PLAN ANTICRISIS COMPLETO Y GLOBAL O EL ASOMBRO DE OCCIDENTE
Artículo publicado en elconfidencial.com /// 27.04.2009
El “Plan Anticrisis Completo y Global” y de los Grandes Expresos Europeos, nacido el 13 de abril, al que nada falta ni nada escapa, asombro y envidia de propios y extraños, es la propuesta de D. Mariano Rajoy para acabar con la crisis a la que se refirió especialmente el viernes pasado, ante las terroríficas cifras de paro, como el remedio infalible de todos nuestros males. Para empezar, el apellido “Completo y Global” es una grandilocuencia propia de República Bananera, algo que nadie utilizaría en un país serio. Y para seguir, el Plan está constituido por un conjunto de generalidades, banalidades y lugares comunes, con los que es imposible estar en desacuerdo: austeridad en el gasto público, reestructuración del sistema financiero, reformas fiscal y laboral, garantía de las pensiones, mejora de la competitividad o consolidación del Estado de Bienestar, ¡no iban a proponer lo contrario! Pero, o no explica como realizarlos, centrándose en las grandes declaraciones y las vaguedades habituales, o son contradictorios; p.ej. la austeridad en el gasto requeriría de unos recursos económicos inexistentes. Y lo realmente delirante: ni siquiera realiza el diagnóstico correcto, ignorando los dos grandes problemas económicos de España, sin cuya solución es metafísicamente imposible salir de agujero hacia donde estamos cayendo.
El primero es dar marcha atrás al sistema autonómico, una máquina de despilfarro imparable: 177.000 millones de euros de gasto en 2009, un 78% no productivo. Una alegría autonómica que sigue a todo trapo y que en 2009 multiplicará su déficit por siete según la agencia Fitch de calificación de riesgo. Y el segundo, el asignar a ciegas al sistema financiero, sin transparencia ni control alguno, más de 270.000 millones de euros, la cifra más alta del mundo en relación al PIB, para tapar agujeros, trampas y desmanes en vez de para avalar los créditos a autónomos y pymes, que se están hundiendo al ritmo de 1.000 diarias por falta de financiación y son la causa del 90% del paro.
Veamos las principales propuestas. “Austeridad en el gasto del Estado limitando al 2% su crecimiento [el gasto neto del Estado es la irrisoria cantidad de 60.000 millones de euros], y consensuar un techo de gasto con CCAA y Ayuntamientos”, que gastan más de 200.000 millones. Esto es un insulto a los funcionarios del Estado, que no tienen ni para fotocopias, y una burla para el conjunto de los ciudadanos. ¿Es que el PP piensa ni por un instante que podemos salir de la crisis manteniendo 3,3 millones de funcionarios y asesores, un 60% improductivos, y dedicando a puro despilfarro más de 65.000 millones de euros/año? ¿Y cómo van a consensuar un techo de gasto con las CCAA? ¿Votando que sí a que se les entregue el próximo mes 9.000 millones de euros adicionales, el 15% del gasto del Estado (al que exigen austeridad), la mayor parte a Cataluña, para que sigan despilfarrando? Y como no hay un duro, tendrá que ser con cargo a deuda que pagaran nuestros hijos. ¿Con el Sr. Feijoo, que va a comprar todos los pisos vacíos a los especuladores gallegos, en lugar de obligarles a bajar el precio un 50% como en el resto del mundo civilizado? Por cierto, ¿de dónde narices va a sacar el dinero el Sr. Feijoo para cometer tamaña tropelía? ¡Dejen de tomarnos el pelo, por favor! El drama es que al PP, al igual que al PSOE, lo único que les interesa es el poder, y para ello tiene que pactar con los nacionalistas y, utilizando una expresión del Sr. Rajoy, España y los españoles les importamos “un carajo”.
En cuanto a la reestructuración del sistema financiero, expresada como “recuperar la viabilidad de las entidades con problemas de solvencia, el mantenimiento de los puestos de trabajo y la garantía de todos los ahorros [no de 100.000 euros, de todos, si será por dinero] y además -¡oh maravilla!- minimizando el coste para las arcas públicas”. ¿Cabe acaso mayor colección de estupideces, de voluntarismo suicida y de ceguera absoluta que esta hoja de ruta, donde todos seremos felices y comeremos perdices? Es dentro de este contexto delirante donde se encuentra la razón de la sin razón de la actuación el viernes pasado del Sr. Montoro, que, en contra de lo proclamado por el PP y en contra de los afirmado cinco minutos antes de la votación a sus compañeros de partido y líderes de otros, votó a favor de dilapidar 9.000 millones de euros de nuestro dinero con CCM, una caja absolutamente inviable, sólo para tapar lo que algunos se han llevado a carretadas.
Luego no hay ni una palabra sobre la absoluta falta de transparencia y control de todo el proceso que dicen exigir. No sabemos el valor real de los activos, sólo que todos los balances son falsos. No sabemos cómo van a devolver o refinanciar su deuda estratosférica, 90.000 millones de euros y, en conjunto, seis veces su capital y reservas. No sabemos cómo van a acometer una morosidad que crece exponencialmente. Se están asignando a ciegas decenas de miles de millones de euros a entidades que son de todo punto inviables. ¿Saben en el PP lo que son los ’stress test’, la única manera de separar el grano de la paja, y que ni siquiera mencionan? Por dar una cifra, el gobernador reveló hace unos días que hay 7 cajas con problemas, es decir, inviables. CCM era el 0,8% del sistema financiero; estas siete cajas son el 14%. Si utilizamos el procedimiento de CCM, salvar a estos ineptos y aprovechados costaría 157.500 millones de euros, y además para nada, porque ninguna de estas cajas es viable. Y luego queda el otro 86%, que también necesita ayuda. ¿De dónde va a salir este río de dinero con un país en ruina?
