Bajo su mandato se llevó a cabo el mayor número de traspaso de competencias a la Generalitat, hasta completar las 189 que hacen de Cataluña la comunidad con mayor autogobierno de toda España.
Aumentó del 15% al 33% la cesión de la recaudación por IRPF, les dio el 35% del IVA (antes era cero patatero) y el 40% de los impuestos especiales. Transfirió competencias de trafico, justicia, agricultura, cultura, farmacia, sanidad, empleo, puertos, medio ambiente, seguros, vivienda y, por supuesto, educación. Es mas, permitió que se aprobara la Ley de Normalización Lingüística que desterró el castellano de las escuelas e impidió que se recurriera al TC y que se aplicara la ley que obligaba a la enseñanza conjunta. Defenestró a Vidal Quadras (que 'molestaba' a Pujol) y puso al PP al servicio del nacionalismo catalán, algo de lo que le está costando un mundo recuperarse. Y también miro para otro lado con la corrupción, sabiendo como sabía que estaba ahí y que era una constante.
Sin duda alguna, fue un periodo dorado para el nacionalismo, que no dudó en prestar su apoyo a aquel Gobierno incluso cuando ya tenía mayoría absoluta, aprobando año tras año sus Presupuestos.