Hay una diferencia. Que hasta hace poco, mentir con descaro les salía caro. Incluso cuando no era con descaro. Que se lo digan a Aznar si no.
Pero este hijo de la gran puta (y sus votantes) han llevado esto a otro nivel. A base de mentir TODOS LOS PUTOS DÍAS, en temas gravísimos y de enorme trascendencia, y de vomitar que da lo mismo, que todos mienten, parece que la mentira se ha normalizado. Una vez que han descubierto que no les penaliza ya electoralmente, lo hacen sin el menor rubor. Da lo mismo decir hoy blanco, y mañana negro, que te van a defender igual. Y si te pregunta alguien, con decir que es que has cambiado de opinión y es por el bien del país, a tirar millas. Y eso lleva a un escenario muy injusto. Si puedes prometer lo que te salga del higo (por ejemplo, que vas a regalar 20.000 euros a todo el mundo o que vas a construir dos millones de pisos), y la gente se lo traga, y luego no te penaliza por no cumplir, tus adversarios están en desventaja. Desventaja que acrecientas conviertiendo las campañas en un "mira este como es de cerdo", en lugar de en explicar tu programa, enlodazando todo y así tapando el mínimo atisbo de crítica a tu persona.
Y no le culpo, si yo fuera un cabrón sediento de poder como el, haría lo mismo. Como estrategia de probada eficacia, nada que objetar. La culpa la tenemos los españoles, que no salimos a la calle a prenderle fuego y (sobre todo) le seguimos votando. Así que a mamarla todos, tenemos lo que nos merecemos. Ni más, ni menos.