También repescada In the Mouth of Madness (1994), Carpenter al máximo nivel (compitiendo por la segunda plaza!), con una combinación de ideas fascinantes sobre el papel, una aproximación inequívoca al horror cósmico de Lovecraft, un juego meta arriesgado y una reflexión sobre la fe. Carpenter, como siempre, consigue que todo eso sea un background maravilloso, sí, pero al puro servicio de un protagonista y su historia/drama, y es que el personaje de Sam Neill (probablemente, en su mejor papel) es amo absoluto y lleva fenomenalmente el peso ante una narración onírica y surrealista que al 99% de directores se le iría de las manos, a Carpenter no, contra viento y marea, mantiene a su protagonista cínico, incrédulo y socarrón, dando un contrapeso casi humorístico que parece imposible por el tono de la película. Es una película con bastantes puntos en común con El resplandor, a la que, para mí, llega a superar, igual que Christine me parece incluso superior a Carrie, con la que también coincide en bastantes temas.