Tijerones, el imprescindible.
La verdad es que Lennon tiene algo que tienen pocos y es que nos acordamos de dos, tres o cuatro cosas icónicas, que crean sello y autoría humana: gafas de sol en la sala, amor irredento por bellas estrellas clásicas, un acento para comérselo, estallidos de violencia tarantinianos y un spanglish que no olvidaremos jamás. Para colmo, el cabrón es buena gente.
El icono sirve para la caricatura, el jolgorio y el chiste, sí, pero sobre todo sirve para la leyenda y Lennon lo es.
Y ser leyenda es algo muy difícil, you know.