Estamos en tiempos de penuria, lo que antes eran excesos ahora son recortes presupuestarios. El fútbol está en tiempos de recesión. La crisis todavía no ha llegado pero, al paso que vamos, la incapacidad para revertir la situación de los dirigentes hace que día a día caminemos hacia una liga de segundo nivel. Estamos en tiempos de falsear con la ley concursal. Tenemos al Madrid y al Barça, dos referentes en el fútbol mundial; de no ser por ellos, muchos ya hablarían con nostalgia de aquellos tiempos en los que éramos la liga de las estrellas.
Hablamos con frialdad de la igualdad de nuestra liga. Suena a tópico, los números no acompañan ese adjetivo con el que solemos calificar nuestra liga. Las diferencias presupuestarias son abismales, los números rojos son para todos, las dudas sobre el margen de maniobra del Madrid subyace como el único argumento racional para tanto fracaso. El Barça no camina mejor, su inversión es estratosférica en relación al espectáculo. No tiene justificación y sustento pagar por Márquez, capitán de México, 8 millones hace cinco años y ahora en plena crisis pagar 16'5 por Cáceres que no pasa de ser suplente para Tabarez o 10 millones por Henrique que no es siquiera internacional y que por no ir, no va ni a los Juegos Olímpicos.
Expediente BBVA
Siempre muchos pasos por detrás de la Premier. La gestión de nuestra liga es para hacerla revisar. El primer detalle es el nombre. No se quien se esconde detrás pero es de suspenso absoluto en cualquier escuela de negocios mutar el nombre de un producto de segundo nivel para otro que se pretende que sea sinónimo de lujo. Alguien se ha equivocado con la liga BBVA. Si el objetivo era acabar bautizando la máxima categoría, nunca debieron empezar por la división de plata. Te hablan de la liga BBVA y no la asocias; lo importante en marketing es el impacto y el producto carece de él, ya que todos debemos tomarnos nuestro tiempo para asociar.
Sin impacto no hay venta, sin venta no hay impulso sino derrota. Tanto el BBVA como la LFP han perdido una ocasión para magnificar el espectáculo virtual. Sobre la Liga Adelante, mejor no hablar, no se sostiene. Sumar en lugar de restar, con derecho propio nuestra liga es la BBVA, ya que cada día que pasa el nivel de la liga baja. Caminamos en dirección al calcio, la Premier camina hacia la NBA.
La Premier absorbe la Champions
La UEFA no quiere perder el control, el G-14 se diluye, la Champions cerrada no será posible a corto plazo. Toda Europa la quiere y desea, pero la política e intereses hace que esta sea inviable. Se necesita romper estructuras y eso no es posible en un mundo tan condicionado. Esta percepción ha sido asumida por la Premier, ellos han cogido como propias todas las ideas para desarrollar el fútbol como producto global.
Desde hace tiempo les hablamos que la industria del fútbol es bidireccional. Clubes locales y globales, unos se quedan y otros buscan ser universales. Al final terminarán compitiendo por separado. Sus mercados son diferentes, sus necesidades dispares y el espectáculo se resiente si no es una lucha de iguales.
En Inglaterra se apuesta por llevar a sus clubes hacia la globalidad. Cotizan en bolsa, buscan inversión extranjera. El City no es un enemigo sino un competidor más que sirve para aumentar el nivel de la liga fichando lo mejor de otros países. La Premier es superior en intensidad, el Calcio parece muerto y la liga española pronto dejará de ser un competidor. Se juega en horario prime time en Asia, desde el comienzo se sabe dónde, cuándo y qué cadena va a televisar el partido. Se compite durante todo el año, están al servicio del espectador y se busca que sus clubes vayan progresando en inversión para acabar formando una Champions.