Y después, el colmo de los colmos: ni una palabra a que la restricción de crédito que está aniquilando el tejido productivo del país, mas de 1.000 pymes y autónomos cierran cada día por falta de financiación. Y ni una palabra, por supuesto, de que tenemos los tipos de interés más altos de la eurozona, como ha denunciado reiteradamente el BCE, que llegan al 17% en términos reales -la cifra más alta de la Historia- en los préstamos al consumo para gente solvente, una cifra inasumible en cualquier economía.
Además está la reforma fiscal, muy demagógicamente pormenorizada, pero con dos omisiones garrafales. La primera que es imposible de financiar si el déficit público debe controlarse. El problema lo entiende hasta un niño de primaria: o se encuentra un sitio de donde puedan salir los ingentes recursos que se necesitan -y la drástica reducción del despilfarro autonómico es la única opción-, o no hay dinero para nada. La propuesta del PP es la reedición del milagro de los panes y los peces a escala estratosférica. El segundo lapsus es que ni siquiera menciona la fiscalidad de los ricos, la fiscalidad de las grandes fortunas. ¿Acaso piensa el PP que puede mantenerse una situación en la que los ricos en España estén exentos a través de las sicav y las sociedades de inversión inmobiliarias del pago de la mayoría de impuestos? ¿Pero en que país del mundo existe tal infamia?
Cuando el país se está hundiendo, cuando hay ya casi dos millones de personas sin prestación ni subvención alguna, cuando más de un millón de familias tienen a todos sus miembros en el paro, cuando la Seguridad Social está quebrada (entre otra razones, porque le fueron sustraidos en los años ochenta y noventa 243.000 millones de euros para, entre otras cosas, cubrir el déficit producido por la exención de impuestos a lo ricos por parte del PSOE), ¿creen de verdad que se puede mantener este expolio? El día que la gente tome conciencia de cómo esta siendo saqueada, ya veremos qué ocurre. Y el PP propone una reforma fiscal donde ni siquiera se menciona el tema. Realmente de vergüenza.
A continuación se trata la reforma del empleo, “un gran acuerdo parlamentario por el empleo y la competitividad”, donde se dé seguridad, se fomente la contratación, se bajen las cotizaciones sociales y se mejore la cobertura por desempleo. Y puestos a prometer, ¿por qué no un Porsche para los caballeros y un Ferrari para las señoras? ¿Pero qué irresponsabilidad es ésta? Y además, las pensiones: “Es necesario adoptar medidas para garantizar la viabilidad y sostenibilidad de las pensiones”, una novedad que no se le había ocurrido a nadie. ¿Y qué proponen estos artistas? Pues primero, “elaborar un diagnóstico“; y luego, la “mejora de la calidad de vida de los pensionistas con cargo a los Presupuestos”, todo con cargo a los Presupuestos del Estado, porque las CCAA y los Ayuntamientos no ponen un duro: las ayudas al sistema financiero, las rebajas de impuestos, el mayor gasto en infraestructuras, los apoyos a la industria del automóvil, la reforma de la Justicia, la consolidación y modernización del Estado de Bienestar, la mejora de la enseñanza y todo lo que se tercie, al Estado. Y ello sin detener el despilfarro autonómico, sin que los bancos presten un solo céntimo a las pymes y con una caída vertical de la recaudación de impuestos.
¿Pero qué clase de burla es ésta? ¿Alguien se ha tomado la simple molestia de sumar todos los gastos explícitos e implícitos, y compararlos con los ingresos? Ni aún endeudando de por vida a nuestros hijos y a nuestro nietos, que ya estamos en ello, se conseguirían cuadrar las cuentas; y ello en el imposible caso de que alguien nos adelantara el dinero. También habla de la reforma del modelo energético o la mejora de la productividad, una lista de obviedades y banalidades que causan vergüenza ajena, pero ni pío de acabar con los monopolios que hacen que tengamos la electricidad, el gas natural y los productos petrolíferos antes de impuestos más caros de Europa; o con la estafa masiva de las energías renovables, que puso en marcha el PP y que encarecen en un 10% el recibo de la luz para enriquecer sin límites a cuatro amigos del poder; ni tampoco de renegociar el desastroso acuerdo de limitación de emisiones.
En definitiva, más que “Plan Anticrisis Completo y Global”, tenemos una “Tomadura de Pelo Completa y Global”. Lo he dicho en otros artículos: España entrará este año en la primera Depresión de su Historia: caída del 10% del PIB (ya estamos en esa cifra), 25% de paro a fin de año con un 45% juvenil, 14% de déficit de las AAPP, endeudamiento exterior, público y privado del 170% del PIB. Y en 2010, mucho peor. Y tal vez, como pronostica el New York Times, en nuestra primera deflación, una situación que tardaremos diez o doce años en estabilizar, con convulsiones sociales mayores, empobrecimiento general de la población y brutal retroceso en renta y riqueza respecto al resto de Europa.
Sólo una persona se ha mostrado dispuesta a terminar con el sistema autonómico y a reestructurar el sistema financiero, salvando sólo lo salvable, que son las condiciones sine qua non de salida de la crisis: Rosa Díez, pero sin la fuerza política para ello. Esto acabará en un grave conflicto social de consecuencias imprevisibles: ¿Va a aguantar el país 6 millones de parados, la mitad sin recurso o subvención alguna? La Historia así lo demuestra cuando se lleva a la gente a la desesperación. ¿Catastrofismo? Ojalá sea así, pero hasta ahora me he quedado corto por mucho en todas mis antipatrióticas previsiones.