Claro que hubo gente fusilada y exiliada. Pasa en todas las guerras y en todos los bandos. Los republicanos se pusieron las botas por donde pasaban. Una vez establecido el régimen y pasado el momento inicial de encajar las piezas, el periodo franquista no fue una dictadura al uso. Fue un dictadura personalista plagada de excepcionalidad e incongruencia para lo que se tiene por dictadura. Libertad económica para el comercio doméstico que permitía prosperar al que se esforzaba con poca carga o casi nula fiscal, mayor seguridad policial en las calles, menos libertad de expresión que en la actualidad pero no nula como se cree, supremacía de una religión que sostenía en la sociedad las preponderancia de unos valores, una ética y una moral reconocibles. La vida durante el franquismo no fue creciendo apartada del mundo, España se abarrotaba de turistas, de personalidades famosas, de grupos de música. No era una dictadura soviética, no fue la Italia de mussolini, ni la Alemania de Hitler. Fue una dictadura atípica de corte paternalista inaceptable desde muchos puntos de vista pero un periodo de prosperidad y paz para una inmensa mayoría de españoles durante mucho tiempo. Aunque el rencor de sus heridas de la guerra no les dejaran verlo. Si hoy en día sustituyeramos nuestra estructura administrativa de estado por aquella, sin tanto parásito político creando afrentas ficticias para entretenernos y perpetuarse, seríamos un país próspero y rico con dinero suficiente para cubrir sobradamente todas las necesidades de la sociedad. No todo era malo a pesar de todo lo reprochable.