Respuesta: El Gobierno de Mariano
La verdad es que uno escucha a María Dolores y no sabe si hemos viajado atrás en el tiempo. Pactos sí, para defender a España (no creo que haya nada más devaluado para los votantes que la idea del trapo), o que ahora a Rajoy se le escucha en Europa y hemos recuperado el respeto (todos sabemos la capacidad de generar simpatías que tiene nuestro amigo de Pontevedra). Y aunque así fuera esto último, ni me interesa ni compro su burda propaganda. Si fuera así, que no lo es, me da igual. Es su trabajo, su obligación. No un mérito. No algo para poner medallas y para apoyarlo.
Ese mensaje pseudo religioso en torno a la figura del Presidente del Gobierno, anuncia de todo menos una visión democrática de la sociedad que desgraciadamente dirigen. Mariano Rajoy es una persona, mejor o peor, pero su altura política es muy, muy, muy baja. Lo ridículo es venderla. Pero claro, a los acólitos españoles se le pone como ejemplo cuando su figura no es nada ejemplar. Me insulta que intenten venderme los milagros de Mariano Rajoy. Ahí están las cifras, las noticias que hemos ido leyendo estos últimos días, estos últimos meses y años para convertirlas en polvo. Sabemos lo que ahí delante y tenemos la experiencia de la capacidad que ha mostrado Rajoy para solventar anteriores problemas bajo la doctrina "me suda la polla". Por lo tanto, los problemas que se presentan son de todo propicios para no estar confiado, sino asustado. Pero más allá de eso, toda esa parafernalia de que los españoles sabemos que los sacrificios son necesarios y que debemos agradecer a Rajoy que no estemos intervenidos (yo creo que la situación es aún peor que estar intervenidos), lo único que hace es enaltecer aún más los animos. Y la gente está cansada. Parece que están buscando el caos. Y a lo mejor lo encuentran.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/02/andalucia/1370173473_536784.html
La verdad es que uno escucha a María Dolores y no sabe si hemos viajado atrás en el tiempo. Pactos sí, para defender a España (no creo que haya nada más devaluado para los votantes que la idea del trapo), o que ahora a Rajoy se le escucha en Europa y hemos recuperado el respeto (todos sabemos la capacidad de generar simpatías que tiene nuestro amigo de Pontevedra). Y aunque así fuera esto último, ni me interesa ni compro su burda propaganda. Si fuera así, que no lo es, me da igual. Es su trabajo, su obligación. No un mérito. No algo para poner medallas y para apoyarlo.
Ese mensaje pseudo religioso en torno a la figura del Presidente del Gobierno, anuncia de todo menos una visión democrática de la sociedad que desgraciadamente dirigen. Mariano Rajoy es una persona, mejor o peor, pero su altura política es muy, muy, muy baja. Lo ridículo es venderla. Pero claro, a los acólitos españoles se le pone como ejemplo cuando su figura no es nada ejemplar. Me insulta que intenten venderme los milagros de Mariano Rajoy. Ahí están las cifras, las noticias que hemos ido leyendo estos últimos días, estos últimos meses y años para convertirlas en polvo. Sabemos lo que ahí delante y tenemos la experiencia de la capacidad que ha mostrado Rajoy para solventar anteriores problemas bajo la doctrina "me suda la polla". Por lo tanto, los problemas que se presentan son de todo propicios para no estar confiado, sino asustado. Pero más allá de eso, toda esa parafernalia de que los españoles sabemos que los sacrificios son necesarios y que debemos agradecer a Rajoy que no estemos intervenidos (yo creo que la situación es aún peor que estar intervenidos), lo único que hace es enaltecer aún más los animos. Y la gente está cansada. Parece que están buscando el caos. Y a lo mejor lo encuentran.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/02/andalucia/1370173473_536784.html