Zerg Rush
Miembro habitual
1994
La responsabilidad de la Iglesia en el genocidio de Ruanda
1) Guy Theunis, un cura católico belga de 60 años, perteneciente a la orden católica romana Padres Blancos muy implantada en Ruanda, fue detenido el 6 de setiembre de 2005 por las autoridades ruandesas por su participación en el genocidio de 1994 como inspirador y responsable principal y directo. El secretario general del Ministerio de Justicia ruandés dijo que este caso debía ser juzgado por los tribunales ordinarios, ya que los tribunales populares solo juzgaban a los ejecutores, y por tanto carecían de competencias para juzgarle. Eso parece indicar que el cura católico fue uno de los máximos dirigentes del genocidio. Por lo tanto, el sacerdote fue catalogado como número 1 entre los dirigentes del genocidio. La providencial extradición fue solicitada por Bélgica que se comprometió a hacerse cargo de toda la investigación. Pese a la relación de Ruanda con Bélgica como excolonia la extradición en un caso tan grave resulta difícil de comprender.
El padre Guy Theunis está acusado de 10 cargos de genocidio. Era responsable de la revista “Diálogo” en la cual se publicaron artículos incitando a cometer matanzas contra los Tutsis. El cura dijo que seguía órdenes de sus superiores cuando firmó los documentos y que las decisiones eran tomadas por el jefe de la congregación, el también belga Jef Vleugles. El fiscal Emmanuel Rukangira dijo que Theunis incitó al genocidio al publicar en su revista Dialogo artículos que originalmente fueron publicados en la revista extremista Kangura. El ex editor de la misma, Hassan Ngeze, ya fue sentenciado a cadena perpetua por la corte de Naciones Unidas por el genocidio ruandés.
2) Dos monjas católicas ruandesas, Consolata Mukangango (Sor Gertrudis) y Julienne Mukabutera (Sor María Kisito), de la orden de las benedictinas, cooperaron directamente con los exterminadores de las milicias hutus. Una de las monjas llamó a los asesinos hutus y los llevó hacia el monasterio. Estos, fueron sacados a la fuerza a la puerta de la iglesia y asesinados ante sus ojos. Los testigos la vieron presenciar la masacre a sangre fría sin conmoverse. Ambas fueron juzgadas y condenadas en Bélgica por estos hechos el año 2001. A sor Gertrudis también la condenaron por comprar el combustible usado por los genocidas para quemar vivas entre 500 y 700 personas que se escondieron en un garaje. (Unas hermanitas de la caridad)
3) En febrero de 2003, el TPIR condenó a 10 años de prisión por genocidio al pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Elizaphan Ntakirutimana, y otros cuatro religiosos están detenidos por el Tribunal Internacional y a la espera de juicio, entre ellos, dos párrocos católicos, Hormisdas Nsengimana y Emmanuel Rukundo. Un tercero es el obispo anglicano Samuel Musabyimana, que murió por enfermedad en 2003 en el Centro de Detención de Arusha.
4) Miembros de la jerarquía católica en Ruanda tenían estrechos vínculos con los políticos ultras y apoyaron a las milicias hutus en la matanza de 1994. Muchas de las matanzas en Ruanda, que es el país con más cristianos de África y donde un 60 por ciento de la población abrazaba el catolicismo, se produjeron en las iglesias católicas, donde la gente buscó refugio.
5) Según testigos oculares, algunos sacerdotes católicos denunciaron los escondites de los tutsis y se los entregaron a los machetes de las milicias hutus.
6) Según la organización African Rights, hay una evidencia abrumadora de que líderes de las iglesias anglicana, metodista, presbiteriana y católica, estuvieron implicados en el genocidio. En el informe esta organización humanitaria afirma que no sólo muchos cristianos cometieron atrocidades sino que muchas masacres tuvieron lugar en las parroquias.
7) En los 11 años posteriores al genocidio algunos ruandeses optaron por convertirse al Islam, tras afirmar que fueron traicionados por la iglesia.
