Atreyub
En busca y captura
Respuesta: El Bond post
(Diamonds are forever, Guy Hamilton, 1971)
Después del fracaso económico que resultó ser "007 al servicio secreto de su majestad" estaba claro que una de las razones principales, sino la que más, era el que Connery no fuese el intérprete del carismático espía. Volviendo a enfundarse el traje del agente doble cero cuya presentación en "Diamantes para la eternidad" a modo de regreso por todo lo alto es más que patente, Connery se encontraba un tanto mayor para interpretar el rol que le dio la fama y con los años ya encima. En este caso la película empieza con el gancho dejado en la anterior entrega donde Bond empleará todas sus fuerzas para dar con el paradero de Blofeld y aniquilarlo de la forma que sea y a su vez volvía a recuperarse uno de los elementos clave en la saga como es dominar el mundo desde el espacio exterior, sólo que esta vez con el tema de los diamantes de fondo, dándole al arma destructiva un toque mucho más sofisticado a la par que letal.
Guy Hamilton vuelve a estar tras la cámara en una película de James Bond tras la excelente "Goldfinger" pero esta vez el tono, las formas y el resultado es muchísimo más enquistado y dejando a un lado la espectacularidad eficiente por un tono más bufonesco, mucho más kitch si cabe y por ende siendo el humor patochado y sin mucho acierto el que sería el distintivo principal, logrando así uno de los títulos más fallidos de la saga en general y demasiado astracanante en particular, rozando en más de una ocasión el tono de las películas de serie B, sin vergüenza ni complejos. Sin ir más lejos la escapada de Bond a bordo del vehículo entre las montañas perseguido por motoristas casi de atrezzo, esa pareja de esbirros y su forma de eliminar a sus víctimas de los cuales hablaré más adelante o el empleo del circo y la feria dándole una sensación de algo fantástico.
Desde los primeros instantes la sensación que deja el filme es de ser algo que descoloca. El montaje abrupto para las peleas, el tono desdibujado del guión, la forma en como presentan a los personajes, como estos (inter)actuan, esbirros patéticos y un Blofeld muy poco convincente, cuyas intenciones de opereta junto con efectos especiales demasiado falsos incluso dentro de la saga hacen que "Diamantes para la eternidad" sea un producto caduco, sin mucho empaque y consiguiendo además ser demasiado blando dentro del tono general.
No puedo decir que toda la película sea mala pues contiene elementos que tienen validez por sí mismos como la canción principal interpretada una vez más por una de las mejores voces como la de Shirley Basey, los propios minutajes previos a los títulos de crédito, dando (por decirlo de algún modo) un final más o menos convincente a la rivalidad entre Bond y Blofeld, la ausencia de gadgets demasiado tecnológicos, Connery seguía siendo la elección acertada aunque ya no contase con la mítica de antaño y Charles Gray como Blofeld (y sus dobles), sin ser el mejor de los tres actores que lo interpretan, salva la situación con cierta soltura y pericia, logrando el tono requerido para un villano en ciernes. La pelea en el ascensor, con un montaje, una tensión y una coreografía realmente lograda, siendo lo más llamativo de toda la entrega. Pero poco más que destacar. El resto son demasiados tropiezos dentro de la entrega que no logran salvar este desaguisado.
Para empezar el guión va a trancas y barrancas, le cuesta mantenerlo todo bien atado. Es como si fuesen pequeñas historias intentando unirlas con un hilo demasiado fino, sin lograr darle el tono adecuado. Los dos esbirros (los señores Wint y Kidd) son demasiado esperpénticos, demasiado bobos aunque sus acciones sean letales, pareciendo integrantes de series televisivas de la época: la pelea final entre Bond y los dos secuaces es una de las peores hasta la fecha, todo demasiado bufonesco, demasiado acartonado, sin mucha tensión y sin el acierto de una pelea mítica. Pero todo esto es superado por la escena / enfrentamiento entre Bond y Blofeld, cuyo montaje abrupto y sin acierto alguno lo convierte todo en algo digno de Benny Hill, sin dejar nada a la imaginación y con un alarde fallido (la secuencia de la grua / la cómica confusión de la cinta le deja a uno patidifuso, dándole un final de traca).
Tristemente no puedo levantar los pulgares por ella y me quedo con la sensación de que esta entrega es la más floja de todas las que ha interpretado Connery y a su vez una de las más esperpénticas (para mal) de toda la saga.
