El nuevo pensamiento único

La culpa es de los hombres, que no dejamos cantar a las mujeres.

MIra, a tomar por culo ya, joder. Ya no tiene gracia, iros a la mierda. :cabreo
 
A ver, son mugrosos, unos sectarios de mierda, y me gustaría que desapareciesen, pero por otro lado, es que regalan el anuario de Pikara Magazine, y... :sudor
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.


¡Que noooooooo...! ¡Que se jodan...! :mparto
 
Soy padre de familia con dos niños pequeños y tenemos por costumbre ir a ver al cine cada peli de Disney que estrenan. Para nosotros Disney es sinónimo de calidad y sus pelis nunca decepcionan (aunque lógicamente las hay mejores y peores).

Hasta ahora, las pelis de Disney han transmitido valores como el afán de superación, el valor de la familia y la solidaridad. Son valores que compartimos y que nos gusta que estén en las películas que ven nuestros hijos. El tono de las películas de Disney siempre es amable y sus contenidos bastante neutros. Con el paso de los años han ido incluyendo toques de inclusión racial ("Soul") y de reconocimiento del valor de la mujer ("Raya y el último dragón"). Hasta ahora, todo ello nos ha parecido razonable y acorde con los tiempos que vivimos.

Por todo lo anterior, ayer fuimos a ver "Mundo extraño", sin preocuparnos por antes por su calidad, su argumento o los valores que pudiera defender. Con nuestra ciega fe en Disney. Craso error.

La película comienza metiendo con calzador en los 5 primeros minutos una relación platónica gay interracial adolescente entre dos chicos (sin absolutamente ninguna relevancia argumental). Los chicos en cuestión son: uno absolutamente afeminado, vestido de rosa y con mucha, mucha pluma (lo que popularmente se conoce como una "loca"); el otro, une chique absolutamente ambiguo, una especie de híbrido intersexual con ropa estrafalaria y bisexual, rastas, pendientes, de fisonomía fofa y mulato.


ft3lT5H.jpg



A partir de ahí, comienza el retrato familiar. Los padres del protagonista son una pareja interracial. Él es un hombre blanco débil e inseguro con problemas de relación con su padre ausente; ella, una mujer negra fuerte y decidida. El elenco se completa con una serie de personajes que responden a los siguientes estereotipos: mujeres negras y asiáticas de carácter dominante y valientes que ocupan puestos de responsabilidad y hombres débiles, miedosos y fofos que dependen de ellas. El cuadro se define perfectamente cuando, en la primera escena de acción, las dos protagonistas femeninas luchan contra los monstruos mientras el padre y el hijo gay huyen asustados a esconderse dentro del helicóptero. Hablando del helicóptero, éste es en todo momento conducido por personajes femeninos.


RpBgAb8.jpg


En la familia protagonista hay 3 hombres que personifican la evolución del hombre a lo largo de las generaciones. El abuelo es un hombre masculino, grande, fuerte, valiente, ambicioso y luchador. Es retratado como una figura del pasado. Alguien que está desfasado y cuyas características personales y valores no encajan ni en la sociedad actual ni en su propia familia. El hijo encarna al pretendido hombre actual: es un hombre débil, sumiso, inseguro y acomplejado que sí encaja en el modelo actual de familia y sociedad. Una suerte de tirinene incapaz de tomar decisiones sin contar con el criterio de su mujer. El nieto (el adolescente gay) encarna a le persone del futuro: es el summum de la evolución masculina. Es alguien de género indefinido, homosexual, sensible, débil, solidario, omnitolerante, ecologista y pacifista. A través de estos 3 personajes se nos muestra (a nosotros y a nuestros hijos) la senda a seguir.


uhkRMP0.jpg



Con semejante panorama, Disney nos tortura a través de una historia insulsa, predecible e irregular que dura 1,5 eternas horas. Una película absolutamente mediocre y moralmente pretenciosa. Un imperdonable intento de Disney de aleccionar a nuestros hijos en valores y modelos adoptados de esta nueva dictadura moral del NWO.


A partir de ahora estudiaré con lupa cada estreno de Disney antes de llevar a mis hijos. Y si a partir de ahora las pelis de Disney van a ir por esos derroteros, se acabó Disney.
 
Soy padre de familia con dos niños pequeños y tenemos por costumbre ir a ver al cine cada peli de Disney que estrenan. Para nosotros Disney es sinónimo de calidad y sus pelis nunca decepcionan (aunque lógicamente las hay mejores y peores).

Hasta ahora, las pelis de Disney han transmitido valores como el afán de superación, el valor de la familia y la solidaridad. Son valores que compartimos y que nos gusta que estén en las películas que ven nuestros hijos. El tono de las películas de Disney siempre es amable y sus contenidos bastante neutros. Con el paso de los años han ido incluyendo toques de inclusión racial ("Soul") y de reconocimiento del valor de la mujer ("Raya y el último dragón"). Hasta ahora, todo ello nos ha parecido razonable y acorde con los tiempos que vivimos.

Por todo lo anterior, ayer fuimos a ver "Mundo extraño", sin preocuparnos por antes por su calidad, su argumento o los valores que pudiera defender. Con nuestra ciega fe en Disney. Craso error.