Se estudió la fórmula de meter a Rangers y Celtic en la Premier, es su objetivo. Quieren ser la NBA, jugar partidos en China, ser globales. Entienden la industria y ante el miedo de clubes como el Barça, Madrid, Milan o Inter a plantarle cara a la UEFA, han decidido abandonar esa idea para convertir la Premier en una competición de más nivel, deportivo y mediático, que la Champions. El objetivo ya no es superar a las otras ligas, sino convertirse en el referente de competición de fútbol europeo.
La Copa del Rey es otra competición sin interés ni prestigio. Se diseña la competición para llegar a una final Madrid - Barça, pero esta nunca se produce. El ideal son unos cuartos de final donde estén Athletic, Atlético, Madrid, Sevilla, Betis, Barça,Valencia entre los ocho. Nunca se produce. Destrozan el mito de la épica, el sueño de un equipo pequeño que pueda ganar,... a doble partido es imposible. Ganar una competición a partido único tiene un mérito tremendo aunque seas el Madrid o el Barça, ganar la Copa del Rey siendo uno de estos no deja de ser una manera de salvar la temporada.
Vayamos a otra. Condicionen la competición. Manejen los horarios y partidos. Hagan coincidir un festivo nacional con el Superderby. Ese día, en horarios distintos, desde la mañana hagan jugar al Valencia contra el Villareal (no sería un derby sino un duelo), al Barça contra el Español. La intensidad in crescendo, Betis contra Sevilla y como colofón fin de jornada al Madrid con el Atletico y así todos los detalles susceptibles de hacer un evento que se puedan producir. Como esta podría dar mil ideas pero primero debemos saber si los que mandan quieren eL negocio actual o luchan por el negocio del futuro. Matiz importante.
Villalonga, un valencianista en la City
Después de lo expuesto pocos se preguntarán como llega dinero a manos llenas al City cuando Lendoiro no encuentra a nadie que ponga ni un euro en el Superdepor. En la Premier se vende el negocio, aquí la ruina. Jugar a las diez de la noche es un despropósito, no es horario para niños, tampoco para mayores. Atasco a la salida, eterna espera para que llegue el momento, frío polar e imposibilidad de vender la liga como producto a cualquier otro país del mundo. Han vendido los derechos pero a coste mínimo ya que el horario mundial camina con otras agujas, vamos con tres horas como mínimo de retraso; se cena a las seis o las siete, aquí a las diez. Hagamos el ejercicio de invertir horarios. ¿Seríamos capaces de ver la Premier un sábado a la una de la madrugada? ¿Cuanto valdrían esos derechos televisivos?
Como detalle para respaldar lo que les digo les dejo con la Libertadores, se juega en horarios de madrugada en España. Es una competición vibrante, interesante y fuente para fichar. En España no la ve nadie, ni los directores deportivos de los equipos. Les hablas de Thiago Neves y necesitan que se les manden videos. Esa es la explicación por la que Guerrón sólo ha tenido la posibilidad de fichar por el Getafe.
El mercado nacional es del Madrid o Barça, todos buscan el pelotazo inmobiliario para subsistir. El Valencia ha perdido una ocasión única, lo lamentarán ya que detrás de Villalonga había un fondo de inversión de aquellos que se buscan en la Premier. No les sorprenda que haya estado detrás de la operación Robinho, no iba de farol cuando decía que le habían ofrecido invertir en el Milan. Lo que ahora es el City, lo podría haber sido el Valencia de la mano de su nuevo asesor financiero. No le salió mal el negocio a Villalonga, se dice que ganó 700.000 euros por día durante su estancia, pero al que le salió mal fue al Valencia. Era el momento para pasar de ser local a global. Villalonga era el primer paso para provocar un desembarco.
En Inglaterra se habla de un mercado global. Los equipos irán en masa al mercado asiático: muchos partidos, muchos ingresos televisivos y clubes que lo han fiado todo a un producto global la Premier, donde los propietarios tienen el control. Es la NBA con sus franquicias. El destino lo marca la patronal, los jugadores forman parte del espectáculo y los entrenadores dejan de serlo para convertirse en managers y referentes mediáticos.