirle cual Matrix los comandos a seguir? Yo no tengo hijos y como sé lo que conlleva pienso pensarme muy mucho tenerlos.

Experiencia real: tenemos unos amigos que su hija es un auténtico trasto de los de verdad. ¿Ha salido mala? Claro, dejaron pasar el espermatozoide equivocado (reitero: ironía). Coge los móviles y los tira, te pega patadas, te tira del pelo, se te acerca y te pisotea a mala hostia. Bien. Pudieras pensar que la niña es así. Jajajaja, permítaseme reír. Esto lo hace cuando sus padres “no miran”. Pues todo el mundo aguanta. El menda no. Me encantan los críos y como siempre he dicho, les doy la juerga, consejos y corrección que creo oportuno y por ahora ninguno ha renegado de mi. Pero el otro día, el “angelito” viene y me pega puñetazos en el estómago y me pisotea. Le dije: “eso no me gusta que me lo hagas, no está bien”. Volvió. El menda: “¿qué no ves que eso no está bien, que me hace daño?”. Se rió en mi cara y volvió. No hubo tercera.

“Mira, X, si vuelves a hacerme daño no te prestaré atención. Es más, si vuelves a hacerme daño se lo diré a tus padres”. Se quedó mirándome y volvió a intentarlo. La cogí de la mano y la llevé a sus padres. Claro, vio que iba a cumplir lo que dije. Me dijo: “vale, vale, ya lo he pillado”. Hace poco nos volvimos a juntar. Vino, me dio un abrazo y me contó sus cosas del cole.

Y no cuento esto por dármelas de bueno. Porque reitero: he cuidado a mis primas, he cuidado a mis primos, he cuidado a hijos de amigos (me los he quedado a dormir, les he dado de comer, he jugado con ellos, les he dado la corrección necesaria como si fuesen mis hijos) e hijos adolescentes me cuentan cosas que no se lo cuentan a nadie más. Porque yo los trato y cuido como si fueran mis hijos. Y no me vengais que un primo, tío, abuelo y demás no es ser padre porque tenemos relación con una abuela que está cuidando a sus tres nietas porque se les murió la madre y el padre no las puede atender.

Reitero: un caso especial donde cuidamos en mi casa hace muchos años a una prima en un caso bastante chungo. Esto es verídico 100%. La madre pasaba de educarla, de darle corrección, de darle modales (que es la base fundamental de todo). Pues cuando la teníamos nosotros el fin de semana (viernes al mediodía hasta el domingo por la noche) nos decía la madre que (literal, reitero) “su profesora le decía que no entendía como es posible que había semanas donde la niña se comportaba de una forma completamente distinta, como si supiera lo que tenía que hacer y lo que no según con quien estaba”. ¡Claro!, es que los niños salen así porque sí, se educan solos!. Por eso me río en la cara de todo aquel que dice que los niños no hace falta darles corrección y educación. Cuanto menos disciplina (y esta palabra no va asociada a golpe y maltrato, para nada). Jamás se me ocurriría golpear a un crío.

Me hace gracia esos padres que dejan en un restaurante que sus hijos corran, griten, chillen, pataleen, molesten a los demás mientras miran para otro lado porque, claro, sus hijos son mejores que el resto del mundo. Sus hijos mean colonia y se peen en fragancia de ambrosía.

Me hacen gracia esos padres que dejan que sus hijos les peguen o los insulten (y no hablo de hermano mayor porque ese es el resultado no el principio) y encima digan (literal) “es que mi hijo tiene mucho carácter y muchos reaños”.

Me hacen gracia esos padres que no les enseñan que un no es un no, te pongas como te pongas o patalees lo que te de la gana. O los que no se curran su tiempo en enseñarles que no siempre se puede uno salir con la suya o ganar a base de chantajes, insultos o amenazas. Amparándose a día de hoy también en esa normativa “perfecta” de que a los niños no se les puede disciplinar o corregir (y reitero: jamás he sido partidario de maltratar ni física ni psicológicamente pero entiendo perfectamente cuando me he ganado una zurra, un bofetón, un cachete (que no se me cayó el culo, ¿eh?) porque no he hecho caso o me he comportado como un auténtico tirano siendo consciente de ello (¿no quedábamos en que los niños eran sumamente inteligentes? Vaya, para según qué cosas lo son y para otras hay que enseñarles (entiéndase one more time la ironía).

Que educar a un hijo no es nada fácil. Para nada. Le aplaudo el gusto y las ganas a todos aquellos que traen hijos a día de hoy (antes era más sencillo y no hablo de hace 50 años sino de tan sólo 15-20 años que no son muchos) porque todos vosotros los que intentais educarlos y estais ahí día a día, aún con fracasos y errores, lo seguís intentando cueste lo que cueste pero no permito ni tolero ni acepto el mantra de “hemos pretendido no hacer nada” como dijeron los padres de Ned Flanders y encima criticar o mirar con menosprecio (literal, que nos ha pasado) a los que intentan educar o corregir a sus hijos saliéndoles la jugada ganadora.
 
