JohnDoe
Tó lo gordo y tó lo negro
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Re: El Megapost de los Ochenta (Parte 1)
Es curioso, pero Henry habla, al menos como introducción, de unos 80 (los de Reagan) que no son nada nuestros. Los 80 son seguramente la última década en la que veíamos las pelis y series americanas y contemplábamos una realidad social absolutamente distinta a la nuestra.
Aquí los 80 empezaron como una época de quinquis (tendré que ir a ver la exposición en el CCCB), de crisis económica y paro, barrios marginales y centros urbanos grises y aburridos decorados por nuevas modas juveniles, políticamente incierta. Una época de domingueros, de petazetas, palotes, frigodedos y colajets, pero también de yonkis al por mayor en los parques y abusicas en los patios de colegio. De radiocasetes más que de videos (porque eran aún muy caros y la mayoría empezó viendo las pelis en casa de un vecino), donde había aún muchas teles en B/N, una época en la que al empezar las marcas eran algo reducido a una élite y todavía tenía sentido lo de "estar más contento que un niño con zapatos nuevos".
Época en que los que no vivían en capital de provincia debían esperar meses para ver películas que ya se habían estrenado en España con medio año de retraso, en la que aún existían cines de reestreno y sesiones continuas.
Todo eso fue cambiando más rápidamente de lo que nos dimos cuenta, fueron los años del pelotazo, pasamos de Naranjito a Cobi, entramos en la CEE y de repente todas las ciudades estaban en obras y se reurbanizaban, los edificios se restauraban, la juventud se pijicizaba y se compraba Levi's, jerseys Privata y zapatillas Nike (uno o dos de cada, no más), las cadenas y minicadenas HiFi jubilaban los radiocasetes a la vez que el vecino arrinconaba su Betamax y tú ya tenías tu VHS, y todos los aspirantes a emprendedores se frotaban las manos pensando en que montarían un videoclub y se forrarían. El domingueo de repente nos parecía una horterada y preferíamos ir a un apartamento de vez en cuando; o aunque fuera a un camping con los amigos.
Y llegaron los 90 y la gente de las películas americanas había dejado de parecernos tan diferente.
Es curioso, pero Henry habla, al menos como introducción, de unos 80 (los de Reagan) que no son nada nuestros. Los 80 son seguramente la última década en la que veíamos las pelis y series americanas y contemplábamos una realidad social absolutamente distinta a la nuestra.
Aquí los 80 empezaron como una época de quinquis (tendré que ir a ver la exposición en el CCCB), de crisis económica y paro, barrios marginales y centros urbanos grises y aburridos decorados por nuevas modas juveniles, políticamente incierta. Una época de domingueros, de petazetas, palotes, frigodedos y colajets, pero también de yonkis al por mayor en los parques y abusicas en los patios de colegio. De radiocasetes más que de videos (porque eran aún muy caros y la mayoría empezó viendo las pelis en casa de un vecino), donde había aún muchas teles en B/N, una época en la que al empezar las marcas eran algo reducido a una élite y todavía tenía sentido lo de "estar más contento que un niño con zapatos nuevos".
Época en que los que no vivían en capital de provincia debían esperar meses para ver películas que ya se habían estrenado en España con medio año de retraso, en la que aún existían cines de reestreno y sesiones continuas.
Todo eso fue cambiando más rápidamente de lo que nos dimos cuenta, fueron los años del pelotazo, pasamos de Naranjito a Cobi, entramos en la CEE y de repente todas las ciudades estaban en obras y se reurbanizaban, los edificios se restauraban, la juventud se pijicizaba y se compraba Levi's, jerseys Privata y zapatillas Nike (uno o dos de cada, no más), las cadenas y minicadenas HiFi jubilaban los radiocasetes a la vez que el vecino arrinconaba su Betamax y tú ya tenías tu VHS, y todos los aspirantes a emprendedores se frotaban las manos pensando en que montarían un videoclub y se forrarían. El domingueo de repente nos parecía una horterada y preferíamos ir a un apartamento de vez en cuando; o aunque fuera a un camping con los amigos.
Y llegaron los 90 y la gente de las películas americanas había dejado de parecernos tan diferente.