El Gobierno social-podemoide de Sánchez

Se puede dar más asco y ser más miserable que el PSOE, pero es difícil



JODIDAMENTE DIFÍCIL.


pd: por si lo eliminan
EmsbJmgXUAAD2dZ
 
Pero, pero PERO! Si recoge VOX es limosna, pero si lo hacen ellos es ayuda a los más necesitados.

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Lo que si se sabe es que ni de coña lo van a cesar. Si las cosas vienen torcidas, dentro de unos meses "dimitirá", poniendo como excusa que está agotado de mucho tiempo de duro trabajo y blah, blah, blah... Le harán una emotiva despedida, le agradecerán mucho los servicios prestados, y poco después empezarán a largarle los muertos uno a uno.

Citadme cuando pase.
 
EL PAÍS

Y precisamente en el parlamento regional volvían a indicar esta semana que van a Madrid a acabar con el Estado Español. Y aquí el indigente mental este, el Echenique del PSOE, soltando que Bildu ha tenido más responsabilidad que el PP. Claro, como has negociado taaanto con el PP. Y les volverán a votar porque "ejjjquelaultraderecha".:pota

Lo del menda llamando nazi al PP por ofrecer una alternativa a mujeres sin recursos ya ni lo comento, pero me jode sobremanera porque esperaba leer PSOE y Podemos, pero no, leo que es Ciudadanos el que también llama indecente al PP y VOX por dicha medida. ¡¡Ciudadanos!! ¡¡TOCATÉ LOS PUTOS HUEVOS!!
 
Normalizar la discrepancia dice el hijo de la gran puta que se pasa la vida atacando a quien no piensa como el y chupándole la polla a quien si.
 
Última edición:


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Un recordatorio de cuando no existía internet.

A comienzos de los 90, Rosa Villacastín hizo una entrevista en televisión a Arguiñano, que había arrasado entonces con sus programas de cocina. Durante la misma, la periodista le preguntó cómo se vivía la situación política en el País Vasco. El cocinero respondió que allí todo era normal, que él quedaba con la cuadrilla a comer todas las semanas y que la gente funcionaba por la calle como siempre.

En aquel momento, la banda de asesinos de ETA tenía secuestrada a una persona y acababa de asesinar a otra dos semanas antes. Cuando escuché aquello, casi vomito. Me pregunté cuál sería la opinión de Arguiñano si el asesinado hubiera sido su padre y el secuestrado su hijo. Pero lo más sorprendente de todo fue la reacción de Villacastín: siguió con la entrevista como si estuvieran hablando de ganchillo o del precio del pulpo.

Desde entonces el cocinero vasco me produce arcadas y la periodista vergüenza ajena.
 
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