Última edición:
Supongo que nadie compara una chapada en el culo con una paliza con cinturón "de las de antes", no?
Mis hijos se han llevado alguna, muy pocas, sobre todo cuando eran más pequeños. Ahora tienen 10 y 13 años, son estudiosos, responsables y se llevan bien con todo el mundo.
Les cuesta obedecer a veces, como a todo dios, y hasta lo que sabemos, sus compañeros de clase son también bastante normales. Pero en el colegio vemos cada cosa que alucinamos. Principalmente por la huevez de algunos padres. Tanta huevez que hasta mis hijos alucinan.
Así que en general, totalmente de acuerdo con la carta de la maestra
 
No hay una ciencia exacta para este tema.
Que la educación no sea una ciencia exacta no impide que la educación se pueda estudiar científicamente. Y sobre educación se ha investigado muchísimo. En educación no hay determinismos, pero sí correlaciones que nos permiten saber con un grado de certeza bastante elevado qué estrategias educativas son efectivas y cuáles no lo son. Y en este sentido los resultados de las investigaciones son bastante concluyentes: en la mayoría de los casos, la violencia (ya sea física o verbal) no es una buena estrategia educativa.

Pegar o gritar a los niños para que obedezcan, posiblemente hayan sido las técnicas "educativas" más utilizadas a lo largo de la historia de la humanidad. ¿Por qué? Por que funcionan (al menos aparentemente). Un niño está haciendo una trastada, pegas un chillido y se para. Un chaval está haciendo travesuras, le zurras con el cinto y deja de hacerlas. Sin duda, no hay método más eficaz para lograr que un niño se comporte bien. No es de extrañar que haya sido un método educativo tan utilizado a lo largo de la historia, y que sea tan milenario como el zodíaco, las sangrías o la acupuntura.

Ahora bien, que un método se haya estado utilizando durante milenios no implica necesariamente que sea el mejor. Si se ha usado tanto, posiblemente sea porque es el más intuitivo. Pero la intuición puede ser acertada o no. Como dijo el gran Richard Feynman, la persona más fácil de engañar es uno mismo, y para eso se inventó la ciencia, para poder discernir con objetividad cuándo nuestras intuiciones son acertadas y cuándo no. Y cuando se empezó a estudiar la educación bajo un prisma científico, se descubrió que el estilo educativo autoritario de bueno tenía más bien poco y que si bien su efectividad educativa a corto plazo parecía grande, sus "efectos secundarios" a medio y largo plazo podían llegar a ser demoledores.

Pongamos que cada vez que un crío la lía parda, el padre recurre al azote o al grito como primer recurso. El padre cree que está enseñando cómo hay que comportarse, pero lo que realmente le está enseñando es que los conflictos se resuelven a gritos y a golpes, y que cada vez que alguien actúa de manera que no nos gusta, tenemos potestad para gritarle o pegarle. Me da igual que no sea maltrato, que no sean palizas de dejar moratones, da igual que sea un leve cachete, el mensaje es el mismo: el cuerpo de las demás personas es violable.

Por supuesto, que un padre pegue no quiere decir que el hijo vaya a salir maltratador. Porque al fin y al cabo, las influencias que recibe una persona a lo largo de una vida son numerosas y de orígenes diversos. Los niños no tienen sólo padre, tienen también madre, abuelos, profesores, amigos, compañeros... y en general, los valores dominantes en toda la sociedad que nos rodea. Todo el mundo que nos rodea ejerce una influencia a la hora de conformar nuestra personalidad, y en función de nuestras características innatas y nuestra experiencia previa, nos fijaremos más en unos modelos de conducta que otros. A mis padres, en su época, les pegaron de lo lindo, tanto en casa como en la escuela. Y no por ello salieron maltratadores, ni asesinos en serie, ni tampoco creo que les creasen ningún trauma. De hecho, salvo en un par de ocasiones aisladas, como conté anteriormente, mis padres jamás tuvieron que alzar la mano para educarme a mí ni a mi hermana. Y si no lo hicieron, supongo que sería en gran medida porque no estaban tan conformes con la educación que ellos recibieron, ¿no?

En todo caso, que haya gente que sea educada a palos y luego tenga un desarrollo más o menos normal, no quiere decir que levantar la mano a un hijo sea un buen método educativo. "A mí mis padres me pegaban a saco y no me crearon ningún trauma". "Yo le doy un cachete a mi hijo de vez en cuando, y bien educado me ha salido". Esto es como lo que comentaba el otro día sobre la antigua práctica de la sangrías como remedio medicinal para todo: que hace siglos alguien tuviese una enfermedad, fuse al médico, éste le desangrase, y el paciente se curase no quería decir que la sangría hubiera curado la enfermedad, sino que la enfermedad se había curado a pesar de la sangría, que es una cosa muuuy diferente.