(Diamonds are forever, Guy Hamilton, 1971)
Después del fracaso económico que resultó ser "007 al servicio secreto de su majestad" estaba claro que una de las razones principales, sino la que más, era el que Connery no fuese el intérprete del carismático espía. Volviendo a enfundarse el traje del agente doble cero cuya presentación en "Diamantes para la eternidad" a modo de regreso por todo lo alto es más que patente, Connery se encontraba un tanto mayor para interpretar el rol que le dio la fama y con los años ya encima. En este caso la película empieza con el gancho dejado en la anterior entrega donde Bond empleará todas sus fuerzas para dar con el paradero de Blofeld y aniquilarlo de la forma que sea y a su vez volvía a recuperarse uno de los elementos clave en la saga como es dominar el mundo desde el espacio exterior, sólo que esta vez con el tema de los diamantes de fondo, dándole al arma destructiva un toque mucho más sofisticado a la par que letal.
Guy Hamilton vuelve a estar tras la cámara en una película de James Bond tras la excelente "Goldfinger" pero esta vez el tono, las formas y el resultado es muchísimo más enquistado y dejando a un lado la espectacularidad eficiente por un tono más bufonesco, mucho más kitch si cabe y por ende siendo el humor patochado y sin mucho acierto el que sería el distintivo principal, logrando así uno de los títulos más fallidos de la saga en general y demasiado astracanante en particular, rozando en más de una ocasión el tono de las películas de serie B, sin vergüenza ni complejos. Sin ir más lejos la escapada de Bond a bordo del vehículo entre las montañas perseguido por motoristas casi de atrezzo, esa pareja de esbirros y su forma de eliminar a sus víctimas de los cuales hablaré más adelante o el empleo del circo y la feria dándole una sensación de algo fantástico.
Desde los primeros instantes la sensación que deja el filme es de ser algo que descoloca. El montaje abrupto para las peleas, el tono desdibujado del guión, la forma en como presentan a los personajes, como estos (inter)actuan, esbirros patéticos y un Blofeld muy poco convincente, cuyas intenciones de opereta junto con efectos especiales demasiado falsos incluso dentro de la saga hacen que "Diamantes para la eternidad" sea un producto caduco, sin mucho empaque y consiguiendo además ser demasiado blando dentro del tono general.
No puedo decir que toda la película sea mala pues contiene elementos que tienen validez por sí mismos como la canción principal interpretada una vez más por una de las mejores voces como la de Shirley Basey, los propios minutajes previos a los títulos de crédito, dando (por decirlo de algún modo) un final más o menos convincente a la rivalidad entre Bond y Blofeld, la ausencia de gadgets demasiado tecnológicos, Connery seguía siendo la elección acertada aunque ya no contase con la mítica de antaño y Charles Gray como Blofeld (y sus dobles), sin ser el mejor de los tres actores que lo interpretan, salva la situación con cierta soltura y pericia, logrando el tono requerido para un villano en ciernes. La pelea en el ascensor, con un montaje, una tensión y una coreografía realmente lograda, siendo lo más llamativo de toda la entrega. Pero poco más que destacar. El resto son demasiados tropiezos dentro de la entrega que no logran salvar este desaguisado.
Para empezar el guión va a trancas y barrancas, le cuesta mantenerlo todo bien atado. Es como si fuesen pequeñas historias intentando unirlas con un hilo demasiado fino, sin lograr darle el tono adecuado. Los dos esbirros (los señores Wint y Kidd) son demasiado esperpénticos, demasiado bobos aunque sus acciones sean letales, pareciendo integrantes de series televisivas de la época: la pelea final entre Bond y los dos secuaces es una de las peores hasta la fecha, todo demasiado bufonesco, demasiado acartonado, sin mucha tensión y sin el acierto de una pelea mítica. Pero todo esto es superado por la escena / enfrentamiento entre Bond y Blofeld, cuyo montaje abrupto y sin acierto alguno lo convierte todo en algo digno de Benny Hill, sin dejar nada a la imaginación y con un alarde fallido (la secuencia de la grua / la cómica confusión de la cinta le deja a uno patidifuso, dándole un final de traca).
Tristemente no puedo levantar los pulgares por ella y me quedo con la sensación de que esta entrega es la más floja de todas las que ha interpretado Connery y a su vez una de las más esperpénticas (para mal) de toda la saga.