El socialismo nació del fracaso del comunismo. Al ser este inviable, habiendo causado extrema pobreza y muertes a millones, el comunismo mutó a algo más digerible, más disimulado, apelando a los trabajadores como destinatarios de sus proclamas. Pero siempre ha sido más de lo mismo. Alentar la guerra entre empleados y empleadores haciendo creer a los primeros que los segundos son enemigos en vez de animar a que se conviertan en ellos. La izquierda nunca ha pretendido la prosperidad de los trabajadores, que crezcan, que dejen de serlo para tener ambición y proyectos propios. En un mundo sin trabajadores ni pobres, la izquierda no tendría sentido y por eso amaña la realidad para adormecerlos y sedarlos.
Y no se corta actuando como mafiosos, amenazando a empresas independientes y libres, manipulando la verdad, instigando a la gente a ir contra los empresarios. Son miserables en esencia. Putrefacción destilada. Menudo país de chirigota de mierda.