Por otra parte, parece que estemos reduciendo el tema de la educación a una mera cuestión de urbanidad, como si estar bien educado se limitase a obedecer las normas y mantenerse formalito en sitios públicos, cuando la educación va mucho más allá de eso. Educar es guíar hacia la autonomía, es decir, enseñar a otra persona a ser razonablemente autosuficiente en los planos intelectual, emocional, personal y profesional. No pocos hijos de padres autoritarios son educadísimos y obedientísimos, pero luego tienen el autoconcepto por los suelos y se sienten incapaces de tomar sus propias decisiones. ¿Esos son hijos bien educados? Sin lugar a dudas, NO.

Un educador, ante todo, debe ser un modelo de conducta. "Haz lo que yo diga, y no lo que yo haga", como dicen muchos padres, es una pésima filosofía educativa. Si tú educas chillando, el mensaje que estás transmitiendo es que está bien hablar a gritos (y viendo el nivel de los debates de Gran Hermano VIP yo diría que es un mensaje que ha calado bastante hondo en la sociedad). Si tú levantas la mano, el mensaje que estás transmitiendo es que cuando otra persona haga algo que a ti no te gusta tienes derecho a ponerle la mano encima. Puede que el receptor del mensaje lo entienda y lo interiorice, o que no lo entienda, o que lo entienda y lo rechace, pero el verdadero mensaje que se está transmitiendo no es "ordena tu cuarto" ni "haz los deberes" sino "los conflictos se resuelven a golpes".

Otra cosa que le estás enseñando es que está bien perder el control emocional. Cuando un padre azota a un hijo, cree que está imponiendo su autoridad. Nada más alejado de la verdad, lo que está demostrando es que no tiene controlada la situación. Alguien que controla la situación es capaz de imponer su autoridad sin necesidad alguna de gritar ni de pegar. El que grita o pega, es porque ha perdido los papeles, está cabreado, no sabe cómo resolver la situación y vuelca su frustración sobre la otra persona. O sea, que ante la frustración, es válido descargarla con los demás.

En definitiva, que un azote transmite un montón de mensajes negativos y prácticamente ningún mensaje positivo. Tiene cierta eficacia para extinguir conductas no deseadas, pero no enseña cuáles son las conductas deseables, ni guía a la otra persona en su proceso de ser más autónomo (más bien al contrario, tiende a hacerla más dependiente de las autoridades externas), ni le ayuda al control emocional, ni nada. Si obedece, será por miedo (o, como dirían la mayoría de los padres, por "respeto" - bonito eufemismo) a las posibles represalias, no porque le hayas enseñado a ser responsable. En el mejor de los casos, el chaval hará caso omiso de dichos mensajes negativos; en el peor, acabará con un montón de carencias emocionales que posiblemente le duren el resto de su vida.

En cualquier caso, la investigación educativa ha demostrado que, en la mayoría de los casos, el valor pedagógico del cachete y del grito son más bien escasos. Sólo hay un caso en el que estas estrategias son verdaderamente útiles: en aquellas situaciones en las que las acciones del niño suponen un peligro real para sí mismo o para otros. En ese caso, el uso de la violencia está más que justificado. Para todo el resto de problemas con los que tienen que lidiar los padres, hay estrategias educativas mejores. A diario, los especialistas en educación (no me refiero a los padres ni a los profesores, sino a los profesionales de la intervención educativa) tratan con niños dificilísimos, sin necesidad de recurrir al grito ni al azote. Y sus estrategias dan resultado. Será porque para educar bien a un niño no hace falta recurrir ni a una cosa ni a la otra.

Que un padre defienda el "cachete pedagógico" me parece más o menos comprensible. Al fin y al cabo, la mayoría de los padres no han recibido preparación formal en temas educativos. El abanico de estrategias y técnicas educativas que conocen es más bien limitado, lo que han aprendido de su propia experiencia como hijos, de lo que ven en las familias del entorno y poco más. Desde su limitada experiencia, el "azote dado a tiempo" puede parecer una útil herramienta. Ahora bien, que sea una profesora la que defienda esta estrategia, lo único que demuestra es que de educación no entiende mucho más que los padres del chaval.
 
