Creo que no suelto ningún spoiler más allá de lo que se ve en los trailers pero por si acaso y sin querer chafarle a nadie la película: absténgase de leerme aquel que crea mejor verla con poco conocido.
(id, Alfonso Cuarón, 2013)
2013, una odisea épica en el espacio
Alfonso Cuarón ha tardado la friolera cifra de 7 años en presentar su último trabajo. Desde "Children of men" que no ofrecía nada con lo que deleitar a su público y al espectador ávido de un cine que rezumara tanta calidad como aquella. Pero visto el resultado desde luego a uno le queda la sensación satisfactoria de contemplar un filme tanto en forma como en fondo que por derecho propio puede pertenecer al lado de los clásicos del género que tan bien referencia y homenajea desde la tan cacareada 2001 como Alien pero incluso con ciertas licencias a casos como Tiburón, Wall-E o incluso Naufrago, con la cual podría ser la más pareja o semejante. La historia es sencilla, escueta en parámetros. Pero lo más interesante del caso es que con tan poco, con parámetros tan mínimos Cuarón va dando forma a una latente y enérgica clase que a fin de cuentas no es otra que la soledad del individuo.
Creado como un ejercicio de estilo casi primigenio y cargado de una estética y un gusto por lo preciosista del escenario, el magno espacio, con la tierra de fondo pero siempre presente, junto con un tour de force convirtiendo el viaje en una clase de supervivencia extrema "Gravity" juega con muchos elementos a la vez y todos expuestos de una forma que pocas veces se ha llegado a contemplar al convertir al espectador (nosotros) en acompañantes contemplativos, que sufre y padece por las vivencias desafortunadas y cargadas de su letal dosis de tensión para acabar convirtiéndolo todo en una especie de cuaderno de bitácora donde la sensación de inseguridad está más que lograda. Lo mejor de todo es como el director se toma su tiempo, sin necesidad de forzar una máquina bien engrasada comenzando con ese plano secuencia donde todo fluye, nada está forzado. Presentación de personajes siendo, una vez más, Clooney el que logra ganarse al público con su rol de hombre desenfadado, consciente de saber lo que hace y proporcionando seguridad, uno de los elementos clave para esta película.
Con una perfección técnica insuperable a estas alturas de la cinematografía, Cuarón convierte lo difícil en algo posible, en algo totalmente asequible y lo que es mejor aún: creíble. No sólo en las destrucciones paulatinas, la exposición del ser humano a lo que no puede controlar, a los miles de elementos que conforman las escenas, la acción bien expuesta y la plasmación del suspense latente y el terror humano a no saber qué va a suceder ni cuándo va a acabar ese sufrimiento. El empleo de una cámara en constante movimiento pero de una forma que todos y cada uno de los detalles sean perceptibles y no se pierdan de vista siendo los cascos un ayudante eficaz donde plasma como cualquier problema acaba empequeñecido ante la magnitud del planeta.
Un filme que funciona cual reloj suizo, orquestado bajo parámetros comprensibles y a su vez cargado de una belleza poética que depara planos indiscutiblemente impresionantes como pueden ser esa Bullock flotando en forma fetal, desprovista del traje y convertida a modo de simbolismo en un nuevo ser, las lágrimas flotando que convierten un elemento tan común como la tristeza en un canto desesperado ante el conocimiento de que uno va a llegar a su fin sin desearlo o ese plano desde el exterior donde contemplamos a una desesperada Bullock intentando activar el cuadro de mandos. Pero es imposible obviar esas destrucciones causadas por la basura espacial que sin apenas un simple sonido efectista logran un impacto visual casi sin precedentes o ese intento desesperado por soltar el paracaídas enganchado. Porque otro de los aciertos es lograr que no se eche en falta el sonido de efectos especiales siendo la BSO la única que orquesta y dirige las emociones y los estados de ánimo.
Uno de los valores que siempre he admirado de una película es conseguir transmitir la sensación de frío, soledad, miedo, desconocimiento para hacernos partícipes, en cierta medida, de los pasajes que está viviendo o sufriendo el protagonista de la película. Y "Gravity" lo consigue. Esos momentos donde Bullock da vueltas sobre sí mismo (y nosotros con ella) pero sin una cámara esquizofrénica que hubiese matado el momento captando perfectamente el miedo superlativo de no saber cuándo acabará el sufrimiento o esa sensación de soledad extrema en el interior de la nave donde no hay más ayuda son elementos que se agradecen para hacer creíble la ambientación pero también para lograr transmitir un propósito concreto: convertir un ejercicio de estilo en una clase de existencialismo vívido y cargado de implicaciones por parte del espectador. Ayudado, claro está, de una fotografía con aspecto de minimalista pero consiguiendo plasmar todos y cada uno de los detalles necesarios para darle una envergadura épica.
La película es todo un logro y un triunfo consiguiendo transmitir el mensaje de superación del ser humano, de que a pesar de los problemas que uno pueda tener pueden ser utilizados, en cierta forma, para seguir adelante o darles un enfoque secundario sin que acaben por consumirnos. Cierto es que por ser precisamente la Bullock una de las actrices más justas en lo que a actuación se refiere no acaba de transmitir bien del todo como, quizás, lo hubiese hecho otra actriz (y eso que este es, quizás, su mejor rol hasta la fecha sin que sirva, tampoco, de excusa), incluso llegando a conseguir algún momento bochornoso aún entendiendo su propósito y sus intenciones. Pero son fallos nimios cuando estamos contemplando uno de los títulos más completos al respecto tanto en forma como en fondo que consiguen demostrar que a veces un guión sencillo si se le logra envolver con la calidad adecuada deparan obras dignas de los mejores loores como en este caso.