Respuesta: El Gobierno de Mariano
Rajoy da por ‘muertos’ tres años de legislatura y se lo juega todo a 2015, el año electoral - elConfidencial.com
Rajoy da por ‘muertos’ tres años de legislatura y se lo juega todo a 2015, el año electoral
La mejoría económica de finales de 2013 queda para 2014, la bajada de impuestos de 2014 para 2015 (año de elecciones autonómicas y generales) y la reducción del porcentaje de desempleo, para cuando termine la legislatura. Son los tres datos económicos que el Gobierno ha soltado en su examen ante Bruselas que en clave política dibujan un panorama político negro para el Partido Popular. Nada claramente positivo que ‘vender’ al electorado hasta el final del mandato de Mariano Rajoy. Y la próxima primavera hay elecciones europeas.
“Sólo nos puede salvar la cuenta de resultados” es una frase muy repetida entre los veteranos del PP ante la creciente impopularidad del Gobierno y del propio partido, detectada hasta entre los sectores más fieles de su electorado. Son los votantes especialmente molestos con las subidas de impuestos, con que no frene el crecimiento del paro o con la tardanza en los ajustes en el aparato político del Estado (Autonomías).
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Economía, Luis de Guindos, se juntaron para dar la misma noticia-resumen a la hora de presentar el programa de estabilidad y el plan nacional de reformas: el fin de la recesión económica y el principio de la recuperación (para que se pueda notar en la sociedad) va para largo. El Gobierno pide más paciencia y reconoce que queda más “sangre sudor y lágrimas”.
Mariano Rajoy ha consumido un tercio de la legislatura con el principal logro de haber salvado a España del rescate económico de la UE y de haber embridado el déficit público, pero le queda lo más complicado: la reforma de la Administración para adecuarla a los nuevos tiempos presupuestarios muy a la baja. En eso coinciden el equipo económico, vigilante de los posibles ahorros, y Sáenz de Santamaría como responsable de rediseñar la reorganización del Estado autonómico en concreto.
Ahorro directo con la reforma de la Administración
Luis de Guindos cifra en dos puntos de PIB el efecto que puede tener el poner orden en las competencias y gastos de las administraciones. Evitar duplicidades en los servicios y reducir el aparato político, burocrático y de propaganda, sin tener que recortar en prestaciones a los ciudadanos, es el gran reto del Gobierno, pero no para lo que queda de legislatura sino para antes de 2014.
En mayo de 2015 hay elecciones autonómicas y municipales. Las resistencias que el Gobierno no pueda vencer en su partido y en las Autonomías en los próximos meses se volverán numantinas dentro de un año. La reforma local tiene que convertirse en proyecto de ley antes de verano para que pueda empezar a producir ahorros para las arcas públicas este año.
La vicepresidenta del Gobierno cifra en 8.000 millones los réditos de la reorganización de ayuntamientos y diputaciones que impulsa Montoro y a la que se resisten los representantes del poder local del PP y la oposición en bloque. Se niegan a perder competencias, cargos y sueldos.
La prueba de que la economía española seguirá sin estar para alegrías el próximo año es el anuncio de la prórroga de la subida en el IRPF que el Gobierno estableció nada más empezar su mandato “para llegar a fin de mes”. Era la única forma de controlar el déficit público de golpe. Montoro lo presentó como una medida extraordinaria, excepcional y a plazo fijo. Y lo que parecía provisional se consolida otro año.
Si al final en 2015 se vuelve a las tablas de retención de 2011, los ciudadanos lo podrán comprobar en sus nóminas a partir de enero del año en que termina la legislatura, antes de los comicios locales de mayo y las generales del otoño siguiente.
A las elecciones con los mismos parados de 2011
El Gobierno ha reconocido taxativamente que la mejoría económica anunciada para finales de este año y con crecimiento de empleo para el siguiente se va a retrasar. Las previsiones macroeconómicas son tan realistas como había exigido Bruselas, demasiado pesimistas a juicio de algunos dirigentes del PP y vienen a reconocer que el Ejecutivo se teme cerrar la legislatura con una tasa de paro del 25,8 por ciento, apenas 1,2 puntos mejor que con la que arranca este año de los 6,2 millones de desempleados.
El Gobierno del PP se encontró con 5,2 millones de parados en España al llegar al poder y ha visto en poco más de un año cómo se suma otro millón de desempleados a los 3,2 de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. Ahora su previsión se conforma con una lenta contención del ritmo de destrucción de puestos de trabajo para entrar en balances positivos a partir de 2014, de apenas un punto en 2014 y 2015.
Se cierne sobre el horizonte electoral del Partido Popular tener que presentarse a las elecciones con una cifra de parados muy parecida a la que se encontró en 2011: alrededor de un 25 por ciento y algo más de 5 millones de desempleados. Un panorama depresivo que difícilmente pueda frenar un descalabro en las urnas.