El Gobierno social-podemoide de Sánchez

Más que ser antifascista, el compromiso con la democracia requiere ser antitotalitario. El fascismo solo es una tipología de totalitarismo, entendido como la subordinación de toda vida individual y colectiva a un partido único que gobierna y persigue/elimina toda disidencia.
El siglo XX vió la eclosión de las formas de totalitarismo más atroces de la historia, que causaron decenas de millones de víctimas (Hitler, Stalin, Mao, entre otros). El lenguaje no es inocente, porque algunos son selectivos en su ‘anti.’ Y ser demócrata no va de eso, va de no hacer distinciones a la hora de oponerse a cualquier forma gobierno totalitario, sin blanquear o relativizar el terror en nombre de una idea, causa o bandera.

 
Más que ser antifascista, el compromiso con la democracia requiere ser antitotalitario. El fascismo solo es una tipología de totalitarismo, entendido como la subordinación de toda vida individual y colectiva a un partido único que gobierna y persigue/elimina toda disidencia.
El siglo XX vió la eclosión de las formas de totalitarismo más atroces de la historia, que causaron decenas de millones de víctimas (Hitler, Stalin, Mao, entre otros). El lenguaje no es inocente, porque algunos son selectivos en su ‘anti.’ Y ser demócrata no va de eso, va de no hacer distinciones a la hora de oponerse a cualquier forma gobierno totalitario, sin blanquear o relativizar el terror en nombre de una idea, causa o bandera.

de hecho, sin googlearlo, creo que la propia RDA se definía constitucionalmente como "antifascista" mientras que la RFA no lo hacía, ¿alguien duda de cuál de los dos países era una democracia y cuál no? (salvo Alberto Garzón)
 

Sánchez se ha caracterizado en este tiempo por abusar de las instituciones en provecho propio y por llevar a sus colaboradores -desde Tezanos hasta Dolores Delgado, de Rosa María Mateo a Marlaska- más allá del límite de la elemental higiene democrática. Ha ido muy lejos en muchos frentes, a menudo con el patético aplauso de los sectarios que solo recuperan la vergüenza periodística cuando el poder lo ejerce el PP.


Ésto último siempre me ha hecho mucha gracia. Es enorme el número de periodistas, humoristas y presentadores que se dedican a criticar al poder cuando lo ejerce el PP, y a la oposición mientras gobierna el PSOE. Sin la menor vergüenza. Ferreras no es más que el último caso en ver la mota de polvo en el ojo conservador y ser totalmente ciego ante la viga en el socialista/comunista/nacionalista.
 
:facepalm

Como si no hubiera hablado sin problemas con la oposición hasta que tocaron toque de corneta desde el Sanchismo y pasaron a atacarla indiscriminadamente por mil chorradas. ¿Pasamos por alto la trama del hotel colegas? Por poner un ejemplo vamos. Lo normal es mandarlos a tomar por culo. Mucho ha tardado.
 
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