Yuri es una adolescente de último curso del instituto aficionada al atletismo que debe tomar una importante decisión sobre su futuro académico. Sin embargo, su vida se ve interrumpida nada menos que por una invasión alienígena, siendo llevada a un lejano planeta de aspecto vegetal junto con un completo desconocido; un taciturno farmacéutico de su barrio con quien tendrá que aliarse para desvelar los misterios del lugar y, si fuera posible, regresar a la tierra… si es que continúa existiendo.
Ciencia-ficción que combina tintes catastróficos con elementos más íntimos, en este caso la eterna confusión e incertidumbre vital de la juventud nipona, siempre tan incomprendida y sometida a presiones familiares. Combinación siempre de interés que aquí puede recordar a obras como Solaris, pues el diseño del planeta alien, que oculta trampas de toda índole, puede leerse como alegoría de ese mundo adolescente de quien no entiende nada y se siente un marciano, incapaz de volver a la cómoda realidad previa de su ámbito de familia, amigos, hobbies, etc. que sólo se aprecia a posteriori. Acaba siendo lo más sugestivo de la historia… y me temo que lo único, porque a partir de aquí la cosa hace aguas por todas partes y se terminan las virtudes de este tomo único.
La autora se limita a conducir la trama a través de una serie de giros y de conceptos a cada cual más gratuito y cuando apenas habíamos acabado de asimilar el anterior (empiezo a pensar que esto es nota común del manga…); a lo mejor todas estas cosas hubieran funcionado mejor en un relato de mayor extensión, o con más espacio para justificar o profundizar en el contexto, las acciones y los procesos interiores de esta pareja protagonista, pero lo que queda se acerca más a un engendro que incluso se aproxima a cierto melodrama y a situaciones manidas en torno a inteligencias superiores y frías que no comprenden los complejos sentimientos humanos, a la vez que anhelan de algún modo ser como nosotros, o cómo nuestra humanidad pervive incluso en los entornos más hostiles.
Siempre muy socorrido el recurso a la denuncia medioambiental, de la destrucción de la tierra y la tiranización de especies inferiores por las superiores, aunque muy ramplona. El final abierto, dicho sea de paso, como que acaba dando un poco igual.