La división de voto entre las fuerzas fascistas pueden hacer daño, ya que si bien el PP puede tener más o menos asegurados diputados en las provincias más rurales, en ciudades con mucha población esa división hará que los fascistas generen menos fuerza, y el PP pierda mucha fuerza en la cámara con los votos de uno que pueda ganar VOX en la misma circunscripción. En esta España dividida, eso va a hacer que el PSOE lo pueda tener más fácil, aunque también se va a ver afectado con UP. Pero el PP lucharía en grandes circunscripciones de adscripción fascista como Madrid, Valencia o algunas provincias andaluzas contra Ciudadanos y Vox.