Amaia Romero es una navarra de 19 años moldeada desde niña por Gestmusic para llegar a esta final del festival de Eurovisión. Con sólo 11 años la productora la hizo participar en su programa ‘Cántame una canción’ emitido en Telecinco. Y con 13 años la llevaron al ‘Número 1’ de Antena3, también producido por ellos. Y justo cuando Operación Triunfo volvió a TVE, tras 6 años sin emitirse, Amaia estaba lista para mostrarse ante el gran público como una joven con mucho talento, pero también con el carisma, la simpatía y la naturalidad ideal para el nuevo formato que la productora había diseñado esta edición de Operación Triunfo. Un programa totalmente enfocado a un público muy joven, casi adolescente, de la generación posmilenials que domina las redes sociales. Y ahí es donde Amaia le falla a Gestmusic, porque la joven no sabe desenvolverse en Twitter o Instagram.
Para darle un poco de morbo a las redes Gestmusic le fabricó a Amaia una almibarada historia de amor con otro de los finalistas de OT, Alfred García,un catalán de 21 años con bastante menos talento que Amaia, pero que sabe desenvolverse en las RRSS. Alfred es feminista, comprometido con los refugiados e independentista. “Yo no soy de himnos, yo soy más de cantar otras cosas”, dijo Alfred cuando le preguntaron por la versión que había hecho Marta Sánchez del himno de España, aunque todos lo habían visto cantar el himno de Cataluña en la casa de OT. Por Sant Jordi Alfred le regaló a Amaia el libro de Albert Pla ‘España de mierda’. Y para que todos lo viésemos lo grabaron en un vídeo que subieron a Internet. E insistiendo en ello, Amaia contó en una rueda de prensa que se llevaría ese libro como amuleto a Eurovisión, porque es “cuestión de opiniones”.
Quizá hasta entonces tú no conocías a la buena de Amaia, ni al reivindicativo Alfred, porque Gestmusic no nos tenía ni a ti ni a mí en su público objetivo para OT. Pero para conseguir con el festival de Eurovisión un share superior al 30%, como acostumbran, tenían que captar nuestra atención. Y no se les ha ocurrido mejor forma de hacerlo que insultándonos, que no digo yo que sea mala estrategia, porque les ha funcionado. Ahora a Amaia y a Alfred los conocemos todos. Esto no les servirá para ganar el concurso, pero esa tampoco es su intención. Si lo fuera no habrían elegido un tema tan edulcorado y cursi como el compuesto por Raúl Gómez, sobre todo cuando el año pasado ganó el portugués Salvador Sobral con un estilo similar, lo que según los expertos es señal de que el ganador de este año será de un estilo diferente.
Pero a Gestmusic sólo le interesa la audiencia. Casualmente los derechos de Operación Triunfo siguen siendo de sus fundadores, entre ellos Josep Maria Mainat, porque tras vender la compañía al grupo holandés Endemol se quedaron con estos royalties, que siguen cobrando. Mainat es otro conocido independentista que escribió hace unos meses un tuit en el que decía “me cago en el reino de España, en sus políticos, en su justicia y en su puto borbón” (sic). El casi medio millón de euros que cuesta llevar a la parejita a Eurovisión lo vamos a pagar entre todos, a través de RTVE. Pero los derechos de OT de éste y de los próximos años los seguirá cobrando Mainat. Seguro que a ti no te agrada la campaña de marketing que les han hecho a estos críos sin sustancia. No importa, Mainat debe de estar dando palmas con las orejas.