Un chaval está haciendo travesuras, le zurras con el cinto y deja de hacerlas.
y dale :no

el padre recurre al azote o al grito como primer recurso.
y dale otra vez :no

Es un post simplista, maniqueo y comparable a un cursillo prematrimonial dado por un cura.
La "paliza pedagógica" (que sólo te ha faltado llamarla así :p) nunca va sola ni es el primer recurso. Al menos hablo por mí. En las escasas ocasiones que mi mano ha tocado el culo de mis hijos (escasas porque se pueden contar con los dedos de una mano) ni era descontrol emocional ni primer recurso ni impotencia ni nada. No defiendo que sea la mejor manera, ya lo dije antes, no me enorgullezco, pero ni lo veo dramático y lo más importante, sirvió para lo que se pretendía. Gracias al terror ocasionado? pues no. Gracias a algo muy sencillo que todos los niños deben aprender: cada acto tiene una consecuencia.
Lo de los gritos me vas a permitir que ni lo comente, por ridículo. Simplista y maniqueo a más no poder.


En cualquier caso, me permito resaltar algo que has dicho con lo que sí estoy de acuerdo al 100%:
"Haz lo que yo diga, y no lo que yo haga".

Edito: obviamente no la frase sino su significado, que es el opuesto. Lo de dar ejemplo, vamos
 
Última edición:
Niños del mundo a los que os hayan dado un cachete por portaros mal insistentemente, llamad al teléfono del menor y denunciad a vuestros horrorosos padres al defensor del menor. Ya estais tardando.
 
Que la educación no sea una ciencia exacta no impide que la educación se pueda estudiar científicamente. Y sobre educación se ha investigado muchísimo. En educación no hay determinismos, pero sí correlaciones que nos permiten saber con un grado de certeza bastante elevado qué estrategias educativas son efectivas y cuáles no lo son.

Tras 4 libros sobre niños: que si "mi niño no me come" que si "no hace caso" o "autoestimas varias" entre otros... todos a la puta basura. Escribir un libro sobre niños se parece a escribir sobre si a ti te gusta la pizza por encima de un bocatajamón.
 
Ahora bien, que sea una profesora la que defienda esta estrategia, lo único que demuestra es que de educación no entiende mucho más que los padres del chaval.

Tu error es estar generalizando las palabras de una profesora que van dirigidas a unos padres concretos en relación a un niño concreto. Ella sabrá bastante bien si un buen cachete a tiempo puede funcionar para orientar a ESE niño concreto que supuestamente conoce bien.
 
Es un tema muy complicado, y creo que en definitiva, siempre va a depender de los padres y del niño, por lo que aplicar un determinado método, dogma o estilo de educación a todos, o a la mayoría, es siempre un error.
Una de las principales erosiones que ha sufrido la relación padre/hijo es que dicha relación está basada en el cariño, pero también debe estarlo en la autoridad. El padre y la madre son las primeras figuras autoritarias con las que nos encontramos, antes que profesores, sacerdotes, otros parientes, o lo que sea; y cómo sea esa relación sienta las bases para nuestra percepción de la autoridad en el futuro, y la forma de reaccionar ante ella. Puedes querer a tu hijo, ser cercano a él, estar ahí para que te cuente lo que quiere, demostrar comprensión y compasión... pero no puedes, creo, ser su "amigo", al menos no en la infancia mas temprana, cuando se forman los primeros modelos de relación con el mundo. He visto a demasiados padres que han querido ser los "colegas" de sus hijos, dándoles libertad, tratándoles como adultos desde que eran niños en el sentido de nunca castigarles, nunca imponerles nada, y he sido también testigo de lo que suele suceder en ese tipo de relaciones años después, y quizá estoy generalizando, pero creo que no es una buena forma de enfocarlo. En ese sentido, el último recurso de la autoridad, en tu casa, en un gobierno o en cualquier sitio, es la "violencia" o la amenaza de la misma; creo que es natural que exista, aunque evidentemente, en este caso entendiendo violencia como un cachete y no más. También hay padres autoritarios en exceso, que creen que ser padres es eso, y nunca ceden, nunca admiten equivocarse, controlan estrictamente a sus hijos, y recurren a castigos (sean físicos o no) como primer recurso y no como el último. En mi opinión, ambos extremos son malos: ser el "colega" de tu hijo, desprendiéndote de la autoridad, y ser el carcelero.

También es bueno compartir con tu pareja las ideas de educación, en la medida de lo posible. Un caso cercano, mi vecino: típico chaval "bala perdida" con un padre que parecía sacado de una peli ochentera de Eloy de la iglesia: típico padre que hincha pecho si el chaval se pelea en clase, o si le encuentra un condón en la cartera, pero que no duda en decir en voz alta que prefiere que su hijo se muera a que le salga maricón. Total, a los 17 años los padres ya están hasta los cojones de ir a recoger al hijo día si, día no, cuando no es a comisaría es al hospital: deudas de droga con gente chunga, peleas con minorías étnicas (gitanos) robos en el instituto, agresiones, chica embarazada... al padre no le quedó más remedio que espabilar, y hacer de padre por primera vez en 17 años: castigó a su hijo todo el verano, toda la tarde debe estar estudiando para sacarse al menos, la ESO (el chaval ha repetido ya varios cursos). La moto bajo llave en el garaje, prohibido salir.
Tres de la tarde. El padre se va a trabajar; entonces la madre saca su llave y se la da al hijo para que se vaya con la moto a tomar algo con sus amigos, dándole algún billete para tal fin, que acabará destinado a Dios sabe qué. Así no hay quien pueda.


