Los cambios de paradigma son muy difíciles de gestionar. Las ideas transformadoras de la sociedad dejan muchos cadáveres y hacen mucho daño a las empresas grandes consolidadas. Tomes la decisión que tomes, te equivocas. Y es inevitable. Si adelantas las decisiones o si las retrasas, te equivocas. O mejor dicho, no aciertas. Solo tras la tormenta puedes contar los barcos que no se han hundido. Estamos en medio de la tormenta. Precio, desarrollo de infraestructura, competencia, política… Hay que tener lucidez para saber dónde se va acabar, no para saber dónde estamos. Las decisiones hay que enfocarlas en el futuro, caiga quien caiga y aunque reduzcas tu empresa a cenizas. Stellantis, ford, volkswagen, no son radicales en sus decisiones. Mendigan plazos, subvenciones, queriendo mantener una hegemonía imaginaria y forzada. No quieren poner en riesgo su statu quo y no ven que ya lo han perdido y esto les puede hacer desaparecer.
Solución: Cierre de fábricas de coches de combustión y concentración de modelos en las que queden. Esto ya. De las cerradas, erte temporal y reconversión en fábrica de eléctricos y baterías y vender algunas a la competencia china que firme join ventures. Plan claro de venta descendiente de combustión hasta su desaparición. Esto menguará el tamaño y los números de las empresas, requiere mucha inversión, mucha desinversión, muchas alianzas nuevas y sangre fría para cruzar el desierto.