Al final de su mandato [de felipe gonzalez] las condiciones de la economía española no eran las más idóneas: 3,5 millones de parados, 5,5% de deficit público y una deuda de 60 billones de pesetas (360.000 millones de euros),[5] [6] si bien a partir de 1994 el país iniciaba una clara recuperación económica, pasándose de una recesión del 1,1% del PIB en 1993 a un crecimiento económico del 2%. Del mismo modo, el nivel de inflación, que cerró 1993 en el 4,9%, pasó entre 1994 y 1996 al 3,5%. Por su parte, el paro, que en 1994 alcanzaba la tasa del 24%, pasó al final de la presidencia de González a situarse por debajo del 22%. Todos estos signos auguraban el fin de la crisis económica internacional de 1992-1993 y el comienzo de un nuevo ciclo de expansión económica.