Otro caso, mucho más cercano y bastante más grave (creo que ya lo he contado alguna vez). Un primo, cinco años menor que yo. Sale rebelde. Sus padres son gente completamente normal: honrados, bien pensantes, trabajadores no cualificados, pero trabajadores de la hostia. Él trabaja en lo que salga (ha trabajado en un taller de coches, repartidor de comida a domicilio y camarero, en fábricas, mil cosas). Mi primo sale "rebelde", interrumpe a los mayores constantemente, no tiene educación, llama la atención constantemente de forma negativa... sus padres intentan educarlo de la forma que creen correcta: leen muchos libros de autoayuda para padres, intentan darle una educación, unos valores, por la vía constructiva, sin castigos. Vivimos, durante muchos años, a una calle de distancia, y tuve mucha relación con ellos, así que conozco el caso de primera mano. La conducta de mi primo se agrava, y mucho: malas contestaciones, insultos a adultos, agresiones a otros chavales de su edad... pero no lo castigan. O mejor dicho, lo castigan, pero como sin querer (durante su infancia el mayor castigo que le ponían era prohibirle beber zumos, que le encantaban). Pasan por todas las fases posibles: dialogan con él, intentan razonar conforme el chaval se hace mayor y puede comprender, acuden a psicopedagogos, y luego a piscólogos... sin resultados. Lo han intentado todo, y me consta, repito, por cercanía.

Al final, mi tío empieza con los castigos físicos. Debo reconocer que se convierte en una persona extremadamente negativa, amargada e incluso destructiva, ignoro a día de hoy si por su hijo o por otras cuestiones que se me escaparon, en cualquier caso, no siempre fue así, eso sí lo afirmo. Que si un cachete cuando mi primo suelta un taco. Que si un empujón por suspender prácticamente todas las asignaturas. La cosa se va bastante de las manos, y acaban muchas veces, a golpes. Eso si, la reacción de mi primo siempre es la misma, echarse al suelo, y allí descojonarse de su padre y provocarlo para que siga pegándolo. Para la familia fue un auténtico trauma, el padre desquiciado y el chaval ingobernable. Mi tía (me jode decirlo) tiró la toalla con los años, desentendiéndose por completo del tema, se limitaba a mantener a su hijo, hacer su habitación, ponerle un plato en la mesa, y el problema no iba con ella. Por supuesto, nunca tuvieron más hijos que él.

Con los años, las cosas se vuelven aún más duras: fracaso escolar, casi analfabetismo, mal comportamiento en el colegio y en el instituto, con faltas de respeto a los profesores, malas compañías, días enteros sin aparecer por casa y sin molestarse en avisar, "desaparición" de dinero en casa, y en casa de parientes incluso (dinero, y algunas joyas). Tenía una obsesión insana y absoluta por el dinero, pedía dinero a la gente conocida que se encontraba, acosaba a sus padres para que le subieran la paga semanal, le compraran ropa de marca (que no podían permitirse). La relación con los padres ya era casi la misma que la que puedas tener con el dueño del hotel en el que te alojas, solo que sin pagar. Llegados a este punto ya no puedo dar más datos fiables, se dio, de forma tácita pero creo que firme, la decisión de no volver a mencionar a mi primo ni sus problemas, exclusión total. No sé realmente, que haría yo de estar en esa situación (hacer cábalas sin estar delante del toro es fácil) pero ya os digo que lo probaron todo: diálogo y razonamiento, información sobre el tema, ayuda del exterior, castigos constructivos, finalmente, castigos a secas, y ya por último, castigos físicos. Y que nada funcionó. El chavla nació "salvaje" con grandes complejos de inferioridad y necesidad de atención, que empezó a ganarse de forma negativa. Es quizá el caso más jodido que he tenido la tragedia de conocer...
 
Vaya.... lo siento por ti y por tu familia.

Creo que es un tema muy complejo y ahí radica la dificultad de ser padre. Siempre me ha hecho mucha gracia cuando me dicen "es que tu hijo es bueno". Creo que sí que es verdad que hay niños más "fáciles" que otros, es innegable, como que no hay dos niños iguales, pero la educación de los padres es fundamental para la formación del niño a todos los niveles.

Si mi hijo acabara siendo una "mala" persona o tuviera problemas psicológicos, falta de madurez, confianza, inseguridades, lo tomaría como un fracaso mío como padre.

