El otro día leía este comentario de Miguel Marías sobre
El hombre tranquilo y, sin venir mucho a cuento, me encuentro con esto:
A review of The Quiet Man (1952)
Comentario este que, si se interpreta correctamente, responde por completo a la realidad, ya que no quiere decir, como a veces se pretende, que "ya no se hacen películas tan buenas", sino que no se hacen de la misma manera y que, en consecuencia, no se perciben, sienten o disfrutan del mismo modo, e incluso que hay un tipo de películas, con una concepción de los personajes, de la interpretación y de la narración, y con una manera de dirigirse al espectador, de interpelarle sin recurrir a efectismos publicitarios, que no se hacen ya, o sólo muy excepcionalmente, y con un enfoque "neoclásico" que está muy lejos —casi en el polo opuesto— del espontáneo clasicismo alcanzado sin proponérselo por las obras que, sean los jóvenes cineastas conscientes de ello o no, les sirven de modelo. De ahí, por ejemplo, la para mí indiscutible superioridad de la modestísima, olvidada y (significativamente) nunca mencionada por Steven Spielberg —ni por los críticos— Secret of the Incas (El secreto de los incas, 1954) de Jerry Hopper, sobre la serie de Indiana Jones, que en buena medida, y en factores tan fundamentales como el aspecto del protagonista, procede directamente de ella, sin apenas elaboración adicional, salvo que sea consciente el manierismo sin fe —o descreído— de Spielberg, que le empuja a exageraciones que bordean la parodia, mientras que el nada respetado Hopper contaba las aventuras de Charlton Heston completamente en serio, sin cruzar su estética con la del "comic" ni hacer irónicos guiños de complicidad al espectador adulto.
Lo cierto es que me sonaba la existencia de esta película, en algún momento lo supe pero cuando lo leí me sorprendió y me interesé en verla, 1954 (posiblemente la mejor fecha de la historia de Hollywood), rodada en el mismo Machu Picchu, guion del extraordinario Sydney Boehm, aunque no conociera al director como para no interesarse! Además, he de reconocer que la parte que me gusta más de todo Indiana Jones es el prólogo de la primera.
Y efectivamente es una magnífica película, me hace gracia porque hay crónicas que dicen que Indiana Jones pilló el sombrero y el látigo, y es falso, solo el sombrero, pero es verdad que lo de Harrison Ford parece incluso una búsqueda física de casting para parecerse a Charlton Heston, es que caminan igual. Lo que dice Marías de la diferencia de tonos es cierto, esta de los Incas no tiene nada de cómic ni de sobrenatural ni siquiera de histrionismos en los villanos, ni de parodia, ni de ironía, es una aventura que se toma 100% en serio a sí misma, se ve claro que entre ambas ha pasado el huracán James Bond.
A nivel de trama lo que sí pilló Lucas es lo de los objetos para llegar al tesoro final y, por supuesto, lo de los "Raiders", los buscadores de tesoros. De lo que sí se inspira a lo bestia es en la psicología del personaje, principalmente en Raiders (que es la mejor de calle) con esos tonos grises en la personalidad de Indiana (en las siguientes ya todo es blanquísimo en ese aspecto, en el templo lo oscuro es la parte villana), aquí en "El secreto de los Incas" la personalidad de Harry Steele es gris oscuro casi negro y, en este sentido, es mucho más interesante porque te crees que es un cabronazo. Por supuesto es mucho más modesta y su virtud está en los detalles y en cocinar a fuego lento la aventura, toda la primera parte antes de salir hacia la selva es absolutamente modélica. La llegada al Machu Picchu también es de un "sense of wonder" increíble solo con filmar bien los escenarios naturales. La segunda parte no llega a ese nivel, los números musicales folklóricos no acaban de encajar, por ejemplo, pero la resolución casi como un anticlímax vuelve a ser muy meritoria. Henry Mitchell maravilloso, como siempre.