La película comienza metiendo con calzador en los 5 primeros minutos una relación platónica gay interracial adolescente entre dos chicos (sin absolutamente ninguna relevancia argumental). Los chicos en cuestión son: uno absolutamente afeminado, vestido de rosa y con mucha, mucha pluma (lo que popularmente se conoce como una "loca"); el otro, une chique absolutamente ambiguo, una especie de híbrido intersexual con ropa estrafalaria y bisexual, rastas, pendientes, de fisonomía fofa y mulato.


ft3lT5H.jpg



A partir de ahí, comienza el retrato familiar. Los padres del protagonista son una pareja interracial. Él es un hombre blanco débil e inseguro con problemas de relación con su padre ausente; ella, una mujer negra fuerte y decidida. El elenco se completa con una serie de personajes que responden a los siguientes estereotipos: mujeres negras y asiáticas de carácter dominante y valientes que ocupan puestos de responsabilidad y hombres débiles, miedosos y fofos que dependen de ellas. El cuadro se define perfectamente cuando, en la primera escena de acción, las dos protagonistas femeninas luchan contra los monstruos mientras el padre y el hijo gay huyen asustados a esconderse dentro del helicóptero. Hablando del helicóptero, éste es en todo momento conducido por personajes femeninos.


RpBgAb8.jpg


En la familia protagonista hay 3 hombres que personifican la evolución del hombre a lo largo de las generaciones. El abuelo es un hombre masculino, grande, fuerte, valiente, ambicioso y luchador. Es retratado como una figura del pasado. Alguien que está desfasado y cuyas características personales y valores no encajan ni en la sociedad actual ni en su propia familia. El hijo encarna al pretendido hombre actual: es un hombre débil, sumiso, inseguro y acomplejado que sí encaja en el modelo actual de familia y sociedad. Una suerte de tirinene incapaz de tomar decisiones sin contar con el criterio de su mujer. El nieto (el adolescente gay) encarna a le persone del futuro: es el summum de la evolución masculina. Es alguien de género indefinido, homosexual, sensible, débil, solidario, omnitolerante, ecologista y pacifista. A través de estos 3 personajes se nos muestra (a nosotros y a nuestros hijos) la senda a seguir.


uhkRMP0.jpg



Con semejante panorama, Disney nos tortura a través de una historia insulsa, predecible e irregular que dura 1,5 eternas horas. Una película absolutamente mediocre y moralmente pretenciosa. Un imperdonable intento de Disney de aleccionar a nuestros hijos en valores y modelos adoptados de esta nueva dictadura moral del NWO.


A partir de ahora estudiaré con lupa cada estreno de Disney antes de llevar a mis hijos. Y si a partir de ahora las pelis de Disney van a ir por esos derroteros, se acabó Disney.
En qué mundo se había quedado este padre?

Enviado desde mi CPH2247 mediante Tapatalk
 
En qué mundo se había quedado este padre?

Enviado desde mi CPH2247 mediante Tapatalk
En el mundo de princesitas tontas y débiles que dependen del valiente príncipe para salvarlas y darles sentido a sus vidas. Eso le parecía bien. Ok. Entendido. Otro gilipollas más igual al que mete con calzador eso de lo que se queja
 
Entre el que teníamos y el que nos quieren imponer me quedo con el primero. Que el primero necesitaba matices, si, pero no engendros, ni ideologías comunistas disfrazadas de los nuevos héroes de las películas. La nueva sociedad, la nueva familia, el nuevo género humano se lo incrusten en el cerebro a sus putas madres y dejen a nuestros hijos en paz.
 
Entre las mujeres de antes que dependían de un príncipe azul para ser feliz, y las de ahora que para ser felices les venden que deben romper con el amor romántico, la familia tradicional, y se entreguen a la independencia de un satisfyer, sus cuatro gatos y una caja de antidepresivos, te digo cuales eran más felices y tenían una vida más llena y con más sentido?
 
Mi cuñada tiene esclerosis, más avanzada que la de esta tipa. Trabaja y hace una vida completamente normal, dentro de sus limitaciones. Y sobre todo no va lloriqueando y pidiendo que le hagan casito, poco menos que diciendo que su enfermedad hace su opinión más válida. Anda y a pastar.
 
Pero no es de izquierdas ni artista. Si lo fuera, su enfermedad, no lo entiendes, ya te lo explico yo, tendría algo de especial, un no sé qué, un no sé yo, un aura, que les dota de una gracia celestial, que obliga al resto de los mortales a la genuflexión. Da igual su ignorancia, su estupidez natural, su falta evidente de formación, cuando hablan, están tocados por dios. Se lo creen. Creen que los demás les deben algo. Creen que cuando hablan son como un profesor dando una lección. Si por lo menos te toca un listo, que alguno hay, aún tienen razón en algo, pero casi todos son estúpidos y alguno hasta imbécil de campeonato.

Si fuera de izquierdas o artista podría quejarse el doble que los demás, pedir el triple de subvenciones, dar consejos sin que se los pidan, culpar a ayuso y a la derecha de sus problemas y preguntar al espejo quién es el más guapo después de la entrevista.
 


Uno de los problemas que presentan las democracias es defender el derecho a la vida


Enviado desde mi CPH2247 mediante Tapatalk
 
Arriba Pie