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Respuesta: El Spielbergpost
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Tras el monumento anterior, cualquiera esperaría un bajón de calidad en alguna arista. O quizá algún desastre para suavizar. Bueno, pues no..., Spielberg nos entrega un clásico moderno instantáneo aliado a un Kubrick que delega con cabeza.
Y es que AI tiene una estructura maravillosa en total simbiosis con Stanley. Tres mediometrajes unidos por dos fundidos a negro que contienen escaso diálogo, personajes impresionantes (vaya tela el Gigoló Joe, qué pasada) y un Osito Teddy que, junto al impresionante David, darán una cantidad de prismas "humanos" que, probablemente, produzcan la película más compleja y fascinante de Spielberg.
Y es que nos habla de TODO. Y encima casa totalmente con la misantropía de Kubrick: La búsqueda del quiénes somos, nuestros dioses revelados como consuelos (impresionante HURT en todas sus incursiones del film (como casi siempre, por otro lado), la filosofía del yo, el absoluto despliegue de dudas razonables, las apariciones marianas e incluso la tecnología invertida. Y diablos...¡lo hace desde el punto de vista de un robot! De ahí que al final de la película....¡la robot sea la madre!
Kaminski tira de grano y de una fotografía eléctrica y cargada muy notable, haciendo que, para mí, este hombre entre directamente en un rincón celestial. Y lo genial es que Spielberg usa todos sus excesos para editar, mover la cámara o crear un personaje de la propia luz. Otra de las cosas que, ya sabéis, se plagiarían hasta la médula. ¡En ocasiones se puede ver hasta el humo!
En cuanto al score de Williams..., no se trata ya sólo de un trabajo que cumpla con la obra en sí, sino que es una amalgama de emociones, sonidos majestuosos e incluso estilos que la cosa ya se pone demasiado seria. Es como si la música nos contara, sin necesidad de la propia peli, que los robots no distan de los humanos y éstos tampoco distan de los robots. Ellos son máquinas y están programados. Nosotros también. Algo sin igual lo de este tipo...
El reparto casi entero está excepcional. Hurt como de costumbre, pero es que tanto Law como Osment no sólo ofrecen cimas de sus carreras, sino de las interpretaciones robóticas o infantiles, directamente...volviéndonos a mostrar un Spielberg en plena forma.
Y es que son tres mediometrajes muy diferentes y enriquecedores entre sí. A saber:
-Drama fantástico familiar que es lo más parecido al relato original, realizado con cortísimas secuenciais autoconclusivas que siempre acaban de la misma manera, con un impacto guionístico o visual totalmente catatónico (atención al abandono en el bosque, la secuencia de las espinacas, el mechón, esa piscina de total irrealidad o un largo etcétera).
-Feria de la carne y Rouge City, donde se patea una sociedad humana acabada conjugando la ACOJONANTE dirección de arte con Gigoló Joe/David como narradores móviles. Y es que esa feria de la carne tiene mucho de las cámaras de gas, ¿eh?
-MAN-HATTAN/EPÍLOGO..., en una parte donde yo lloré, os lo juro. Toda la extensa zona de Nueva York enterrado bajo las aguas, el niño descubriendo cien mil modelos como él, el suicidio con la lágrima reflejada en Joe (impresionante la despedida de este personaje...I WAS), la estatua de la libertad intuida y, sobre todo, la secuencia acuática..., no creo que sea ya sólo uno de los momentos más espectaculares de Steven, sino que pienso en que rara vez se ha acercado el cine a tanta belleza junta.
En cuanto al epílogo, todo el principio con los robots en la nave llegando a la glaciación creo que no puede ser más solemne..., así como la resolución final...donde David se autosuicida tras conseguir lo que quiere en un desenlace criminal envuelto en un falso final feliz.
Sólo se le puede achacar la ABSURDA elección de semejante mediocre actriz para hacer de la madre, donde el abaratar costes no hizo más que estropear algo varios celestiales momentos. Porque el padre no es que sea alguien a aplaudir pero, diantres, en un film tan importante no puedes abaratar costes en esto. La madre sólo funciona cuando se la contiene y eso sólo puede hacerse, quitando algunos planos, en secuencias como la final, donde no da el cante por su condición. Eso y un raccord a veces muy loco (la secuencia del mechón de pelo queda revelada como un momento donde la script fue a follarse al novio) es lo único que se puede decir de semejante púlpito.
En definitiva, otra muestra audiovisual de quién es el jefe en un film que ya le consagra en una nueva etapa definida, asumida, evolutiva y apasionante.
Un clásico.