El caso de tu primo es jodido. El chico era/es de los difíciles y lamentablemente sus padres no lo pudieron/supieron reconducir por muchos esfuerzos que pusieran. Este es uno de mis mayores temores.
 
Ese temor lo tenemos todos. Y nadie tiene un master para educar a un hijo. La propia educación y el sentido común son los únicos sitios a los que abrazarse. A partir de ahí, todo influye, incluso la suerte. Pero no es tan complicado como lo pintáis, os lo aseguro
 
Mi hijo tiene poco menos de dos años. Cada vez es más consciente de las cosas y se va notando el cambio. Es muy bueno, pero hay momentos puntuales, como cuando le secamos el pelo después de bañarlo, que si no le gusta algo a lo mejor hace algún aspaviento y coge una buena perrencha. Puedo asegurar que somos los padres con la mayor paciencia que pueda haber. A mí es que los llantos son como si no los escuchase, por lo que ese tipo de comportamiento no me altera ni lo más mínimo. El caso es que es muy bonito el ser dialogantes y todo lo que se pueda ocurrir, pero hay momentos en que no hay quien lo tranquilice, y ves que en realidad él lo pasa mal porque igual no tiene la capacidad todavía de parar, y ves que va cada vez a más. Y ahí es cuando hay que hacer lo que hay que hacer, y si mi mujer (por supuesto para el niño una madre es una madre, porque yo hago lo mismo y ni caso, jeje) le dice en voz alta y tajante un "¡xxxxx, ya está bien!" o algo así, es increíble cómo se para en seco, oyes cómo respira y está recuperando la respiración hasta quedar tranquilo.

Es fantástico ver las cosas de color de rosa, porque es lo que promueven ciertos sectores de expertos, pero hay algo que tiene que cumplirse sí o sí: los que mandan son los padres. Es imposible que un hijo te tenga respeto si no te ve como la persona que te va guiando en la vida. Lo he visto en algún caso muy cercano de ex-amigos que se perdieron completamente, el día que tus padres se relajan, bajan la guardia, te "sueltan" y empiezan a despreocuparse, estás perdido. En poco tiempo los padres ya no tienen autoridad y es imposible reconducir a los hijos. No sé si es el mejor ejemplo, pero si alguien ve el programa "Hermano mayor", a mí siempre me parecido una constante. La culpa en todos los casos es de los padres, que seguramente no han sabido qué hacer.
 
Niños del mundo a los que os hayan dado un cachete por portaros mal insistentemente, llamad al teléfono del menor y denunciad a vuestros horrorosos padres al defensor del menor. Ya estais tardando.
Si sinceramente crees que con mi mensaje quería decir eso, entonces es que debí de explicarme yo muy mal.

Es un tema muy complicado, y creo que en definitiva, siempre va a depender de los padres y del niño, por lo que aplicar un determinado método, dogma o estilo de educación a todos, o a la mayoría, es siempre un error.
Es que no existe ningún "método de enseñanza infalible" que funcione en el 100% de los casos. Si un profesional de la educación afirma eso, es que es un mal profesional. De hecho, frente al paradigma de antaño de la "educación igual para todos" el modelo hacia el cual se está dirigiendo la educación actual es el de la educación individualizada y adaptada a las necesidades específicas de cada persona. Pero esa educación adaptada sería imposible sin un profundo estudio sobre los distintos estilos educativos que existen y los efectos que provocan distintas influencias. Que no haya métodos perfectos que valgan para todas las situaciones, no quiere decir que no se haya demostrado que para determinadas circunstancias hay métodos que suelen funcionar y métodos que suelen no hacerlo.

Si nos escudamos en la idea de que no hay un método que valga para todo el mundo, jamás iríamos al médico. Tratamientos que valgan para el 100% de los pacientes hay pocos, muy pocos. Pero hay tratamientos que funcionan en un número de gente lo suficientemente grande como para considerarlos válidos para la mayoría de los casos. Por ejemplo, está demostrado que la aspirina, por lo general, en la mayoría de la gente tiene efectos analgésicos, antiinflamatorios y antipiréticos. Si tienes dolor de cabeza, y te tomas una aspirina, lo más normal es que se te pase el dolor de cabeza. Pero hay gente a la que la aspirina no le hace nada, puede que haya gente que incluso sea alérgica al ácido acetilsalicílico. ¿En estos casos que se haría? Pues buscar una alternativa. Pero lo que no tendría mucho sentido decir: "estos médicos no tienen ni puta idea de medicina, me dijeron que me tomase una aspirina y no me ha hecho ningún efecto".