La responsabilidad de la Iglesia en el genocidio de Ruanda
1) Guy Theunis, un cura católico belga de 60 años, perteneciente a la orden católica romana Padres Blancos muy implantada en Ruanda, fue detenido el 6 de setiembre de 2005 por las autoridades ruandesas por su participación en el genocidio de 1994 como inspirador y responsable principal y directo. El secretario general del Ministerio de Justicia ruandés dijo que este caso debía ser juzgado por los tribunales ordinarios, ya que los tribunales populares solo juzgaban a los ejecutores, y por tanto carecían de competencias para juzgarle. Eso parece indicar que el cura católico fue uno de los máximos dirigentes del genocidio. Por lo tanto, el sacerdote fue catalogado como número 1 entre los dirigentes del genocidio. La providencial extradición fue solicitada por Bélgica que se comprometió a hacerse cargo de toda la investigación. Pese a la relación de Ruanda con Bélgica como excolonia la extradición en un caso tan grave resulta difícil de comprender.
El padre Guy Theunis está acusado de 10 cargos de genocidio. Era responsable de la revista “Diálogo” en la cual se publicaron artículos incitando a cometer matanzas contra los Tutsis. El cura dijo que seguía órdenes de sus superiores cuando firmó los documentos y que las decisiones eran tomadas por el jefe de la congregación, el también belga Jef Vleugles. El fiscal Emmanuel Rukangira dijo que Theunis incitó al genocidio al publicar en su revista Dialogo artículos que originalmente fueron publicados en la revista extremista Kangura. El ex editor de la misma, Hassan Ngeze, ya fue sentenciado a cadena perpetua por la corte de Naciones Unidas por el genocidio ruandés.
2) Dos monjas católicas ruandesas, Consolata Mukangango (Sor Gertrudis) y Julienne Mukabutera (Sor María Kisito), de la orden de las benedictinas, cooperaron directamente con los exterminadores de las milicias hutus. Una de las monjas llamó a los asesinos hutus y los llevó hacia el monasterio. Estos, fueron sacados a la fuerza a la puerta de la iglesia y asesinados ante sus ojos. Los testigos la vieron presenciar la masacre a sangre fría sin conmoverse. Ambas fueron juzgadas y condenadas en Bélgica por estos hechos el año 2001. A sor Gertrudis también la condenaron por comprar el combustible usado por los genocidas para quemar vivas entre 500 y 700 personas que se escondieron en un garaje. (Unas hermanitas de la caridad)
3) En febrero de 2003, el TPIR condenó a 10 años de prisión por genocidio al pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Elizaphan Ntakirutimana, y otros cuatro religiosos están detenidos por el Tribunal Internacional y a la espera de juicio, entre ellos, dos párrocos católicos, Hormisdas Nsengimana y Emmanuel Rukundo. Un tercero es el obispo anglicano Samuel Musabyimana, que murió por enfermedad en 2003 en el Centro de Detención de Arusha.
4) Miembros de la jerarquía católica en Ruanda tenían estrechos vínculos con los políticos ultras y apoyaron a las milicias hutus en la matanza de 1994. Muchas de las matanzas en Ruanda, que es el país con más cristianos de África y donde un 60 por ciento de la población abrazaba el catolicismo, se produjeron en las iglesias católicas, donde la gente buscó refugio.
5) Según testigos oculares, algunos sacerdotes católicos denunciaron los escondites de los tutsis y se los entregaron a los machetes de las milicias hutus.
6) Según la organización African Rights, hay una evidencia abrumadora de que líderes de las iglesias anglicana, metodista, presbiteriana y católica, estuvieron implicados en el genocidio. En el informe esta organización humanitaria afirma que no sólo muchos cristianos cometieron atrocidades sino que muchas masacres tuvieron lugar en las parroquias.
7) En los 11 años posteriores al genocidio algunos ruandeses optaron por convertirse al Islam, tras afirmar que fueron traicionados por la iglesia.