Guardiola ha decidido coger el petate y parece que hoy escenificará con Rosell su adiós al banquillo del Barça. Si yo hablara como madridista y no como periodista, le diría que "adeu" y que se agradece su espantada porque no voy a negarles que es altísima su cuota de responsabilidad en estos 13 de 18 títulos de su etapa exitosa al frente del equipo de sus amores (incluyo la Liga y la Champions que ha perdido en apenas cuatro días). Pero como periodista le digo a Pep que me decepciona profundamente su huida del barco ahora que se han cumplido cien años del hundimiento del Titanic. Ha sido ver el iceberg blanco y ha optado por tirarse al agua antes de buscar botes suficientes para salvar a toda la tripulación (incluidos sus denostados Piqué, Alves y Cesc).
Me llama la atención que justo ahora que Mourinho empieza a comerle la tostada y a ganarle los títulos (es el propio Guardiola el que lleva tres meses diciendo que "la Liga está perdida, no la ganaremos"), sea cuando decida tomar la puerta de salida eludiendo una nueva edición de este apasionante cuerpo a cuerpo de la pizarra. El Guardiola que yo conozco de su etapa de jugador no se rendía nunca, pero parece que teme a Mou y se huele que la próxima temporada le va a apartar de todos los títulos importantes. Comprendo que la barrida que le dio el Real Madrid el sábado en el Camp Nou le dejó tocado. Pero no me imaginaba que iba a arrojar la toalla de esta manera. Mourinho le ha ganado la batalla. Mou sí que se queda