Salvo en el ámbito de las ciencias exactas, en la mayoría de los campos de conocimiento la relación entre varias variables nunca es una función exacta. No hay certezas absolutas, sino probabilidades. Sabemos que si eres un fumador compulsivo, tienes altas posibilidades de desarrollar un cáncer de pulmón. A lo mejor lo desarrollas, a lo mejor no, porque el ser fumador o no no es el único factor que entra en juego a la hora de desarrollar la enfermedad: la edad, la genética, los años de hábito, el estilo de vida general, la alimentación... son muchísimos factores los que entran en juego. Hay gente que vive 100 años fumando a cascoporro, y hay gente que muere de cáncer de pulmón con 25 años a pesar de no haber fumado jamás un cigarrillo. La cosa es así. Pero sabemos que hay una alta correlación entre consumo de tabaco y cáncer de pulmón. No es una certeza absoluta, pero nos ayuda a tomar decisiones. Al médico, le ayuda a tomar decisiones profesionales, y al ciudadano de a pie, le ayuda a decidir qué estilo de vida quiere llevar.

En el ámbito de la educación, pasa tres cuartos de lo mismo. Certezas absolutas, muy pocas o casi ninguna. Pero correlaciones (y ausencia de correlaciones) entre diversas variables educativas, se han descubierto muchísimas. Que la gente minusvalore el trabajo de los investigadores educativos y que prefieran llevarse por el "amimefuncionismo" y por "los psicopedagogos no tienen ni idea", me da una pena tremenda. Pero qué se puede de esperar de un país en el que la profesión de maestro carece de prestigio alguno y en el que todos los padres creen que nadie más que ellos puede saber qué es lo mejor para sus hijos.
 
Siempre me ha hecho mucha gracia cuando me dicen "es que tu hijo es bueno". Creo que sí que es verdad que hay niños más "fáciles" que otros, es innegable, como que no hay dos niños iguales, pero la educación de los padres es fundamental para la formación del niño a todos los niveles.

También lo dicen del mío y no lo es, es un niño normal, con sus broncas, berrinches, caprichos y necesidades. Pero por comparación con los suyos que nunca han tenido límite alguno, pues destaca.

La culpa es de los padres en un altísimo porcentaje. Por cojones, si es bueno porque "está bien criado", cuando la cosa no va tan bien es demérito paterno igualmente.

Y sí, alguna ñalgada me he llevado de crío, y alguna le he dado al mío.

:hola
 
Tu error es estar generalizando las palabras de una profesora que van dirigidas a unos padres concretos en relación a un niño concreto. Ella sabrá bastante bien si un buen cachete a tiempo puede funcionar para orientar a ESE niño concreto que supuestamente conoce bien.
No. Insisto en que el cachete es un recurso al que los auténticos profesionales jamás han tenido que recurrir para "enderezar" a un niño. ¿Has visto alguna vez a Supernanny decirle a un padre: "cuando el chaval haga esto, dale un sopapo"? Y mira que los chavales con los que suele trabajar Supernanny (y, por extensión, todos los profesionales que se dedican a la intervención educativa) son difíciles. Yo te hablo de Supernanny por ser el ejemplo mediático que conocemos todos, pero varios profesores/colegas míos se dedican a lo mismo que ella, y jamás han tenido que dar un azote o chillar a grito pelado en una intervención, ni han tenido jamás que incluir esos recursos en las estrategias de intervención diseñadas para cada caso. Y si los profesionales no lo necesitan, será porque no es necesario, ¿no?

Y para aquellos "casos perdidos" con los que parece que ni siquiera los profesionales saben lidiar, como el primo rebelde de Henry, la violencia tampoco ha demostrado eficacia ninguna; al revés, suele empeorar las cosas. Así que no, para educar no hace falta ponerle la mano encima a nadie. Jamás. Otra cosa es que un no profesional recurra ocasionalmente al sopapo porque carece de otros recursos, pero eso no implica que sea una estrategia óptima ni mucho menos necesaria.

