Respuesta: El Gobierno de Mariano
Que fácil es mirar los toros desde la barrera, y cuando la corrida ha terminado.
Si, vale, hubo gente que no calculó los riesgos, y se lanzó cuando no debería haberlo hecho. Pero una gran mayoría de los que ahora tienen problemas, están en esta situación por que su querido banco les metió en el lío, con diurnidad y alevosía. Y mucha maldad. Por que aprovecharse de la gente en temas que desconocen, cuando tu eres un experto, y consejar a sabiendas de que les estabas metiendo en un pufo, por que te beneficiaba, es perverso. Y eso se hizo, se hizo mucho.
¿Concretamos? ¿A cuántos de los que firmaron hipotecas les leyeron o explicaron las cláusulas en las que se dice que si dejas de pagar, el banco se queda con tu casa y sigues debiendo dinero? Es más... ¿A cuántos les leyeron su escritura hipotecaria entera antes de firmar? Aún peor... ¿A cuántos les dieron la oportunidad de leerla tranquilamente en casa antes de ir a la notaría? No. Te sentaban delante de ese señor tan serio que se llama notario, que soltaba mecánicamente y a velocidad ininteligible que te dabas por enterado de todo lo que pusiera ese taco de cincuenta páginas que ibas a firmar por cojones (o te quedabas sin crédito).
¿Seguimos concretando? ¿A cuántos les dijeron que no se preocupasen, que los intereses subirían como mucho unos puntos? Que si estaban al 2%, como máximo subirían al 4 o 5%, así que no había problema. Y los pobres infelices que no son expertos en economía (y en esa época, menos aún), pensaban que una subida del 3% era asumible... Nadie les dijo que eso, en realidad, duplicaría sus cuotas por que nadie les explicó que los muy ladrones se cobran (legalmente) primero los intereses del crédito, para amortizar capital ya muy, pero que muy adelante.
Alquiler... Ya. Cuando te decía tu simpático y dicharachero banquero que estaban a quinientos euros, mientras que la hipoteca a 400, el piso era nuevo, y además era tuyo. Que el alquiler era enterrar el dinero. Y lo peor es que todo eso era cierto. No te contaban que las cosas podían ponerse feas, pero... que narices. El que lo pensaba, previsor él, contaba con que en ese caso, podría vender el piso o dárselo al banco, y a efectos prácticos, es como si hubiera estado alquilado. Y eso si las cosas venían mal dadas.
Y para rematarte, te decían que ampliases el importe, por que si aprovechabas para pillar un coche, apenas pagarías diez euros más al mes. Saltándose a la torera la limitación del 80% del importe total a financiar sobre la tasación, y pinchándote para que firmaras cuanto más, mejor. No había problema. Hasta falsificando nóminas y aceptando declaraciones de ingresos trucadas... por ellos mismos.
Así que vale... muchos pecaron de ambiciosos. Pero a muchos los engañaron. Muchos. Y les engañó quien estaba en posición de hacerlo, en un claro abuso de poder. Que no me vengan ahora con lloriqueos. Es cierto que a nadie obligaron a firmar, pero a ellos tampoco les obligaron a conceder, y concedían a manos llenas. Y con engaño.
Manu1oo1