Uno en la vida es libre para defender lo que le salga del nabo, sea justo o no, sea ético o no, sea del gusto de uno o no. Por dejarlo claro. Dicho esto, soy monárquico. Me la suda lo presuntamente demócrata que es la república. Ni tiene más legitimidad ni procura más excelencia en el ejercicio del cargo. Lo contrario más bien. La monarquía es legal y por lo tanto, legítima, y dota a la jefatura del estado de más preparación, estabilidad, y prestigio que lo que aporta la volatilidad del acceso al cargo de personajes ignorantes, sectarios e irrelevantes. A mi, que vivan como reyes, mejor que yo, a mi costa, con mis impuestos, a los que un ciudadano les da un valor excesivo pese a lo insignificantes que son, me da igual , va con el cargo, que lo disfruten. Lo que deseo es que nos representen bien y ambos monarcas, juancarlos y Felipe, lo hacen excepcionalmente bien.
Representan la unidad de España y sus valoraciones tienen peso e incidencia en la vida común por lo que entiendo la arritmia cardíaca que provocan en los indepes y en los comunistas. Unos porque es ls figura que los frena, el muro del norte, y los otros porque representa lo que más odian, una vida mejor que no está a su alcance.
Se les ataca por sus errores, por sus debilidades pero sus fortalezas son inmensas, casi indestructibles y se vuelven rabiosos. No podrán con la monarquía y desgastan sus fuerzas quejándose de todo en una actitud que desde fuera da lástima por lo que significa de pérdida de tiempo de la vida que les ha tocado. Ese esfuerzo ineficaz y desgastador de convencerse constantemente a sí mismo de lo mala y anacrónica que es la monarquía solo lleva a la frustración y a la errónea convicción de pertenencia de clase tan propia de la izquierda. Lo que odias te hunde. Lo que odias te ancla al fondo de tus miserias.
Por supuesto que un barco es necesario. Y un avión, helicópteros y coches blindados. El jefe de estado , representación máxima de todos los españoles, es un cargo inamovible, estable de uno de los países más importantes del mundo. Debe tener eso y más. Un jefe de gobierno, no. Es un cargo civil temporal que debe rendir cuentas de su ejercicio en el cargo. No debe vivir como un rey. Se le ha escogido de gestor público honorable de los recursos de los ciudadanos.
El barco es una nimiedad. Pero entiendo y disfruto viendo como se retuercen las izquierdas. Cojo sitio cada vez.