Una de las principales erosiones que ha sufrido la relación padre/hijo es que dicha relación está basada en el cariño, pero también debe estarlo en la autoridad. El padre y la madre son las primeras figuras autoritarias con las que nos encontramos, antes que profesores, sacerdotes, otros parientes, o lo que sea; y cómo sea esa relación sienta las bases para nuestra percepción de la autoridad en el futuro, y la forma de reaccionar ante ella. Puedes querer a tu hijo, ser cercano a él, estar ahí para que te cuente lo que quiere, demostrar comprensión y compasión... pero no puedes, creo, ser su "amigo", al menos no en la infancia mas temprana, cuando se forman los primeros modelos de relación con el mundo. He visto a demasiados padres que han querido ser los "colegas" de sus hijos, dándoles libertad, tratándoles como adultos desde que eran niños en el sentido de nunca castigarles, nunca imponerles nada, y he sido también testigo de lo que suele suceder en ese tipo de relaciones años después, y quizá estoy generalizando, pero creo que no es una buena forma de enfocarlo.
Totalmente de acuerdo con esto pero, ¿por qué hay padres excesivamente permisivos? Pues, en muchísimas ocasiones, suelen ser hijos de padres excesivamente autoritarios, que no le permitieron fomentar su autonomía ni les dejaron libertad alguna y, en consecuencia, cuando tienen sus propios hijos reaccionan intentando hacerlo todo a la contraria que sus padres. Desean que sus hijos no se sientan reprimidos y frustrados como se sintieron ellos antaño y, en consecuencia, les permiten todo. ¿Esto es bueno? Claro que no, los niños tienen que tener normas y límites. El problema es que los padres no tienen ni idea de cómo hacerlo, porque nunca les han enseñado, porque carecen de modelos positivos en los que inspirarse. Asocian autoridad a tiranía y dictadura (asociación completamente errónea) y, en consecuencia, se niegan a ejercerla. Y precisamente este problema se debe al hecho de asociar autoridad con violencia. Hay gente que piensa que ambas cosas van de la mano, pero personalmente no estoy de acuerdo, y hay abundante evidencia científica que me da la razón. Para ejercer la autoridad, hay que ser autoritario, que no tiene nada que ver con ejercer la violencia (ni física, ni verbal).

La gente a menudo trata a este tipo de padres de manera un tanto despectiva, y creo que es injusto. Generalmente, los padres que no educan es porque no saben, no porque no quieran (aunque obviamente de todo hay en la viña del señor, y padres que se desentienden voluntariamente de la educación de los hijos también los hay). La inmensa mayoría de padres carecen de formación específica sobre educación. La mayoría, improvisan sobre la marcha, en función de su propia experiencia vivida como hijos, lo que ven en el entorno inmediato, la intuición, y el método de ensayo y error. Teniendo en cuenta esto, la mayoría de los padres educan razonablemente bien a sus hijos, para lo poco que saben. A veces los padres se equivocan y, por desgracia, quienes pagan las consecuencias son los hijos. Pero es un poco injusto decir: "qué malos padres han sido". Generalmente, todos los padres intentan hacerlo lo mejor que pueden. Y solemos olvidarnos que el sentido común es el menos común de los sentidos.
 
Lo de Supernanny es coña, no? No existen los "profesionales de criar a un hijo". Supernanny es un programa cojonudo para verlo y luego mirar a tus hijos suspirando y diciendo "qué suerte hemos tenido". Poco más. No es la vida real.

Por supuesto que es prueba y error, pero muy difícil no es cuando la mayoría de nosotros lo sacamos adelante. Esto no son ecuaciones diferenciales. Ser padre no se estudia.

Comprendo por donde vas pero de verdad creo que a lo que dices le falta bastante de vida real.

He nombrado antes el "sentido común", verdad? Y añado otra cosa, la coherencia. Ah pero ocurre que ser coherente las 24h del día es imposible. No se puede. Pero basados sobre todo en el amor que tenemos a nuestros hijos, lo intentamos.

Hay quien no, por supuesto, y son ejemplos que vemos todos los días. O no quieren a sus hijos, o se quieren mas a ellos mismos. Pero por ignorancia me resulta muy difícil de creer que sea.
 
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Lo de Supernanny es coña, no? No existen los "profesionales de criar a un hijo". Supernanny es un programa cojonudo para verlo y luego mirar a tus hijos suspirando y diciendo "qué suerte hemos tenido". Poco más. No es la vida real.

No sé qué decirte ¿eh?... después de ver Supernanny te das cuenta que con 4 reglas básicas, se puede hacer que el niño cambie comportamientos que quieres que cambie, que se cree rutinas y que pronto se haga independiente y no le tengas que ordenar las cosas, porque sabe qué hacer en cada momento, y lo hace sólo, etc. Que sí, que viendo el programa te das cuenta que todo es sentido común... pero visto en primera persona, ese sentido común, lo olvidas.

Cada niño es un mundo, puede ser cierto, pero al final es sota, caballo y rey y esas 4 normas básicas sirven para casi cualquier niño.

Luego hay casos y casos, pero por regla general, las "normas" de Supernanny... mano de santo.

Si se te escapa en esta fase, siempre puedes ver "Hermano Mayor"... :cuniao
 
Lo mejor es no tener crios. Con lo bien que se está sin complicarse asi la vida, amos hombre :cuniao
 
Yo no me creo nada de lo que sale en Supernanny o Hermano Mayor. Si son programas que tienen una realización y montajes donde todo grita GUIÓN.
 
Yo no me creo nada de lo que sale en Supernanny o Hermano Mayor. Si son programas que tienen una realización y montajes donde todo grita GUIÓN.

Hombre, el programa lo editan, cortan y pegan para ofrecer lo más interesante.

Pero las técnicas que se emplean funcionan, créeme.
 
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