Respuesta: El Hilo que quería Atreyub: anime
Por fin, ya la he visto y maldita sea, que buena es, leñe. Sorel... chapó, amigo.
Y mi estreno en el anime más allá de Miyazaki.
(
Sennen joyû, Satoshi Kon, 2001)
"
Al fin y al cabo, es el perseguirle lo que me apasiona".
Obra maestra del ánime que detalla, narra y explica, con mucha parsimonia, mimo y beneración la vida, obra y milagros de Chiyoko Fujiwara, una actriz que dedicó toda su vida a encontrarse con el amor de su vida. Una oda a la vida, al amor, a los sentimientos, a las emociones, al ser interior, a como dedicamos la vida a luchar por el amor de alguien cuando a veces, y sólo a veces, lo tenemos delante y no nos damos cuenta.
La película es preciosa, por muchos aspectos. Primero y principal, la calidad de animación es brillante (a veces no nos damos cuenta que la plasmación de la realidad cotidiana está en manos de los artistas orientales). Cada detalle, cada objeto, cada rasgo, etc. está plasmado con rigurosa certeza... el viento, el agua, la naturaleza, las ciudades, la vida... todo es real, es tangible y eso no se consigue en dos días, que va, se necesita maestría y humildad para hacerlo.
Tocando todos los géneros habidos y por haber (drama, aventuras, acción, épica, terror, romance, ¡ciencia ficción!...) y todos bien perfilados y acabados, la historia que Chiyoko nos narra, frente a la beneración que tiene por ella el documentarista Genya Tachibana, es de un atractivo y de un potencial enorme. Narrado todo como si de una grandísima historia se tratase (que lo es) pasamos por todas las épocas de la historia (perfectamente narrado, de otra manera quedaría demasiado extraño) pero lo increíble del caso es que el director juega con la ciencia ficción de los viajes en el tiempo, de puntillas, como si no se notase, y nos hace partícipes de la historia sin darnos cuenta.
Pero lo que aquí interesa, importa y llama la atención es el respeto, la humildad, el amor incondicional (como esa llave abre las puertas de la memoria y el corazón), haciéndonos sufrir, divertirnos, sentir y emocionarnos, todo a partes iguales, ante las bisicitudes, dificultades y vivencias de Chioko ante cada uno de los momentos de su vida y aunque nos descoloque un poco la situación de los protagonistas actuales en las distintas épocas uno se acostumbra y logra aceptarlo como un modo más de narrar una gran historia. Y lo más increíble del caso es que cuando llegamos al final acabamos con la misma conclusión que la protagonista: el amor imposible no tiene porqué ser malo a fin de cuentas si con ello has vivido, sufrido y disfrutado por conseguirlo.
Por último, pero no menos importante, está esa deliciosa BSO que toca todos los registros posibles pasando por la electrónica ochentera, la melodía costumbrista y las notas más emotivas, haciendo cada escena épica en sí misma.
Desde luego es un título que vale la pena descubrir, que vale la pena ver y que sobre todo vale la pena disfrutar. Es el amor en estado puro. Es el cine en todo su potencial y es la mejor ofrenda que el cine de animación puede ofrecer.
No os la perdáis, por favor. No hagáis como yo perdiendo el tiempo. Es una joya. Absoluta.