Habemus nueva imposición lingüistica... : El 50% de las copias de estrenos deberán ser en catalán.
-Por supuesto, en los cines de Catalunya (de momento)-
La nueva ley del cine que pretende sacar adelante el tripartito choca frontalmente con el concepto de libre mercado en el que se basa nuestro sistema económico. Esto es algo que ya trató de hacer el gobierno de CiU hace años. Curiosamente, con la oposición del PSC por aquel entonces . En cualquier caso, deberían ser los propios cines, quienes, por inicativa propia, adoptasen esa decisión. Y si mayoritariamente no lo hacen, por algo será...
No me parece mal fomentar el biligüismo (si no lo aclaro, luego habrá quien suelte aquello del anticatalanismo), pero lo que no está bien es hacerlo a base de imposición e intervencionismo (recordemos las sanciones a los comercios por no rotular en catalán).
La prueba del algodón de que a este gobierno realmente le importa un carajo el derecho de los ciudadanos a escoger entre ambas lenguas cooficiales, y al que ahora se agarra, es la descarada discriminación que hace del castellano en ámbitos que sí son de su competencia, como ocurre en educación.
-Por supuesto, en los cines de Catalunya (de momento)-
La nueva ley del cine que pretende sacar adelante el tripartito choca frontalmente con el concepto de libre mercado en el que se basa nuestro sistema económico. Esto es algo que ya trató de hacer el gobierno de CiU hace años. Curiosamente, con la oposición del PSC por aquel entonces . En cualquier caso, deberían ser los propios cines, quienes, por inicativa propia, adoptasen esa decisión. Y si mayoritariamente no lo hacen, por algo será...
No me parece mal fomentar el biligüismo (si no lo aclaro, luego habrá quien suelte aquello del anticatalanismo), pero lo que no está bien es hacerlo a base de imposición e intervencionismo (recordemos las sanciones a los comercios por no rotular en catalán).
La prueba del algodón de que a este gobierno realmente le importa un carajo el derecho de los ciudadanos a escoger entre ambas lenguas cooficiales, y al que ahora se agarra, es la descarada discriminación que hace del castellano en ámbitos que sí son de su competencia, como ocurre en educación.