Demasiado.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Tras el monumento anterior, cualquiera esperaría un bajón de calidad en alguna arista. O quizá algún desastre para suavizar. Bueno, pues no..., Spielberg nos entrega un clásico moderno instantáneo aliado a un Kubrick que delega con cabeza.
Y es que AI tiene una estructura maravillosa en total simbiosis con Stanley. Tres mediometrajes unidos por dos fundidos a negro que contienen escaso diálogo, personajes impresionantes (vaya tela el Gigoló Joe, qué pasada) y un Osito Teddy que, junto al impresionante David, darán una cantidad de prismas "humanos" que, probablemente, produzcan la película más compleja y fascinante de Spielberg.
Y es que nos habla de TODO. Y encima casa totalmente con la misantropía de Kubrick: La búsqueda del quiénes somos, nuestros dioses revelados como consuelos (impresionante HURT en todas sus incursiones del film (como casi siempre, por otro lado), la filosofía del yo, el absoluto despliegue de dudas razonables, las apariciones marianas e incluso la tecnología invertida. Y diablos...¡lo hace desde el punto de vista de un robot! De ahí que al final de la película....¡la robot sea la madre!
Kaminski tira de grano y de una fotografía eléctrica y cargada muy notable, haciendo que, para mí, este hombre entre directamente en un rincón celestial. Y lo genial es que Spielberg usa todos sus excesos para editar, mover la cámara o crear un personaje de la propia luz. Otra de las cosas que, ya sabéis, se plagiarían hasta la médula. ¡En ocasiones se puede ver hasta el humo!
En cuanto al score de Williams..., no se trata ya sólo de un trabajo que cumpla con la obra en sí, sino que es una amalgama de emociones, sonidos majestuosos e incluso estilos que la cosa ya se pone demasiado seria. Es como si la música nos contara, sin necesidad de la propia peli, que los robots no distan de los humanos y éstos tampoco distan de los robots. Ellos son máquinas y están programados. Nosotros también. Algo sin igual lo de este tipo...
El reparto casi entero está excepcional. Hurt como de costumbre, pero es que tanto Law como Osment no sólo ofrecen cimas de sus carreras, sino de las interpretaciones robóticas o infantiles, directamente...volviéndonos a mostrar un Spielberg en plena forma.
Y es que son tres mediometrajes muy diferentes y enriquecedores entre sí. A saber:
-Drama fantástico familiar que es lo más parecido al relato original, realizado con cortísimas secuenciais autoconclusivas que siempre acaban de la misma manera, con un impacto guionístico o visual totalmente catatónico (atención al abandono en el bosque, la secuencia de las espinacas, el mechón, esa piscina de total irrealidad o un largo etcétera).
-Feria de la carne y Rouge City, donde se patea una sociedad humana acabada conjugando la ACOJONANTE dirección de arte con Gigoló Joe/David como narradores móviles. Y es que esa feria de la carne tiene mucho de las cámaras de gas, ¿eh?
-MAN-HATTAN/EPÍLOGO..., en una parte donde yo lloré, os lo juro. Toda la extensa zona de Nueva York enterrado bajo las aguas, el niño descubriendo cien mil modelos como él, el suicidio con la lágrima reflejada en Joe (impresionante la despedida de este personaje...I WAS), la estatua de la libertad intuida y, sobre todo, la secuencia acuática..., no creo que sea ya sólo uno de los momentos más espectaculares de Steven, sino que pienso en que rara vez se ha acercado el cine a tanta belleza junta.
En cuanto al epílogo, todo el principio con los robots en la nave llegando a la glaciación creo que no puede ser más solemne..., así como la resolución final...donde David se autosuicida tras conseguir lo que quiere en un desenlace criminal envuelto en un falso final feliz.
Sólo se le puede achacar la ABSURDA elección de semejante mediocre actriz para hacer de la madre, donde el abaratar costes no hizo más que estropear algo varios celestiales momentos. Porque el padre no es que sea alguien a aplaudir pero, diantres, en un film tan importante no puedes abaratar costes en esto. La madre sólo funciona cuando se la contiene y eso sólo puede hacerse, quitando algunos planos, en secuencias como la final, donde no da el cante por su condición. Eso y un raccord a veces muy loco (la secuencia del mechón de pelo queda revelada como un momento donde la script fue a follarse al novio) es lo único que se puede decir de semejante púlpito.
En definitiva, otra muestra audiovisual de quién es el jefe en un film que ya le consagra en una nueva etapa definida, asumida, evolutiva y apasionante.
Un clásico.
Demasiado.
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