El problema de la serie de Netflix sobre Cleopatra no es que la actriz sea de color (y que las historiadoras negras que hablan allí crean que fue así por sus santos ovarios). El problema es que la serie es muy mala, no cuenta nada que no se haya visto antes en mil documentales anteriores sobre la reina egipcia, y como guinda, el formato docudrama que tanto gusta en Netflix me parece una aberración. Como si no hubiesen querido gastar para rodar una serie dramática al 100% (que es lo que le hubiese pegado). Que por cierto, se rumorea que el proyecto de la nueva peli de Cleopatra ha vuelto a cambiar de manos, esta vez en las de Denis Villeneuve dirigiendo con Zendaya como protagonista
. Si sale adelante, pues nueva polémica al canto, aunque la actriz da más el tipo de lo que pudo ser la ptolomea. A mí sinceramente me preocupa más que, con el ritmo que gasta el quebecois, tengan que dividir la peli en siete u ocho entregas sólo para contar lo más relevante de la vida de doña Cleo.
Por cierto, la señora de Will Smith, pues una mamarracha, como ya sabemos todos aquí y hasta en su casa.
Un saludete.